La mano invisible de Dios creó el mundo y todo lo que contiene para el disfrute y beneficio de la humanidad. Sin embargo, las personas a menudo se enfocan demasiado en las ambiciones materiales y pierden de vista la belleza y el propósito espiritual de la creación. Se nos pide que nos detengamos a apreciar las maravillas que Dios puso ante nosotros y a extender amor y bondad a los demás.