5. RECOMENDACIONES GENERALES
PRESENTACION
La paz que pone en el centro el respeto por la vida y la dignidad y logra el buen vivir para todos y
todas debe ser la principal prioridad para Colombia
El objetivo de las recomendaciones de la Comisión es contribuir a definir una agenda de futuro
para avanzar en un diálogo sobre las transformaciones necesarias en el país y para poner fin a las
confrontaciones armadas que persisten
Asimismo, las recomendaciones tienen por objetivo aportar en la desestructuración de los
factores que propiciaron la violencia; en otras palabras, fracturar las condiciones de desigualdad
que impiden que se avance en la reconciliación y la no repetición.
Esto se hace relevante teniendo en cuenta que, pasados cinco años de la firma del Acuerdo Final,
algunas zonas del país enfrentan un recrudecimiento de la guerra. La oportunidad de avanzar
hacia una paz grande, hacia la paz estable y duradera que abrió la firma del Acuerdo Final de Paz,
está en riesgo
Aunque ha habido pasos valiosos y significativos, los hallazgos de la Comisión son enfáticos en
persistir en transformar aspectos estructurales.
6. En palabras de la Comisión: “Superar los factores de persistencia y hacer frente a las
violencias estructurales y a las exclusiones históricas, profundizadas por la guerra,
de territorios y comunidades, es parte del fortalecimiento de la democracia y de la
construcción de un país para todos”
La Comisión centró parte de su labor en desarrollar diálogos sociales con diferentes
actores del conflicto a partir de los cuales pudo recopilar más de diez mil propuestas.
Estos insumos le permitieron avanzar en la consolidación de las recomendaciones
presentadas.
Necesitamos una paz que dignifique la vida y permita la vida digna a todos sin
distinción. Pero esa paz no se construye desde el centro del país. Requiere
transformaciones profundas en las instituciones y voluntad política para
materializarse como una paz construida desde el territorio, entre todos y todas.
De ese modo, para lograr la paz completa, desde y para las víctimas, desde los
territorios, la Comisión priorizó ocho temas sobre los que emitió recomendaciones
específicas:
7.
8. 1. Construcción de paz como proyecto nacional.
2. Víctimas,
3. Régimen político y participación,
4. Narcotráfico.
5. Impunidad.
6. Seguridad.
7. Paz territorial.
8. Cultura parala paz y educación.
Difusión y continuidad del legado de la Comisión.
No son recomendaciones para un país en paz todavía, pero incluyen recomendaciones
para la no repetición y la cesación definitiva de las confrontaciones armadas, para avanzar
en la construcción de la paz y el fortalecimiento de la democracia.
Las recomendaciones no han sido creadas del vacío. Las preceden las disposiciones del
Acuerdo Final de Paz y los avances que ha habido hasta el día de hoy en su
implementación.
9. Cada componente contiene un llamado al compromiso gubernamental y cada
recomendación señala las responsabilidades administrativas que se esperan sean
acogidas para que no sean ideas sueltas sin destinatarios específicos.
Los enfoques diferenciales están en el centro de las recomendaciones puesto que solo si
se reconocen y atienden los impactos diferenciados del conflicto se logrará construir paz
en Colombia.
Síntesis de las recomendaciones
Construir la paz grande como una prioridad de largo plazo debe convertirse en un
proyecto nacional que ponga en el centro el respeto por la vida y la dignidad, que
garantice derechos a todas y todos por igual, que reconozca y respete la diversidad, una
paz que se construye desde el territorio y con las comunidades, y en la que el diálogo es
la herramienta principal para tramitar las diferencias y resolverlos conflictos.
Reconocer y centrar el dolor y la dignidad de las víctimas a partir de un compromiso
generalizado con la reparación integral y transformadora que atienda a los impactos
diferenciados, que reconozca a los sujetos colectivos, que tienda a la superación de la
vulnerabilidad y que trabaje en el perdón a partir del reconocimiento de los daños.
10. Construir la paz sobre la base de la implementación integral del Acuerdo Final de Paz,
honrando los compromisos asumidos desde el Estado y como una responsabilidad ética de la
sociedad colombiana.
Priorizar la solución definitiva a las confrontaciones armadas que persisten a través del
diálogo para la negociación y/o el sometimiento a la justicia de los grupos armados ilegales;
en especial, avanzar en la negociación de paz con el ELN.
Avanzar en un examen crítico de nuestro pasado para construir sobre él un futuro en paz a
partir de una política de memoria y que comprometa al Estado y a la sociedad en su
conjunto y aporte al fortalecimiento de valores democráticos.
Replantear el problema del narcotráfico y encontrar los caminos políticos, económicos,
éticos y jurídicos de salida en debates de fondo, tanto a nivel nacional como internacional,
que permitan avanzar en la regulación del mercado de drogas y superar el prohibicionismo.
En materia de narcotráfico, además, urge adoptar un enfoque de derechos humanos y de
salud pública en la política frente al cultivo, el consumo y racionalizar el uso de la acción
penal frente a los eslabones más débiles de la cadena y poner en marcha una propuesta hacia
la regulación rigurosa del mercado y el consumo bajo control estatal e internacional
11. Fortalecer y desarrollar mecanismos de investigación que le permitan al Estado y la
sociedad conocer a profundidad el sistema de relaciones, alianzas e intereses involucrados
en el narcotráfico y entramados de la violencia.
Recuperar el valor de la justicia para reivindicar la legalidad, promover la convivencia pacífica,
contribuir a la satisfacción de los derechos de las víctimas y reconstruir la confianza en el
Estado
Establecer una nueva visión de la seguridad como bien público centrado en las personas,
que nos permita superar las lógicas del conflicto armado en el que hemos vivido, cambiar la
manera como el Estado entiende y hace presencia en los territorios y reconstruir la
confianza entre los ciudadanos y las instituciones
La recuperación de la confianza también supone que las instituciones del sector enfrenten
el legado de las violaciones de los derechos humanos e infracciones al DIH en los que han
tenido responsabilidad sus integrantes,y garanticen la no repetición de estos hechos.
Profundizar la democracia para la paz a través de la exclusión definitiva de las armas de la
política, la superación de su relación con el entramado del conflicto y la puesta en marcha de
una reforma que abra espacios para sectores y grupos excluidos y recupere la dignidad de la
política.
12.
13. Constituir UNA INSTITUCIÓN que lidere los debates sobre paz, que consolide la voluntad
política y estimule la voluntad social: Un ministerio o instancia que impulse las políticas
delestado por la reconciliación y la construcción de paz.
Garantizar condiciones de bienestar y vida digna de las comunidades en los territorios, y
construir una visión compartida de país que incluya a los territorios que han sido
históricamente excluidos y un compromiso de futuro desde el respeto a la vida
Garantizar una redistribución de la tierra, la prevención y reversión del despojo; el acceso
a bienes y servicios públicos, incluidas la seguridad y la justicia; y oportunidades
productivas para los habitantes del campo que significa la para el país la seguridad y
soberanía alimentarias, así como el cuidado ecosistémico
Garantizar la aplicación del enfoque diferencial en la implementación de todas las
recomendaciones de la Comisión y en el desarrollo de las funciones del Estado. No puede
haber paz íntegra sin un trato diferencial hacia los grupos históricamente excluidos -
pueblos étnicos, población campesina, mujeres, NNAJ, personas LGBTQ+, personas en
situación de discapacidad o diversidad funcional y de la tercera edad
14. Asumir como sociedad una ética ciudadana y pública compartida que nos permita
transformar los valores, los principios y las narrativas que hacen parte de nuestra
cultura y que han contribuido a la persistencia de la violencia
Tomar el legado de la Comisión de la Verdad, que se materializa en sus hallazgos,
recomendaciones y aprendizajes, como base de la reflexión y de la acción social y
política respecto a asuntos fundamentales de la historia, del presente y de la
posibilidad de la vida en comunidad hacia el futuro.