1. RECORDANDO
Me encontraba recostada en una silla observando como el sol se
ocultaba, de pronto vino a mi memoria los paisajes limpios y
despejados de mi tierra Parinacochas en el departamento de
Ayacucho; nada aquí se compara a mi tierra natal aquí la vida es
muy difícil y hay mucha maldad, pero los años han transcurrido y
ahora sólo me quedan los recuerdos.
Allá en mi tierra tenía muchos amigos y junto con mis hermanas
ayudábamos en la casa donde vivíamos, nosotros solíamos correr
hacia la chacra para competir y ver quien traía más mazorcas de
choclo aquellos días fueron muy bellos aunque a veces el patrón
nos gritaba porque hacíamos
mucha bulla. Al llegar la tarde
mi madre nos esperaba con
humitas bien calientes y un
pedazo de queso, aunque lo
que más me gustaba era el
patachi (una sopa a base de
trigo, menestra, carne y
tocino).
Mi infancia no fue tan linda
pero me alegraba cuando
corría por los valles, o cuando
mi mamá me mandaba a hacer
algún recado y entonces aprovechaba y me iba a jugar con Julián
y su hermana Felicia.
2. Recuerdo que un día Julián me contó que su hermano mayor se
había ido a la costa (Lima) para buscarse un futuro mejor, su
mamá lloraba día y noche pero no podía hacer nada, él, había
decidido alejarse, es que en el pueblo aunque todo era muy bonito
quienes tenían la última palabra eran los patrones y nosotros solo
aceptábamos o si no, nos botaban.
Cuando llegué a mi adolescencia empecé a ver las cosas de modo
diferente, y me di cuenta del abuso que cometían los hacendados,
a ellos no les importaba si estábamos descalzos o si no
dormíamos bien, para ellos lo más importante era estar bien
vestidos y que todo su sembrío y ganado anduviera bien; por ese
motivo muchos jóvenes migraron a la costa.
También recuerdo el caso de Mariana, una amiga que sufría
mucho porque su madre era víctima de constantes abusos no sólo
de su padre sino también de su patrón, cuando su papá llegaba
borracho la
golpeaba hasta
cansarse, por eso
ella decidió
escaparse dejando
solos a sus tres
hijos, mi amiga
lloraba mucho y
siempre venía a
verme porque le
gustaba conversar
y oír las historias
que mi mamá nos
narraba, sé que
eso la
3. reconfortaba aunque cuando llegaba a su casa las cosas eran
diferentes; cómo hermana mayor tenía que cuidar de su padre y
sus hermanos.
Cierto día llegó al pueblo una señora muy bien vestida nos dijeron
que era esposa del dueño de una viña y que venía de Nazca, eso
fue motivo para que mi mamá nos contara una historia sobre el
origen del valle de nazca, ella nos contó esta historia mientras
comíamos:
-Hace muchos años hubo un pueblo que sufrió muchas plagas casi
casi como las ocurridas en Egipto, por tal motivo los lugareños se
reunieron y tomaron la decisión de ir hasta la montaña más
elevada y así ofrecer un sacrificio para ser oídos por el “padre
Arayá” a este viaje se unieron muchos hombres fuertes y
llevaron consigo lo mejor que les quedaba, tuvieron que caminar
casi tres días para llegar hasta aquel lugar; el cansancio y el
hambre no los hacía parar pues tenían que llegar antes que
ocurrieran cosas peores, fue así que al caer la noche llegaron al
lugar indicado.
A la mañana siguiente sin comer bocado alguno y sólo tomando
agua comenzaron a preparar todo para el sacrificio, para ello
habían llevado los mejores frutos y cosechas que tenían, también
llevaban dos corderos gordos y sanos. Cuando todo estuvo listo
elevaron oraciones y canticos par que el “padre Arayá” los oiga, la
respuesta no tardó en llegar pues ni bien habían acabado se les
apareció un águila que con sus enormes alas hacía formar
4. remolinos y a la vez inmensas figuras en la tierra, todos se
arrodillaron temerosos pero a la vez muy felices; el “padre
Arayá” les dijo que no debían temerle aunque había estado
molesto con el pueblo por haberlo olvidado.
-¡Desde hace mucho que no ofrecen sacrificio, ustedes sólo viven
para sí mismos y no se acuerdan de quien les dio todo!, les
increpó, pero sé que sólo lo han hecho por ignorancia, por eso es
que desde hoy no habrá más ninguna plaga…
Todo el grupo de hombres emprendieron el descenso de la
montaña dando gritos de alegría, el “padre Arayá” les había
prometido no sólo quitar la plaga si no mejorar lo que ya tenían,
por eso cuando llegaron no cabían en su asombro al ver como
estaba el pueblo que ellos habían dejado, todo era muy diferente
parecía que estaban en un lugar nuevo donde no había habido
ninguna plaga porque de lo devastado que quedó no era ni su
sombra ahora estaban frente a un pueblo nuevo lleno de vida con
sus enormes viñas y abundante alimento para sus ganados, todo el
pueblo salió a recibirlos llenos de júbilo, aquel día fue el más
importante en sus vidas pues dio origen al valle de Nazca.
5. Cuando mi madre terminó de contar su historia era casi la media
noche, por eso nos mandó a dormir para que pudiéramos
levantarnos temprano al día siguiente; mi hermana menor me
preguntó si podíamos ir a conversar con la nueva señora a la
mañana siguiente yo le respondí que posiblemente si mamá nos
enviaba a hacer algún mandado; aquella noche soñé con el valle de
nazca dormí tan plácidamente que casi no me levanto si no
hubiera sido por mi hermanita de seguro me quedaba hasta las
diez.
Han pasado tantos años y todos
los recuerdos que tengo aún
perduran en mi memoria, es que
no es fácil olvidar sobre todo
cuando uno a pasado momentos
muy difíciles, a mí me tocó vivir
una época muy dura, dónde el fuerte se imponía sobre el débil,
donde muchos niños se quedaron sin familia por culpa de los
hombres malos, hubo un tiempo de violencia que marcó mi vida…
cómo quisiera regresar y reencontrarme con mi gente volver a
sentir el olor del campo y
el susurrar del viento,
observar a los artesanos
haciendo sus trabajos, a
las mujeres tejiendo en
sus telares, a los niños
corriendo detrás de sus
ovejas.
6. Yo tuve que migrar al igual que los otros jóvenes ahora tengo
otra vida, quizás no logré obtener algo mejor pero salí de los
maltratos y humillaciones ahora me enfrento a nuevos retos a la
discriminación y al desempleo.
Ocurre que en esta vida nada es fácil, pasamos de un obstáculo a
otro, sólo nos queda levantarnos y seguir adelante fijándonos
siempre de donde caímos para no volver a caer, el camino es largo
pero aprendes mucho ahora tengo que enseñar a otros… a mis
hijos, mis pequeños que gracias a Dios están conmigo y su padre.