El documento discute la importancia de integrar la fe y la verdad bíblica en la educación cristiana. Señala que los maestros deben compartir la misma visión cristiana y enseñar de una manera que vincule todas las materias con la Biblia. También enfatiza la necesidad de actividades extracurriculares y una mejor publicidad de las instituciones cristianas para alcanzar a más personas y predicar el evangelio.