El autor reflexiona sobre las elecciones locales recientes y la "octavilla anónima" que intentó enturbiar el proceso democrático. El autor condena las tácticas cobardes y dañinas empleadas en la octavilla y espera que las autoridades identifiquen a los responsables. El autor desea suerte al nuevo alcalde electo en su ardua tarea de gobernar para todos los ciudadanos y cumplir con el programa electoral, ejerciendo la autoridad con firmeza, prudencia y consideración.