En 1960, siete niños de Pozo Alcón pudieron estudiar bachillerato gracias a una beca y al Instituto de Cazorla. En 2030, es posible que los jóvenes tengan que irse del pueblo para estudiar debido a la caída de la población, poniendo en peligro la continuidad del Instituto local. Se insta a crear empleo para frenar la caída demográfica y asegurar el futuro de la siguiente generación en el pueblo.