La reforestación implica plantar árboles en terrenos donde la vegetación natural se ha perdido con el objetivo de recuperarla. Los árboles y bosques son importantes porque favorecen la presencia de agua, conservan la biodiversidad, proveen oxígeno y alimento, y sirven como materia prima. La reforestación puede orientarse a mejorar cuencas hidrográficas, producir madera, crear áreas de protección para ganado, frenar avance de dunas, y proveer madera y áreas recreativas.