La reforma educativa en México fue aprobada por el Congreso en diciembre de 2012 y promulgada por el presidente en febrero de 2013. Los cambios incluyeron dotar de autonomía al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, crear un nuevo sistema de operación educativa, otorgar autonomía a las escuelas y prohibir la venta de comida chatarra. Los sindicatos de maestros se opusieron a la reforma por preocupaciones sobre la pérdida de derechos laborales, aunque la reforma no permitiría el despido de