Tema 7. La Restauración borbónica: implantación y afianzamiento de un nuevo s...Ricardo Chao Prieto
1.-Teoría y realidad del sistema canovista.
1.1. Cánovas y los fundamentos de la Restauración.
1.2. La Constitución de 1876.
1.3. El turno de partidos, el caciquismo y el fraude electoral.
1.4. El transcurso de los acontecimientos durante el Turnismo.
2.-La oposición al sistema.
2.1. Los regionalismos y nacionalismos.
2.2. El movimiento obrero: socialistas y anarquistas.
3.-Los éxitos políticos.
3.1. Estabilidad y consolidación del poder civil.
3.2. La liquidación del problema carlista.
3.3. La solución temporal del problema de Cuba.
4.-La pérdida de las últimas colonias y la crisis del 98.
4.1. La guerra de Cuba y con Estados Unidos.
4.2. El Tratado de París.
4.3. Repercusiones económicas, políticas, y el Regeneracionismo.
El Régimen de la Restauración en España, de 1875 a 1902.
-El sistema canovista: La Constitución de 1876 y el turno de partidos.
-La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo.
-La guerra colonial y crisis de 1898.
Tema 7. La Restauración borbónica: implantación y afianzamiento de un nuevo s...Ricardo Chao Prieto
1.-Teoría y realidad del sistema canovista.
1.1. Cánovas y los fundamentos de la Restauración.
1.2. La Constitución de 1876.
1.3. El turno de partidos, el caciquismo y el fraude electoral.
1.4. El transcurso de los acontecimientos durante el Turnismo.
2.-La oposición al sistema.
2.1. Los regionalismos y nacionalismos.
2.2. El movimiento obrero: socialistas y anarquistas.
3.-Los éxitos políticos.
3.1. Estabilidad y consolidación del poder civil.
3.2. La liquidación del problema carlista.
3.3. La solución temporal del problema de Cuba.
4.-La pérdida de las últimas colonias y la crisis del 98.
4.1. La guerra de Cuba y con Estados Unidos.
4.2. El Tratado de París.
4.3. Repercusiones económicas, políticas, y el Regeneracionismo.
El Régimen de la Restauración en España, de 1875 a 1902.
-El sistema canovista: La Constitución de 1876 y el turno de partidos.
-La oposición al sistema. Regionalismo y nacionalismo.
-La guerra colonial y crisis de 1898.
Estudio básico de este periodo de la Historia de España: restauración borbónica, constitución de 1876, oposición política al sistema y principales problemas del periodo.
Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
Estudio básico de este periodo de la Historia de España: restauración borbónica, constitución de 1876, oposición política al sistema y principales problemas del periodo.
Las capacidades sociomotrices son las que hacen posible que el individuo se pueda desenvolver socialmente de acuerdo a la actuación motriz propias de cada edad evolutiva del individuo; Martha Castañer las clasifica en: Interacción y comunicación, introyección, emoción y expresión, creatividad e imaginación.
Today is Pentecost. Who is it that is here in front of you? (Wang Omma.) Jesus Christ and the substantial Holy Spirit, the only Begotten Daughter, Wang Omma, are both here. I am here because of Jesus's hope. Having no recourse but to go to the cross, he promised to return. Christianity began with the apostles, with their resurrection through the Holy Spirit at Pentecost.
Hoy es Pentecostés. ¿Quién es el que está aquí frente a vosotros? (Wang Omma.) Jesucristo y el Espíritu Santo sustancial, la única Hija Unigénita, Wang Omma, están ambos aquí. Estoy aquí por la esperanza de Jesús. No teniendo más remedio que ir a la cruz, prometió regresar. El cristianismo comenzó con los apóstoles, con su resurrección por medio del Espíritu Santo en Pentecostés.
ROMPECABEZAS DE ECUACIONES DE PRIMER GRADO OLIMPIADA DE PARÍS 2024. Por JAVIE...JAVIER SOLIS NOYOLA
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ACERTIJO DE CARRERA OLÍMPICA DE SUMA DE LABERINTOS. Por JAVIER SOLIS NOYOLAJAVIER SOLIS NOYOLA
El Mtro. JAVIER SOLIS NOYOLA, crea y desarrolla ACERTIJO: «CARRERA OLÍMPICA DE SUMA DE LABERINTOS». Esta actividad de aprendizaje lúdico que implica de cálculo aritmético y motricidad fina, promueve los pensamientos lógico y creativo; ya que contempla procesos mentales de: PERCEPCIÓN, ATENCIÓN, MEMORIA, IMAGINACIÓN, PERSPICACIA, LÓGICA LINGUISTICA, VISO-ESPACIAL, INFERENCIA, ETCÉTERA. Didácticamente, es una actividad de aprendizaje transversal que integra áreas de: Matemáticas, Neurociencias, Arte, Lenguaje y comunicación, etcétera.
SESION ORDENAMOS NÚMEROS EN FORMA ASCENDENTE Y DESCENDENTE 20 DE MAYO.docx
Reinado de Alfonso XII y regencia de su esposa Mª Cristinade Microsoft Word.docx
1. 7.1. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): CÁNOVAS DEL CASTILLO Y EL TURNO DE PARTIDOS.
LA CONSTITUCIÓN DE 1876.
INTRODUCCIÓN: comienzo y ejes del nuevo reinado.
El 19 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos encabezó un alzamiento en Sagunto y proclamó
rey de España a Alfonso XII, hijo de Isabel II, siendo el general Serrano desautorizado por sus oficiales
marchó al exilio.
Al día siguiente, se formó en Madrid un gobierno provisional presidido por Cánovas del Castillo. Este
tenía la confianza del rey, a quien ayudó a redactar el Manifiesto de Sandhurst, publicado a principios de
diciembre de ese año y donde se exponían los principios del régimen de la Restauración.
El 9 de enero de 1875, el joven rey entró en España por Barcelona, donde fue recibido con una gran
cordialidad oficial y popular.
Los ejes políticos esenciales que marcan la primera fase de la Restauración son: el fin de la guerra
carlista, el establecimiento del bipartidismo, la alternancia pacífica en el poder y la pacificación de Cuba.
La primera acción política importante del nuevo rey, bajo la dirección de Cánovas, fue desplazarse al
norte de la Península para dirigir la guerra contra los carlistas, que había empezado tres años antes. La
llamada Tercera guerra Carlista (1872-1876).
Mientras Alfonso se dirigía hasta la zona del conflicto, ofreció una amplia amnistía, en la que proponía a
todos olvidar el pasado y adherirse a la monarquía constitucional que él representaba.
Pero el conflicto no se resolvió hasta marzo de 1876, cuando Carlos VII fue vencido definitivamente. Los
carlistas ya no volvieron a levantarse en armas, aunque sí que se mantuvo su pensamiento
tradicionalista. A partir de su derrota militar, participaron en la vida política, como fuerza
ultraconservadora.
Cánovas aprovechó el fin de la guerra para derogar aspectos esenciales de los fueros vasco-navarros.
Otro éxito del nuevo régimen fue la pacificación de Cuba. Después de la Revolución del 68, comenzó una
guerra de liberación iniciada con el grito de Yara. Martínez Campos consiguió firmar la Paz de Zanjón, en
febrero del 1878, en virtud de la cual se concedía a los cubanos los mismos derechos que los españoles,
consiguiendo, durante un tiempo, la vuelta a la tranquilidad en las islas.
EL SISTEMA CANOVISTA Y LA CONSTITUCIÓN DE 1876
Cánovas del Castillo impulsó un régimen bipartidista inspirado en el modelo inglés, con el fin de acabar
con las tensiones que habían marcado la política del país a lo largo del siglo XIX, y asegurar la estabilidad
del régimen nacido con la Restauración.
Su intención era que hubiese dos grandes partidos políticos que pudieran aglutinar diferentes criterios,
respetando la legalidad que él había diseñado. Esto suponía dejar fuera del sistema a las organizaciones
políticas que no aceptaran la monarquía restaurada y la dinastía borbónica. Así, los partidos que
dominaron la escena política en este período fueron el Conservador y el Liberal.
Cánovas lideró el Partido Liberal Conservador, conocido como Partido Conservador. Sagasta lideró el
Partido Liberal Fusionista, llamado después Partido Liberal.
El Partido Conservador había ganado las elecciones y se redactó la nueva Constitución de 1876. A partir
de su aprobación, la vida política del país se basó en la alternancia pacífica en el gobierno de los dos
partidos.
Cánovas fue un hombre práctico en política. Encargado de dirigir el país y dotarlo de un nuevo marco
político de actuación, creyó que principios como la patria, la monarquía, la libertad, la soberanía
compartida o la propiedad eran incuestionables en la organización política del Estado, por lo que tenían
que formar parte de la Constitución de manera indiscutible. Sostuvo que los sectores que no acataran
estos principios no tendrían cabida en este nuevo régimen. Pero, salvo estos fundamentos básicos, las
demás cuestiones del Estado podían ser objeto de debate político, respetando siempre lo que él llamó
constitución interna.
La Constitución empezó a debatirse en febrero. Los conservadores, con mayoría absoluta en las Cortes,
cedieron con frecuencia a las propuestas de la oposición, (partido fusionista). El resultado fue que,
aparte de los principios que Cánovas consideraba básicos, otras cuestiones, fueron objeto de
negociación entre los dos partidos, solucionándose mediante una redacción flexible. Las divergencias se
2. centraron en el concepto de soberanía, el sistema electoral y la confesionalidad del Estado. Algunas de
éstas se solucionaron mediante una redacción esquemática de los artículos que dejaba su concreción
para las leyes posteriores que cada gobierno aprobará, según su ideología. En cuanto a la religión, se
llegó a una solución de tolerancia mutua, estableciendo el catolicismo como religión oficial, pero
permitiendo también la libertad de conciencia.
Muchos artículos de esta constitución ya se encontraban en la del 69, y algunos se mantuvieron sin
modificar. La principal diferencia fue en el poder que se adjudicaba a la monarquía, siendo más amplio
en esta última constitución.
Con esta constitución, cada Gobierno pudo legislar de acuerdo con sus ideas, pero manteniendo
siempre la fidelidad a los principios constitucionales. Los conservadores aprobaron la Ley Electoral de
1878, de carácter censitario, la de prensa, la de imprenta y la que regulaba las reuniones públicas. Por su
parte los liberales legislaron desde una óptica más progresista, como en el caso de la legislación sobre
libertad de reunión y expresión (1881), La Ley de Prensa (1883) etc.
El bipartidismo se consolidó definitivamente tras la muerte de Alfonso XII (1885), sin sucesión masculina
y estando la reina embarazada. Los dos partidos acordaron el turno político para asegurar la estabilidad
del régimen, en el Pacto de El Pardo. De esta manera se mantuvo el régimen durante la regencia de Mª
Cristina.
Tras la muerte de Alfonso XII, en 1885 Cánovas del Castillo dimitió y la regente María Cristina nombró
presidente a Sagasta. La continuidad del régimen quedaba asegurada con el turnismo. Durante los cinco
años de gobierno de Sagasta (1885-1890), los liberales llevaron a cabo una importante labor reformista:
leyes de libertad de cátedra, de prensa, de asociación y sufragio universal masculino.
La vuelta de los conservadores al poder en 1890 supuso el retorno a una política proteccionista, que
interesaba a los industriales catalanes y vascos y a la burguesía agrícola castellana.
Sagasta volvió a gobernar de julio de 1892 a marzo de 1895. Lo más destacado de su mandato fue el
proyecto de reforma de la administración de Cuba, cuyo fracaso dio paso a una nueva guerra en la
colonia.
En 1895 vuelve a gobernar Cánovas, que fue asesinado en 1897, en un atentado perpetrado por un
anarquista. Tal hecho aceleró el turno y fue Sagasta quien tuvo que afrontar el Desastre del 98.
Al llegar a la mayoría de edad, Alfonso XIII, hijo de Alfonso XII, fue proclamado rey, dando fin a la
regencia de María Cristina.
Con el sistema canovista y su aplicación, el turno de partidos, bajo la apariencia de democracia y a
cambio de garantizar la estabilidad política, institucionalizó un régimen oligárquico en el cual los
resultados electorales no obedecían a la voluntad general y sí a los intereses políticos del momento. Así,
durante el periodo de la Restauración, independientemente del tipo de sufragio, las elecciones nunca
fueron transparentes. El mecanismo político era siempre el mismo: si un presidente del Gobierno se veía
obligado a dimitir, el rey encargaba la formación de un nuevo Gobierno al líder de la oposición, quien
disolvía las Cortes y convocaba elecciones que siempre ganaba por mayoría absoluta, ya que las
organizaba desde el Ministerio de la Gobernación con la colaboración de los alcaldes, los gobernadores
civiles (pucherazo, encasillado) y los caciques.
3. 7.2. LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): LOS NACIONALISMOS CATALÁN Y VASCO Y EL
REGIONALISMO GALLEGO. EL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO.
INTRODUCCIÓN:
Con el sistema canovista (iniciado con la restauración de Alfonso XII y continuado tras su prematura
muerte durante la regencia de su esposa Mª Cristina) y su aplicación, el turno de partidos, bajo la
apariencia de democracia y a cambio de garantizar la estabilidad política, se institucionalizó un régimen
oligárquico en el cual los resultados electorales no obedecían a la voluntad general y sí a los intereses
políticos del momento. Así, durante el periodo de la Restauración, independientemente del tipo de
sufragio, las elecciones nunca fueron transparentes. El mecanismo político era siempre el mismo: si un
presidente del Gobierno se veía obligado a dimitir, el rey o la regente encargaba la formación de un
nuevo Gobierno al líder de la oposición, quien disolvía las Cortes y convocaba elecciones que siempre
ganaba por mayoría absoluta, ya que las organizaba desde el Ministerio de la Gobernación con la
colaboración de los alcaldes, los gobernadores civiles (pucherazo, encasillado) y los caciques.
OPOSICIÓN AL SISTEMA:
El régimen de la Restauración, basado en la alternancia de los dos grandes partidos, marginó a amplios
sectores políticos y sociales (carlismo, republicanismo, movimiento obrero y nacionalismo). Aunque las
fuerzas de oposición al régimen fueron numerosas, nunca fueron una alternativa sólida al encontrarse
divididas y en algunos casos enfrentadas.
a) El carlismo o tradicionalistas, a pesar de su derrota en la Tercera Guerra Carlista (1872-1876), no
desapareció, aunque se convirtió en un movimiento marginal, salvo en el País Vasco y Navarra.
b) Republicanismo. El proyecto republicano, basado en el sufragio universal, el laicismo, la fe en el
progreso fundamentado en la educación y la ciencia, mantuvo su influencia social entre sectores
ilustrados de la clase medias y obreros. Sin embargo, su peso político fue insignificante debido a su
división (centralistas y federalistas). La Unión Republicana, en 1896, intentó solucionar ese problema.
c) El movimiento obrero y campesino. Los antecedentes del movimiento obrero en España se encuentran
en el reinado de Isabel II. En torno a 1840 se crearon en Barcelona las primeras agrupaciones de
trabajadores, sociedades de auxilio mutuo que ayudaban a los afiliados en paro, enfermos, inválidos o a
sus viudas. Estas sociedades tenían como principal objetivo impedir el descenso de los salarios y
conseguir el derecho de asociación.
Las duras condiciones laborales de obreros y jornaleros fueron el motivo de los numerosos conflictos
que protagonizaron en el campo andaluz y principales ciudades industriales.
Los factores que propiciaron la expansión del movimiento obrero fueron: la fundación de la Primera
Internacional (1864), que difundió las doctrinas socialistas y anarquistas. El reconocimiento del derecho
a asociación de la Constitución de 1869 y por último el clima de inestabilidad de la 1ª República, que
fomentó la agitación revolucionaria.
El movimiento obrero, tras un periodo de decadencia al principio de la Restauración, se recuperó con la
aprobación de la Ley de Asociaciones de 1887 de Sagasta.
El movimiento obrero español siguió dos tendencias:
La marxista, en 1879 se fundó el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), bajo el liderazgo de Pablo
Iglesias. En 1888 los socialistas impulsaron la creación del sindicato Unión General de Trabajadores
(UGT), con el fin de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores. El apoyo al partido y al
sindicato creció lentamente, logrando una mayor presencia en Madrid, Bilbao y Asturias. Su primer
diputado lo lograron en las elecciones de 1910.
El anarquismo ejerció su mayor influencia entre los jornaleros en Andalucía, Aragón, Valencia y
Cataluña, se dividió en dos tipos de organizaciones:
- Grupos de acción directa, que utilizaron la violencia para lograr sus objetivos, atentando contra
las clases altas, políticos e incluso el rey. Uno de ellos es el que se denominó la Mano Negra.
- La Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), fundada en 1881, de tendencia
anarco-sindicalista. Era un grupo pacifista que proponía la huelga revolucionaria como
4. instrumento para lograr sus fines. Esta organización acabó por disolverse debido a la represión
sufrida como represalia a las acciones terroristas realizadas por los otros grupos. En 1910 se
creó la CNT (Confederación Nacional del Trabajo).
d) El nacionalismo catalán y vasco y el regionalismo gallego. Los movimientos nacionalistas periféricos,
sobre todo en el País Vasco y Cataluña, surgieron como respuesta al proceso de centralización política y
de uniformidad cultural impulsado por la Restauración. Entre sus reivindicaciones políticas destacaban
la petición de autonomía del nacionalismo catalán y de independencia del nacionalismo vasco.
En un principio, los nacionalismos periféricos se apoyaron en las clases medias y populares,
posteriormente las burguesías dirigentes periféricas lo utilizaron como instrumento político para
obtener ventajas económicas frente al gobierno central.
El catalanismo fue desde el principio un movimiento autonomista y democrático. Un movimiento
cultural llamado RenaixenÇa fue impulsor de su desarrollo en la segunda mitad del siglo XIX. Sus
principales ideólogos fueron Valentín Almirall, defensor de un catalanismo regenerador y autonomista y
Enrique Prat de la Riba, fundadores de la Unió Catalanista en 1892.
Su programa político se recogió en las Bases de Manresa, que proponía un Estado catalán dentro de un
Estado Español (federalismo), con un Parlamento propio y el catalán como lengua oficial.
El ideólogo del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en
1895. El nacionalismo vasco surgió en defensa de la etnia vasca, en peligro según Arana por la supresión
de los fueros de 1876 y la llegada masiva de inmigrantes por la industrialización. El PNV, en su origen, de
ideología antiliberal, de base racista y ultracatólica, proponía una Euskadi independiente, católica y
tradicional, bajo el lema Dios y Leyes Viejas. La ampliación de sus bases hacia una burguesía moderna e
industrial provocó una tensión interna entre los defensores de la independencia y los que buscaban
como objetivo más viable y práctico, la autonomía dentro del Estado español, poco a poco se iría
imponiendo la segunda opción.
Mucho más débiles fueron los regionalismos andaluz, gallego y valenciano.
Del galleguismo destacaron los planteamientos de Alfredo Brañas, este movimiento no pretendía
alcanzar un Estado independiente, ni siquiera un federalismo, sino un modelo descentralizado
designado como autonomía.
5. 7.3. EL PROBLEMA DE CUBA Y LA GUERRA ENTRE ESPAÑA Y E.E.U.U. LA CRISIS DE 1898 Y SUS
CONSECUENCIAS ECONÓMICAS, POLÍTICAS E IDEOLÓGICAS.
INTRODUCCIÓN.
Los restos del imperio colonial español, tras la pérdida de la América continental a principios
del siglo XIX, consistían en las dos grandes islas del Caribe: Cuba y Puerto Rico, las islas Filipinas
en el Pacífico occidental y un conjunto de islotes y pequeños archipiélagos dispersos por este
océano.
Cuba y Puerto Rico, islas situadas en las cercanías de Estados Unidos, tenían una vida
económica basada en la agricultura de exportación, con el azúcar de caña y el tabaco como
principales productos. Aportaban a la economía española un flujo continuo de beneficios.
Debido fundamentalmente a las fuertes leyes arancelarias que el gobierno español imponía a
esas colonias. Eran un auténtico¨ mercado cautivo¨, sin ninguna capacidad de autogobierno.
En el archipiélago de Filipinas, en cambio, la población española era escasa y los capitales
invertidos no eran relevantes. El dominio español se mantenía gracias a una fuerza militar no
muy amplia y a la presencia de varias órdenes religiosas.
CONFLICTO COLONIAL
Desde 1868 las insurrecciones cubanas habían sido permanentes y fueron sofocadas tanto por
la vía militar como mediante pactos políticos. En 1878 se firmó la Paz de Zanjón que ponía fin a
la guerra de los Diez años, pero el retraso en aplicar las medidas acordadas en ella provocó un
nuevo levantamiento generalizado en 1895 dirigido por José Martí. Un año después se iniciaba
la insurrección en Filipinas. El envío de numerosas tropas al mando del general Weyler, que
empleó una durísima represión no logró poner fin al problema, cuando dos nuevas
circunstancias entraron en escena. Por una parte, los liberales, en la oposición, ante la cada
vez más impopular guerra entre las clases bajas, empezaron a distanciarse de la política de
Cánovas y a pedir una acción más política que militar para resolver esta crisis. Por otra, en
Estados Unidos ganaron las elecciones los republicanos. El nuevo presidente, McKingley. Era
partidario de intervenir en la contienda y de sustituir a los españoles en el dominio de la isla.
En agosto de 1897, tras el asesinato de Cánovas, subió al poder Sagasta, quien intentó
solucionar el problema cubano por medios pacíficos, pero esta solución llegaba tarde, además
se producía la implicación directa de Estados Unidos en el conflicto. En febrero de 1898, la
explosión del acorazado Maine, fue el pretexto para que Estados Unidos declarara la guerra a
España. Las derrotas en Cavite y Manila en Filipinas y de Santiago en Cuba, llevaron a la firma
de la Paz de París (10 de diciembre 1898). Por ella España reconocía la independencia de Cuba,
así como el protectorado estadounidense sobre Puerto Rico y Filipinas. Loa territorios que
España conservó en esta zona tras el tratado, acabaron siendo vendidos al poco tiempo a
Alemania (islas Marianas, las Carolinas …) y a Estados Unidos.
CONSECUENCIAS DEL DESASTRE DEL 98.
La pérdida de los restos del imperio desde la perspectiva económica no solo no supuso un
¨desastre¨, al contrario, el fin de la guerra, permitió acometer ciertas reformas que
posibilitaron un saneamiento de la Hacienda. Se produjo asimismo una repatriación de
capitales y, por otro lado, no se perdieron del todo los mercados latinoamericanos.
6. La derrota militar tampoco provocó cambios políticos, el turnismo habitual continuo. Sin
embargo, la derrota y la pérdida de unos 50.000 combatientes produjo una gran conmoción en
la sociedad española. Tanto políticos como intelectuales promovieron una profunda revisión
de la situación de España. En resumen, ¨el desastre del 98¨provocó:
• Una crisis de la conciencia nacional que se expresaría a través de la obra crítica de
grandes escritores (Unamuno, Baroja, Maeztu, etc.), la llamada ¨generación del 98¨.
• Unas propuestas de reforma y modernización política: el llamado ¨regeneracionismo¨,
que tuvo dos vertientes: la de la reforma política y la de la reforma educativa. El
regeneracionismo político centró gran parte de sus críticas en las prácticas del régimen
parlamentario. Para Joaquín Costa, máximo representante de esta corriente era
fundamental acabar con el caciquismo para recuperar la auténtica democracia.
• Los nacionalismos periféricos en la Península adquirieron mayor empuje y
protagonismo.
• El estamento militar se desprestigiaba, pues se le hacía responsable de la derrota.
• Finalmente, la vieja presencia en ultramar se trató de sustituir con una mayor atención
al norte de África. El control de la franja septentrional del reino de Marruecos se
convirtió en uno de los grandes objetivos en la época de Alfonso XIII.