El Renacimiento español del siglo XVI se caracterizó por el desarrollo de estilos propios en arquitectura, escultura y pintura. En arquitectura destacaron los estilos herreriano y plateresco, mientras que en escultura sobresalió Alonso de Berruguete. En pintura, El Greco introdujo un sentimiento religioso más profundo y una belleza ideal. Algunas de las obras más representativas fueron el Monasterio de El Escorial, la Fachada de la Universidad de Salamanca y obras de Berruguete