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REPORTAJE SOBRE CIPRIANO CASTRO
1. UNIVERSIDAD FERMÍN TORO
VICE RECTORADO ACADÉMICO
FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE COMUNICACIÓN SOCIAL
CIPRIANO CASTRO, VIDA Y GOBIERNO
Autor(a):
Briceño, Alanna.
Cédula:
28.127.094
Cátedra:
Historia Contemporánea de Venezuela.
Sección:
SAIA B.
Profesor(a):
Celia Sánchez.
2. CIPRIANO, EL CABITO DE CAPACHO
Antes de incursionar en todo lo relacionado con este célebre personaje, ahondaremos un
poco en su origen, en su historia. José Cipriano Castro Ruiz, nace el 12 de octubre de 1858
en La Ovejera de Capacho, una población cercana a la actual ciudad de Capacho Viejo,
estado Táchira; hijo de José del Carmen Castro, agricultor de mediana posición y de Pelagia
Ruiz. Cipriano nació pequeño y creció pequeño, aunque de muy grande aspiraciones. “El
Cabito” fue el sobrenombre que le dieron a Cipriano desde muy joven, esto se debió a sus
aires de grandeza, por emular y querer ser el propio Napoleón Bonaparte.
Ahora bien, recibió la instrucción que para ese entonces era la adecuada para las personas
de clase media tachirense, cuyas relaciones mercantiles y familiares con Colombia, en
específico con Cúcuta y con la próxima región de Santander, eran particularmente
estrechas. Realizó sus primeros estudios en su pueblo natal y en la ciudad de San Cristóbal,
después prosiguió su formación en el Colegio Seminario de Pamplona, Colombia en 1872
a 1873. Sin embargo, no solo se sumerge en las materias propias de la disciplina religiosa,
pues desatiende su educación formal para adentrarse en el conocimiento de los postulados
de lo que sería el movimiento liberal colombiano.
Intereses políticos
Cipriano no solo examinaba los escritos de sus dirigentes más progresistas, entre los cuales
se encontraba el poeta y panfletario José María Vargas Vila, sino que también asistía como
espectador a las concentraciones masivas que el partido llevaba a cabo. Al final, abandona
la carrera eclesiástica y retorna a San Cristóbal, en donde comienza a trabajar como un
dependiente de la casa Van Dissel, Thies y Cía. No obstante, es en ese tiempo en que la
política empieza a llamarlo y para 1876, el Cabito se opone a la candidatura del aquel
entonces general Francisco Alvarado a la presidencia del estado Táchira. Y luego, en 1878,
mientras trabajaba como administrador del periódico “El Álbum”, participó en la toma de
San Cristóbal junto a un grupo de autonomistas, quienes se rehusaban a someterse a la
autoridad del nuevo presidente del estado.
Por otro lado, Cipriano estuvo encarcelado en el retén de San Cristóbal, debido a un
altercado que tuvo, de carácter personal, con el Padre de Capacho, Juan Ramón Cárdenas.
Esto lo llevo a estar 6 meses en el sitio, hasta que decidió fugarse y refugiarse en Cúcuta.
Y fue aquí, en este lugar, que conoció a quien después sería su esposa, la joven Zoila Rosa
Martínez, luego recordada en la historiografía popular venezolana como doña Zoila.
Asimismo, en junio de 1886 regresa al Táchira, y llegaría acompañando las fuerzas
invasoras de los generales Segundo Prato, Buenaventura Macabeo Maldonado y Carlos
Rangel Garbiras quienes, en su tiempo, ponían la bandera autonomista en alto contra los
atropellos del gobernador de la sección de Táchira del gran estado Los Andes, el general
Espíritu Santo Morales. Dos años después derrotó al coronel Evaristo Jaimes en su pueblo
natal, Capacho Viejo, y hasta al propio gobernador Morales en Rubio. Esto ocasionaría el
encuentro con alguien que se convertiría sumamente importante y característico en la vida
3. de Cipriano. Según los datos y referencias que se tienen gracias a la tradición histórica,
durante el entierro de Evaristo Jaimes, Juan Vicente Gómez haría su aparición.
En 1888, bajo la presidencia del Gran Estado de los Andes de Carlos Rangel Garbiras,
Cipriano se convirtió en gobernador de la sección de Táchira. Y unos años más tarde se
hizo cargo de la Comandancia de Armas y poco después fue elegido Diputado al Congreso
Nacional.
¿Cómo llegó al poder?
Cipriano tuvo una espléndida actuación en el Parlamento, lo que lo dio a conocer en los
cenáculos de mayor audiencia nacional, cosa que le ayudo a integrarse al círculo del
entonces presidente Raimundo Andueza Palacio, su causa continuista lo llevó a convertirse
en entusiasta seguidor. Al tener como objetivo el apoyar de manera efectiva el proyecto de
Andueza, regresa al Táchira en marzo de 1892. Junto con la colaboración de Juan Vicente
Gómez, Emilio Fernández y Francisco Antonio Colmenares Pacheco, organizó un ejército
para enfrentarse a la Revolución Legalista que se había fomentado en todo el país contra
la política oficial. Igualmente, realizó una campaña militar que comienza por la derrota de
2.000 hombres mandados por Espíritu Santo Morales y Eliseo Araujo.
Tuvo diversos combates exitosos en Palmira y San Juan de Lagunillas, posteriormente,
viaja a Mérida con la intención de marchar hacia Caracas, pero el avance de Joaquín Crespo
contra las tropas anduecistas, lo que indicaba una gran victoria de la revolución, lo obligó
a abandonar el plan. Es entonces cuando marcha al exilio y permanece 7 años, entre 1892
a 1899, en la hacienda Los Vados, en las cercanías de Cúcuta, mientras su compadre Juan
Vicente Gómez se establece en una finca vecina. Desde el alejamiento, vislumbra la
descomposición del liberalismo tradicional y desarrolla una activa campaña publicitaria,
con el objeto de presentarse como una opción política ante la crisis nacional.
A mediados de 1898, el partido castrista se moviliza en todo el Táchira buscando mayores
apoyos para su líder, cuyo nombre sugiere para la presidencia del estado. Mientras que
aumentaba la desestabilización del nuevo gobierno de Ignacio Andrade, el crecimiento del
dinamismo de los partidarios de Castro era grande, estos se convertirían en Comité
Revolucionario.
Nuevos hombres, nuevos ideales, nuevos procedimientos
A principios de 1899 se acerca a Rangel Garbiras, quien también se encontraba exiliado,
buscando una acción conjunta, sin embargo, no logra el acuerdo entre ambos. Es por esto
que Cipriano busca resolver y organizó un movimiento revolucionario, bajo su comando
exclusivo, de la mano de Juan Vicente Gómez, Manuel Antonio Pulido, Froilán Prato,
Emilio Fernández, Régulo Olivares y Santiago Briceño Ayesterán, entre otros oficiales de
confianza. Así forja la Revolución Liberal Restauradora o Invasión de los 60, que comienza
con la invasión del territorio nacional, el 23 de mayo de 1899. Al día siguiente, Cipriano
lee lo que sería su primera proclama revolucionaria y dirigió un ejército de 1.500 hombres
con el objeto de marchar hacia San Cristóbal, plaza que defendía el general Juan Pablo
4. Peñalosa. Decidió enfrentarse en primer lugar a las tropas de que se dirigían hacia ella, esto
como una maniobra buscaba impedir la llegada de refuerzos a la capital de la sección de
Táchira, dándole como resultado 3 triunfos consecutivos en los combates de Toconó
24.5.1899, Las Pilas 27.5.1899 y El Zumbador 9.6.1899.
Luego de esto, estuvo en San Cristóbal durante 20 días, del 23.6 al 12.7 de 1899, no
obstante, abandonaría esta posición al enterarse que cerca estaba un poderoso ejército de
5.000 hombres, quienes estaban al mando del general Antonio Fernández. A pesar de lo
numeroso del ejército gubernamental, Cipriano logró derrotarlo en el combate de Cordero
el 28 de Julio de 1899, todo gracias a que conocía la región y las diversas dificultades que
los terrenos poseían y que para los soldados procedentes del centro del país serían
complicados de identificar. Tras esta importante victoria, Cipriano tomaría la decisión de
marchar hacia Caracas por la ruta de Mérida y Trujillo. Sin embargo, antes de salir de los
Andes sale victorioso en un enfrentamiento con el general Rafael González Pacheco en
Tova, agosto del 1899, y toma Valera ese mismo mes, donde no encontró mayor
resistencia.
En su paso hacia Caracas, libra el combate de Parapara, cerca de Carora, derrotando una
vez más a las tropas del gobierno y captura un cañón Krupp. Después de flanquear la ciudad
de Barquisimeto, su ejército aumenta debido a la incorporación de 2 batallones procedentes
de los alrededores de Nirgua, capturándola el 9 de septiembre. Las fuerzas de Castro fueron
aumentando a medida que se iban sumando a la revolución varios contingentes de
partidarios del general José Manuel Hernández, el Mocho, quien se encontraba prisionero
por haberse alzado contra el gobierno de Ignacio Andrade, esta sería una alianza clave para
movimiento restaurador. Ante el desenfrenado avance que tenían, Andrade reorganizó el
ejército con la intención de derrotarlo en un combate final. En consecuencia, sale de
Valencia un contingente de 5.500 hombres al mando del ministro de Guerra y Marina, el
general Diego Bautista Ferrer, contando con el apoyo del general Antonio Fernández. Si
bien, el ejército del gobierno tenía grandes posibilidades de derrotar a Cipriano, las
desavenencias entre Ferrer y Fernández, condujeron la derrota de Tocuyito en septiembre,
donde sufrieron 1.000 bajas. Después que venció este obstáculo en su marcha hacia
Caracas, Cipriano se dirigió el 16 de septiembre de 1899 a Valencia, donde se comenzaron
a producir las negociaciones políticas que pronto lo llevarían al poder.
Se llevó una gran sorpresa, pues cuando se disponía a enfrentar en La Victoria a Luciano
Mendoza, quien representaba la última defensa del régimen de Andrade, este decidió
desobedecer las órdenes del gobierno y no hacerle frente. Por esto, ante su inminente
llegada a Caracas, los emisarios enviados por Ignacio Andrade, entre ellos el ministro de
Hacienda Manuel Antonio Matos, quisieron conversar para llegar a un acuerdo de paz. En
consecuencia, Andrade al entender que sus funcionarios ya no estaban de su lado y no tenía
ejercito que lo apoyara, se marchó de Venezuela el 19 de octubre de 1899. Finalmente, el
23 de octubre de 1899, Cipriano Castro entró a Caracas e inició el gobierno de la
Restauración Liberal y comenzado una etapa en la historia política de Venezuela.
El gobierno de Castro
5. El compromiso de este nuevo gobierno era iniciar un trabajo centralista donde
modernizaría el ejército, de la mano del modelo prusiano, cosa que también ayudaría a la
economía subordinada del café, posicionando a Venezuela en el segundo lugar en cuanto
a creación mundial después de Brasil. De igual manera, tenía el propósito de restablecer la
Gran Colombia y pagar la deuda externa. Si bien, se alió con los caudillos más convincentes
que poseía la nación, debilitaba a muchos otros. Cipriano llevó a cabo todo esto, usando el
acuerdo de coaliciones hecho por Antonio Guzmán Blanco, que forzaba a las autoridades
gubernamentales centrales que se encontrasen en cada uno de los distritos de la nación,
antes de que numerosos caudillos terminasen en la situación de apoyar al gobierno central
o correr el riesgo de quedar desconectados y sin poder mediante estas reformas.
Cipriano, pensando en su permanencia y dándose cuenta que su tiempo en el poder no
podía ser propiciado por asociaciones caudillistas, quiso que uno de sus primeros sistemas
fuese influir, específicamente, en las bases intensas de los caudillos, tal como fue cambiar
a los pioneros políticos de una zona a otra, para poder inactivar el límite político en las
zonas más puntuales y estratégicas.
Para continuar con esta garantía política, eligió avanzar lo más que podía en el arreglo de
un poder nacional, que forzaría al experto de intensidad central a través del dominio de la
República. Por esto, autorizó en el año de 1903, otro Código Militar y un Código Marítimo,
declarándose la formación de la Academia Militar de Venezuela. De igual forma, instauró
que el ejército tenía que estar bien equipado, contando con las armas más actuales. Se
abalanzó con gran brutalidad contra las personas que se propusieron a limitarlo. A todos
los financieros que no poseían el deseo de prestarle dinero en efectivo, los metió a la cárcel
sin miramientos, asimismo, desterró al capital extranjero de la nación por la forma tan
abrupta de actuar en el País.
Además, la carencia que existía por no tener estrategia provocó un choque global que trajo
como consecuencia el gran bloqueo de nuestras costas, pese a que este gran caos y desorden
fueron el vínculo para que se formara el movimiento izquierdista restrictivo denominado
Revolución Libertadora.
Características, economía y obras
El refrán que Cipriano seguía en su mandato, nos hablaba que con individuos diferentes,
que tuviesen objetivos realmente frescos y mejores métodos se podía lograr la creación de
un imperio bastante productivo. Su tendencia era dejar atrás todo lo que los gobiernos
anteriores no habían podido lograr ganando el apego de las tendencias liberales.
No era muy confiable con su garantía, pues a parte del general José Manuel Hernández y
Ramón Tello Mendoza, la primera oficina que tuvo se encontraba hecha de antiguos
delegados del Partido Liberal. Aunado a esto, las nuevas creencias eran solamente el punto
culminante de las antiguas repercusiones de un arreglo personalista, degenerado, inflexible
y de una dureza específica.
6. Una cosa que resaltaba y por la cual su mandato se caracterizó fue por la embestida de los
banqueros y la libertadora, pues al momento de negarle un crédito restringido que estaba
forzado por el gobierno, tomó la decisión de detenerlos, cosa que los obligaría a retractarse.
Si bien, permiten la entrega rápida del dinero, esta mala voluntad le pasa una mala jugada
a Cipriano, ocasionándole un grave problema.
Por otro lado, en 1903, Venezuela pasa por una terrible situación debido al aislamiento
internacional, que es uno de los mayores choques con el extranjero que ha ocurrido. Un
año más tarde, terminado el aislamiento y las guerras comunes, la situación monetaria por
la cual pasaba Cipriano cambió positivamente, incrementando una tarifa de novillos, cacao
y expreso. Exaltar lo económico en la temporada que estuvo Cipriano en el poder y
exponiéndola como la exhibición financiera, podía describirse, gracias a su mono
producción, como la dependencia del mercado remoto; el desmoronamiento de los costos
del producto del café y la contienda con las naciones arrendadoras que resultan en la
barricada de nuestras costas. Pasando a 1904 la circunstancia cambia.
Entonces, debemos considerar al café, hasta ese momento, el elemento principal que ayudó
a aumentar la tarifa de manera maravillosa, trayendo así que la nación debía estar sujeta a
mercados remotos donde la obligación por aprieto de origen externo apremiaba a que
Venezuela había estado negociando desde la independencia, la cual ascendió en la
temporada de los años de 1904-1905.
Cipriano Castro fue un hombre que marcó la historia desde que inició su incursión en la
política, otorgándonos diversos cambios y evoluciones, fue en esta época de progreso
cuando se establecieron las bases para la adaptación del Estado Nacional. También, vimos
la discontinuidad política, la introducción del gasto abierto hacia cierres sociales y
beneficiosos con base en el respetable modelo de poder empresarial en manos del Estado;
el cambio en la disposición de tenencia y propiedad, la alteración de sus conexiones de
trabajo, el ajuste en la dimensión especializado que depende del avance y la investigación,
la accesibilidad del capital y su entrada a costos no teóricos, correspondencia local y las
mejoras en la difusión de artículos que aun cuando estuvieron ausentes tuvieron poco
avance. El destino primordial de la agricultura consistió en rehacer el sistema financiero y
político en todo lo que ameritaba para reanimar su desarrollo en base a la agricultura
venezolana dentro del marco temporal de régimen Castrista.
Dentro de las obras más importantes se encuentran las diversas Avenidas, puentes,
hermosas Plazas que en Caracas y en el interior, el teatro Nacional, la Academia Militar y
el Palacio de Gobernación y Justicia, la monumental Residencia Real de Gobierno y
Justicia, fundación de Bellas Artes; con respecto a las rutas de comunicación el mejor
esfuerzo se realizó en el campo de los puertos tanto oceánicos como fluviales y en menor
grado en el reconocimiento de extensiones y restauraciones.
EXILIO Y MUERTE
Ciertamente dicen que todo llega a su fin y esta no fue la excepción con Cipriano y su
gobierno. Poco a poco protagonizó un proceso de deterioro moral que trastornó la marcha
7. del gobierno, provoca la ruptura entre sus partidarios y originó fuertes reacciones de
gobiernos extranjeros. Debido a su salud, contaminada de muchos excesos, Cipriano viajó
a Europa en noviembre de 1908 con el objetivo de someterse a una riesgosa operación
quirúrgica en Alemania, dejando en el poder transitoriamente al vicepresidente de la
República, general Juan Vicente Gómez. Sin saber que este, su gran amigo, se aprovecharía
de la situación y efectuaría golpe de Estado, el 19 de diciembre de ese año. Su caída fue
inmediata, por lo que sufre el acoso de las potencias resentidas por la política que sostuvo
durante 8 años.
A su vez, los gobiernos de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Holanda trabajaron en
conjunto para imposibilitarle el retorno a Venezuela. De esta manera se consolida el
régimen gomecista, dejando a Cipriano como un forastero, deambulando por las islas
vecinas. Al no tener nada de apoyos para idear una invasión armada, se marcha a Madrid
para luego convalecer de su operación en París y en Santa Cruz de Tenerife. A fines de
1912 aspiró pasar una temporada en Estados Unidos, aunque fue apresado y humillado por
las autoridades de inmigración y obligado a marcharse en términos definitivos.
Por fin se establece en Santurce, Puerto Rico en el año de 1916, continuamente vigilado
por los agentes enviados por Juan Vicente Gómez. En 1917 se le acercan representantes
del Gobierno norteamericano, abatidos por la neutralidad gomecista durante la Primera
Guerra Mundial, su objetivo era atraerlo para una posible reacción contra el Gobierno
venezolano; pero Cipriano rechazó las ofertas de la Casa Blanca.
Cipriano Castro murió en Puerto Rico en 1916. Sus restos estuvieron en el cementerio de
San Juan de Puerto Rico hasta el 25 de mayo de 1975, luego fueron repatriados e
inhumados en un mausoleo de su pueblo natal. Posteriormente, el 14 de febrero de 2003
sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional.