2. • Nuestra experiencia republicana ha significado algunos avances y
mejoras como país; sin embargo, la falta de igualdad (frente al
Estado, la ley, y entre peruanos y peruanas) es una de las
principales promesas incumplidas de la vida republicana
• Llegamos al bicentenario siendo un país todavía muy marcado por
la desigualdad y, al mismo tiempo, individualmente optimista
• Existe un nivel considerable de optimismo en el futuro y en lo que
pueden conseguir los recursos individuales y familiares; junto a una
casi nula confianza en las condiciones de bienestar que pueden
ofrecer las instituciones públicas
• Bajo este panorama, parecen estar ausentes las condiciones para
que este optimismo individual se integre a un sentimiento nacional
y a un esfuerzo colectivo