Resumen del libro El Sentido de la Vida

1. UNIVERSIDAD TECNOLOGICA DE MEXICO
CIENCIA Y TÉCNICAS CON HUMANISMO
Clave: TFL1F – TOL126
Profesora: CLAUDIA IVETTE GARCIA LEAL
Entregable Final: El Sentido de la Vida
TERESITA DEL NIÑO JESÚS AGUIAR BASURTO
No. Cuenta: 15393314 Edad: 48 años
Agosto 16, 2015
LIC. EN PSICOLOGÍA MODALIDAD HÍBRIDA

2. La "ilusión del indulto", según el cual el condenado a muerte, en el
instante antes de su ejecución, concibe la ilusión de que le indultarán
en el último segundo. (pág. 13)
Empiezo con esta frase del libro porque es muy importante el darse
cuenta que todos tenemos siempre la idea de que algo mejor nos está
esperando a la vuelta de la esquina y que no hay que esperar mucho
para que llegue, así podemos enfrentar con valor muchos de los
problemas que vivimos día con día, desde el obtener el trabajo
deseado, tener un acenso, un reconocimiento o un aumento, hasta la
sanación de alguna persona que amamos o de nosotros mismos.
El tener la idea que siempre el
futuro nos depara algo bueno
hace que nuestra actitud sea
positiva, sea de lucha y
consecuentemente de
muchos beneficios personales.

3. Literalmente hablando, lo único que poseíamos era nuestra existencia
desnuda. (pág. 15)
Es verdad que todo aquello que poseemos lo
valoramos en forma económica generalmente,
en algunos casos en función del
reconocimiento público y en muy pocos,
valoramos todo lo que poseemos en función de
nuestra “existencia desnuda”.
Cuando uno se da cuenta que lo más valioso
que posee el hombre es uno mismo, se puede
dar cuenta que debe cuidarlo, procurarlo,
protegerlo tanto física como emocionalmente y
entonces no hay cabida a reproches, a daños
o a agresiones y comienza la “auto
aceptación” y la “valoración de uno mismo,
por uno mismo”.

4. Fue Lessing quien dijo en una ocasión: "Hay cosas que deben haceros
perder la razón, o entonces es que no tenéis ninguna razón que
perder." Ante una situación anormal, la reacción anormal constituye
una conducta normal. (pág. 17)
El enfrentarnos a situaciones adversas, impredecibles y ajenas a toda
nuestra voluntad nos hace muchas veces enfrentarnos a resolver
problemas que jamás habíamos pensado, sin embargo no sabemos
cómo, ni de que manera pero reaccionamos, generalmente de la
mejor manera aun cuando no sea una conducta que nosotros digamos
que es propia.
La idea de vencer las adversidades nos hace tener razones para
actuar de formas inesperadas, pero para beneficio generalmente de
nosotros o de quienes amamos y en algunas ocasiones, hasta de los
seres que se encuentran a nuestro alrededor.

5. En tales momentos no es ya el dolor físico lo que más nos hiere (y esto se
aplica tanto a los adultos como a los niños); es la agonía mental
causada por la injusticia, por lo irracional de todo aquello…. un golpe
que incluso no acierte a dar, puede, bajo ciertas circunstancias, herirnos
más que uno que atine en el blanco. (pág. 20)
Aun cuando no podemos saber el
sufrimiento que hayan pasado
estas personas, sí podemos darnos
cuenta que cuando agredimos y lo
hacemos consuetudinariamente, a
la persona que agredimos ya no
siente tanto el dolor físico, sino el
miedo generado en su persona, la
inseguridad y la frustración por ser
agredido sin razón son razones de
mayor peso y mayor trascendencia
en el daño que podemos causar o que nos pueden causar.
Por ello, evitar cualquier tipo de agresión hace que vivamos siempre
mejor, más tranquilos con los demás y mucho más tranquilos con
nosotros mismos.

6. Hay momentos en que la indignación puede surgir incluso en un
prisionero aparentemente endurecido, indignación no causada por la
crueldad o el dolor, sino por el insulto al que va unido. (pág. 22)
El insulto, la agresión, el sobajar a alguien por el simple “placer” de
hacerlo, o bien porque es la forma en que aprendimos a corregir a los
demás no es únicamente una forma errónea, sino que podemos causar
tal indignación en el otro que sin un golpe se sienta más ofendido.
Lo que debemos siempre considerar es que debemos tratar a los demás
como deseamos que se nos trate; respetar al otro implica que nos
respeten y enseñar con amor implica que aprendan para siempre.

7. “Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los
hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás,
dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran
pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al
hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las
libertades humanas —la elección de la actitud personal ante un
conjunto de circunstancias— para decidir su propio Camino”. (pág.
41)
La actitud con que enfrentes a la vida es la
respuesta que obtengas de ésta.
Las personas que dan con el corazón reciben
más beneficios y satisfacciones con un
agradecimiento profundo, una palabra de
aliento o un cariño, el ejemplo de apoyar a los
demás se debe ejecutar siempre, ser parte de
nosotros, parte de nuestra vida y de nuestra
existencia donde quiera que estemos y con
quien quiera que estemos.

8. Es esta libertad espiritual, que no se nos puede arrebatar, lo que hace
que la vida tenga sentido y propósito. (pág. 41)
La libertad para escoger que queremos
hacer de nuestra vida, en quien queremos
creer, que decisiones debemos tomar,
etcétera son las diferentes preguntas que
nos hacemos día a día, pero el encontrar el
sentido y el propósito a nuestra vida nos lo
proporciona la libertad de pensamiento y
esa solamente la podemos obtener cuando
estudiamos, cuando aprendemos de las
experiencias y cuando vivimos sin dañar a
los demás.

9. “La actitud del hombre hacia su existencia, una existencia restringida
por fuerzas que le son ajenas. A este hombre le están prohibidas tanto
la vida creativa como la existencia de goce, pero no sólo son
significativas la creatividad y el goce; todos los aspectos de la vida son
igualmente significativos, de modo que el sufrimiento tiene que serlo
también. El sufrimiento es un aspecto de la vida que no puede
erradicarse, como no pueden apartarse el destino o la muerte. Sin
todos ellos la vida no es completa”. (pág. 41)
El vivir implica sufrir y el sufrir implica vivir ya que para saber que se está
alegre o feliz uno debe saber cual es el sentimiento contrario, por lo
tanto debe saber cual es el sufrimiento y el dolor. Estos sentimientos son
complementarios pero hay que aprender a disfrutar ambos para gozar
la vida y vivirla en plenitud.

10. Una vida cuyo último y único sentido consistiera en superarla o
sucumbir, una vida, por tanto, cuyo sentido dependiera, en última
instancia, de la casualidad no merecería en absoluto la pena de ser
vivida.
Para poder decir que uno está
vivo, debe darle sentido a esta
vida, no dejar únicamente que lo
fortuito, la probabilidad o la
casualidad sean la base de
nuestra existencia.
El encontrar la razón para vivir, la
alegría por estar vivo, la fuerza
para disfrutar esta vida a pesar de
todo lo malo que podamos
enfrentar es la única manera para
decir que “estamos vivos” y que
nuestra vida “vale la pena vivirla”.

11. Las palabras de Nietzsche: "Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de
soportar cualquier cómo“ (pág. 46)
Desgraciado de aquel que no viera ningún sentido en su vida, ninguna
meta, ninguna intencionalidad y, por tanto, ninguna finalidad en
vivirla, ése estaba perdido. (pág. 46)
Vivir significa asumir la responsabilidad de encontrar la respuesta
correcta a los problemas que ello plantea y cumplir las tareas que la
vida asigna continuamente a cada individuo. (pág. 46)
Con estas tres idea quiero concluir mi presentación ya
que son la base de lo que es el sentido de la vida.
Cuando uno no puede encontrar un sentido a la vida,
cuando uno no tiene ganas de vivir y no busca la
forma de continuar su vida llenando aquello que
quiere y necesita, cuando no acepta la
responsabilidad de tomar las riendas de su vida,
entonces cierto es, no vale la pena vivir.
Sin embargo, cuando uno quiere vivir, no importa
cómo, no importa cuándo o con quién, pero buscamos
vivir la vida plenamente, felizmente, responsablemente
y cabalmente, esa es nuestra decisión.

12. Conclusiones:
La primera es que la vida siempre tiene que tener un sentido para
nosotros, éste solo cada uno puede dárselo y cada uno tiene que
encontrar la fortaleza en nuestras debilidades, la alegría en nuestros
pesares y saber valorar cada cosa que tenemos, que darle el sentido
real y correcto a nuestra vida.
Segunda es que el curso me dio muchas nuevas perspectivas sobre mi
vida profesional, bases para crecer y eso es la satisfacción de haber
cursado esta materia.
Finalmente, los valores que aquí vimos, los conceptos, todos son
aprendizajes muy valiosos y que me ayudan en mi vida laboral actual y
en el futuro en mi profesión como psicóloga.