La Revolución Industrial trajo grandes cambios tecnológicos y demográficos, como la máquina de vapor y las máquinas hiladoras y tejedoras mecánicas que requerían fábricas, así como el desarrollo de la industria del transporte con la locomotora y el barco de vapor. Si bien estas innovaciones impulsaron el crecimiento económico, también generaron malas condiciones laborales para los obreros con largas jornadas y bajos salarios, especialmente para mujeres y niños.