Tres caudillos cajamarquinos lideraron la Revolución del 3 de enero de 1854 para lograr que Cajamarca sea reconocida como departamento. Tras una batalla en la plaza principal de Cajamarca, los revolucionarios derrotaron a las fuerzas oficialistas y el subprefecto firmó un convenio reconociendo el nuevo estatus político de la provincia. Poco después, el gobierno central confirmó a Cajamarca como nuevo departamento a través de un decreto.