Los antiguos griegos tenían cuatro ritos funerarios principales: la prothesis, donde el cuerpo era expuesto y preparado para el luto; la ekphora, cuando el cuerpo era transportado al cementerio por los necróforos acompañados de música; el taphos, donde el cuerpo era quemado en una pira funeraria y sus cenizas recogidas; y el entierro, donde se ayudaba al alma del difunto en su tránsito al mundo de los muertos.