El documento describe el movimiento romántico en Europa y España en el siglo XIX. Se desarrolló como reacción al racionalismo de la Ilustración y se caracterizó por una visión pesimista de la existencia, la búsqueda de ideales, y la evasión a través de la pasión, el sueño y lo sobrenatural. En España, el romanticismo se retrasó debido a la Guerra de Independencia pero floreció tras la muerte de Fernando VII en 1833 con la vuelta de los exiliados.