Vicente de Paúl tuvo contacto con las tres figuras más poderosas de Francia en ese momento: Richelieu, Luis XIII y Ana de Austria. Con Richelieu colaboró en varias obras de caridad y el cardenal confiaba en él. Luis XIII también confiaba en Vicente y le pidió que asistiera a su muerte. Ana de Austria era devota y confiaba en la honradez y caridad de Vicente. Tras la muerte de estas figuras clave y la victoria francesa en Rocroi, comenzó una nueva época para Vicente
2. Había entrado en contacto con las tres grandes figuras que concentraban todo el poder de
Francia: En cada uno había dejado una huella diferente, en función de los motivos que los
habían llevado a encontrarse y de las actividades que le habían visto desarrollar.
3. Ya le vimos
interesándose muy
pronto por las
motivaciones y los
objetivos de la
conferencia de los
martes.
Entre 1635 y 1642,
los encuentros de
Vicente y Richelieu
debieron de ser
frecuentes.
4. También Richelieu fue confiando cada vez más en
Vicente. Nos consta que apreciaba y favorecía sus
obras. Aun prescindiendo de la fundación de
Richelieu, en 1640 le entregó 700 libras para
misas, y en 1642, otras 12.000 para el seminario
de Bons Enfants. El cardenal recurrió a Vicente para
dos graves negocios de Estado en los que
necesitaba el respaldo de personalidades
eclesiásticas de prestigio.
Tras la muerte de Richelieu, sobrevenida el 4 de
diciembre de 1642, no ha dejado huella apreciable
en la correspondencia de Vicente.
5. Al servicio del rey
Las relaciones de
Vicente con Luis XIII
fueron más raras, pero,
en definitiva, más
cordiales. Prescindiendo
de ocasiones oficiales, la
primera entrevista
conocida de Vicente con
el monarca data del año
1636, cuando el canciller
solicitó de Vicente
misioneros para el
ejército.
Dos años más tarde, en 1638, los sacerdotes de las conferencias enviados
por Vicente predicaron en Saint Germain en Laye, residencia de la corte, Era
la primera vez que Luis XIII veía directamente en acción a los discípulos de
Vicente.
6. "La sagrada persona de la reina"
Mazarino se le acerca a
Ana de Austria era muy
diferente de su marido.
Como una reina cristiana
educada en la piedad
barroca en que se
formaban las princesas de
Madrid y Viena; devota,
pero no fanática, que
sabía compaginar la
alegría de vivir con
grandes y nobles
virtudes.
La reina había llegado a tener con él una confianza bastante íntima.
Confiaba, sobre todo, en su honradez y en su caridad desinteresada. Tanto
que una vez le entregó un diamante valorado en 7.000 libras, y otra, unos
pendientes que las damas vendieron en 18.000 27.
7. "Su Majestad quiso que yo asistiese a su muerte"
Poco después de esa entrevista se produjo la muerte del rey al
cabo de una larga enfermedad, cuyos primeros síntomas se
manifestaron en el mes de febrero. El más grave era la gran
cantidad de sedes episcopales vacantes. El rey quería proveerlas
antes de su muerte. Para ello encargó al confesor que, consultando
a otras personas ilustradas y devotas, y muy especialmente al Sr.
Vicente, le presentase una lista de candidatos.
Una semana más tarde, la enfermedad del rey se agravaba peligrosamente.
El día 23 se le administró la extremaunción.
Otra de las cuestiones que preocupaban al monarca era la consolidación
24.000 libras para la fundación de dos misiones anuales en Sedan durante
diez años.
8. "A nadie he visto morir tan cristianamente"
La mejoría del rey fue efímera. El jueves 7 de
mayo se produjo un nuevo empeoramiento,
que iba a ser ya decisivo. La enfermedad -
probablemente, una tisis intestinal - no
permitía ninguna esperanza.
La muerte se produjo el 14 de mayo de 1643,
a las dos y media de la tarde. Treinta y tres
años antes, aquel mismo día había sido
asesinado su padre Enrique IV. Vicente se
acordaba muy bien.
9. "Aún quedaba la formidable infantería española"
A los cinco días de la muerte del rey, las tropas francesas obtenían
la más resonante de sus victorias en la guerra de los Treinta Años:
Los franceses se sintieron vencedores; los españoles, derrotadas, a
pesar del derroche de heroísmo, que produjo la muerte de 6.000
veteranos, con su general.
Rocroi y la desaparición sucesiva del escenario político europeo, en el
espacio de pocos meses, de las grandes figuras rectoras: Richelieu, el
conde duque de Olivares (caído en enero del 43), Luis XIII, Urbano
VIII (en 1644), señalaban un giro decisivo en la historia de
Francia y Europa. También en la vida de Vicente empezaba una nueva
época. Al cabo de diez años de irresistible ascensión había alcanzado la
etapa de plenitud y predominio.
10. "Aún quedaba la formidable infantería española"
A los cinco días de la muerte del rey, las tropas francesas obtenían
la más resonante de sus victorias en la guerra de los Treinta Años:
Los franceses se sintieron vencedores; los españoles, derrotadas, a
pesar del derroche de heroísmo, que produjo la muerte de 6.000
veteranos, con su general.
Rocroi y la desaparición sucesiva del escenario político europeo, en el
espacio de pocos meses, de las grandes figuras rectoras: Richelieu, el
conde duque de Olivares (caído en enero del 43), Luis XIII, Urbano
VIII (en 1644), señalaban un giro decisivo en la historia de
Francia y Europa. También en la vida de Vicente empezaba una nueva
época. Al cabo de diez años de irresistible ascensión había alcanzado la
etapa de plenitud y predominio.