El documento define las tecnologías disruptivas como innovaciones que conducen a la desaparición de productos y servicios existentes. Generalmente comienzan dirigidas a mercados menos rentables, con prestaciones más bajas pero a precios más accesibles, y luego mejoran para capturar una mayor cuota del mercado desplazando a la tecnología dominante. Proporciona algunos ejemplos como la fotografía digital, la telefonía móvil y los transistores.