Zaqueo era un recaudador de impuestos en la ciudad de Jericó que se sentía miserable. Quería ver a Jesús para aprender más sobre él. Aunque era bajito, trepó a un árbol para ver a Jesús cuando pasara. Cuando Jesús lo vio, lo invitó a bajar y a ir a su casa. Allí, Zaqueo aceptó a Jesús como su salvador.