El SIDA es una enfermedad contagiosa transmitida sexualmente que puede afectar a toda la sociedad. Sus síntomas incluyen diarrea crónica, sangrado por diferentes orificios, y manchas de colores anormales en la piel, acompañados de cansancio y falta de ánimo. Se propaga por contacto sexual sin protección y puede evitarse usando métodos de protección como condones e inyecciones, así como sometiéndose a exámenes regulares. El SIDA toma control total del cuerpo y la motricidad de la persona infectada