Simulación de la evacuación en edificios en altura
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ARTÍCULO TÉCNICO
23 junio 2017
Como todos sabemos, la última semana ha resultado especialmente trágica en lo que a
incendio se refiere. En un primer momento, la agresividad con la que el fuego engulló la Torre
Grenfell en Londres no dejó de recordarnos a lo que en su día ocurrió con la Torre Windsor de
Madrid. Lamentablemente, a medida que pasaron las horas, nos dimos cuenta que las
consecuencias nada tenían que ver. Del mismo modo, durante esta semana han salido a la luz las
posibles deficiencias e incumplimientos a nivel normativo de este edificio residencial de gran
altura, un edificio que había sido reformado recientemente en un país que se caracteriza, por su
“obsesión” – vista desde fuera - por la seguridad contra incendios.
Sin entrar a debatir qué puntos del Approved Document B se cumplieron y cuáles no, hoy nos
gustaría analizar un factor que, a pesar de ser el punto sobre el que pivota la seguridad contra
incendios, en muchos casos no recibe la atención que debiera, y es el “escenario humano durante
la evacuación”.
Las circunstancias que rodean al incendio de Londres pueden considerarse como lo que los
expert@s llamamos un “worst case scenario”, un incendio en un edificio residencial donde
además de probables deficiencias, se desarrolló entrada la noche, con muchos de los vecinos en
sus casas descansando.
Durante las últimas décadas, se han llevado acabo multitud de estudios a fin de poder
identificar, definir y cuantificar aquellos parámetros que caracterizan este escenario humano. En
el caso concreto que nos afecta (un incendio durante la noche con los ocupantes durmiendo),
cabe destacar los estudios realizados por figuras como Rita Fahy (NFPA) y Guylène Proulx
(National Research Council Canadá) [1], quienes, a partir del estudio de simulacros y eventos
El impacto del movimiento y la conducta
humana durante un incendio en edificios
en altura
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reales, analizaron un factor tan importante como es el tiempo de retardo (tiempo de pre-
evacuación) en comenzar la evacuación en diversos edificios residenciales durante la noche,
estudiando además el impacto de un mal sistema de alarma. Centrándonos en este último caso,
las investigadoras encontraron que los ocupantes pueden tardar desde minutos hasta más de una
hora en percatarse de la gravedad de la situación y en comenzar su intento por alcanzar un lugar
seguro.
Como sabemos, las normativas de
seguridad contra incendios, tanto a nivel
nacional como internacional, presentan
una serie de requerimientos mínimos
fijados, que ofrecen unos márgenes de
seguridad que, aunque en principio
deberían ser adecuados, en ningún
momento entran a debatir o considerar
si lo son en cuanto a la evacuación de las
personas.
Nuestro DB-SI presenta, al igual que
otras normativas internacionales, la
flexibilidad de buscar soluciones alternativas, siempre que se demuestre y justifique que ofrecen
al menos el mismo nivel de seguridad. Dentro de esta “justificación” es cuando los Ingenieros de
seguridad contra incendios empleamos los cálculos ASET – available safe egress time frente RSET
– required safe egress time, o lo que es lo mismo, es cuando analizamos si el tiempo en el que se
evacúa el edificio es suficiente antes de que la situación no sea sostenible a causa del fuego o
del humo. Es en este punto, cuando esta evacuación se toma en consideración y se cuantifica. Sin
embargo, incluso en este momento, muchas veces nos vamos a cálculos a mano [2], donde
empleamos valores medios o máximos para los parámetros (velocidad de desplazamiento, tiempo
de pre-evacuación, etc.), es decir, valores únicos para obtener un único tiempo de evacuación.
Pero… ¿es realista considerar que todos los ocupantes se desplazan a una velocidad de 1.2 m/s o
asumir que todos los residentes comienzan a moverse a los 120 s? ¿El tiempo de pre-evacuación
resulta igual en un incendio de oficinas que en un edificio residencial?
No hace falta entrar en debate para saber que no, que no es realista. La evacuación es un
proceso aleatorio [3] donde la respuesta y el movimiento de las personas dependerán de sus
características físicas y psicológicas, además del propio entorno [4], y como proceso aleatorio
debe considerar estos parámetros como variables aleatorias.
El estudio de la conducta y movimiento de
personas en incendios viene de la mano del
desarrollo de algo que seguro que nos resulta
familiar, y son los modelos de simulación
computacional de evacuación. Actualmente
existen decenas de modelos con múltiples
capacidades [5]. En muchos casos, cuando
presentamos estos modelos, lo que llama la
atención es su capacidad gráfica, cómo permite al
usuario visualizar el desarrollo de la evacuación e
incluso, en algunos casos, su interacción con las herramientas de modelado de incendio,
visualizando también el humo.
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Sin embargo, hay algo que cabe destacar más que su potencial visual, y es la capacidad de
estos modelos para representar la conducta y el movimiento de las personas, así como la
aleatoriedad asociada al fenómeno de la evacuación en sí mismo, mediante el uso de variables
de entrada aleatorias (velocidades de desplazamiento, tiempo de pre-evacuación, flujo por la
salida, etc.). El uso adecuado de estos modelos nos permitirá dar el salto desde el cálculo
tradicional a mano o un resultado único, al análisis del desarrollo temporal del fenómeno de la
evacuación, permitiéndonos no sólo obtener tiempos de evacuación e incluso estudiar múltiples
escenarios con un enfoque aleatorio, sino identificar otros factores como zonas de riesgo por
congestión, cuellos de botella, etc.
Por último, estos modelos deben emplearse con precaución. Si analizamos estos software
veremos que muchas empresas desarrolladoras han impulsado su verificación ya sea a partir de
experimentos o de evacuaciones reales, y veremos que sus resultados se ajustan a la realidad con
un nivel de confianza adecuado. Sin embargo no debemos perder de vista que a pesar de
asemejarse a un videojuego, el modelado de evacuación no es un juego de niños, y que al igual
que otros software, la experiencia del usuario a la hora de comprender el modelo, seleccionar la
metodología de su uso y los inputs o datos de entrada, incluyendo lo relacionado con el
movimiento y conducta de los ocupantes, resulta vital para obtener resultados aceptables que se
ajusten a la realidad.
En Ashes Fire contamos con profesionales de larga experiencia y recorrido en el uso de las
diferentes herramientas de modelado de evacuación para diversos escenarios.
Este know-how nos permite no sólo analizar y definir de manera adecuada los escenarios de
evacuación y su desarrollo, sino orientar al cliente cuándo éste es necesario o recomendable,
así como identificar qué software puede adecuarse a sus necesidades.
[1] http://www.iafss.org/publications/fss/5/783/view%3E
[2]PD 7974-6
[3] D. Alvear, O. Abreu, A. Cuesta and V. Alonso, A new method for assessing the application of deterministic or
stochastic modelling approach in evacuation scenarios, Fire Safety Journal (2014), Vol. 65, pp. 11-18. DOI:
10.1016/j.firesaf.2014.02.005
[4] Kuligowski, E. D., “Modeling Human Behavior During Building Fires”, NIST
National Institute of Standards and Technology, NIST Technical Note 1619, EEUU,
2008
[5] E.D. Kuligowski., R.D. Peacock, B.L. Hoskins, A Review of Building Evacuation Models, Technical Note 1680, 2nd
edition, NIST, Gaithersburg, 2010.