El sistema de salud en Estados Unidos gasta una gran cantidad en atención médica pero tiene resultados más bajos que otros países desarrollados. No tiene un sistema de cobertura universal, sino que depende de seguros privados o programas públicos como Medicare y Medicaid. Esto ha llevado a costos crecientes para los individuos. Existen varias propuestas para reformar el sistema, incluida una opción de seguro obligatorio con subsidios estatales o sistemas mixtos de aseguradoras privadas y cooperativas sin fines de lucro.