Sobibor trata sobre la historia de Emma, una adolescente con problemas de anorexia y bulimia cuya salud empeora después de un intento de suicidio. Entre las pertenencias de su abuela fallecida, Emma encuentra el diario de un soldado nazi llamado Jacques Desroches que describe sus tareas en el campo de exterminio de Sobibor. Además, Emma descubre fotografías que revelan que su abuelo era en realidad Paul Lachenal, el verdadero nombre de Jacques Desroches. El libro explora cómo la pé
2. Editorial
“¿Qué conexión hay entre los campo de
extermino y la anorexia? Ninguna,
evidentemente. Salvo que algunas veces, las
pequeñas historias se entretejen con las grandes
historias, aquellas que se escriben, como se suele
decir con la H mayúscula”
5. ean Molla es un escritor francés nacido en 1958 en Uchda,
Marruecos, casi en la frontera con Argelia. Después de estudiar
literatura en Tours y Poitiers, va en el turismo. Su amor por
la lectura le llevó a escribir a la edad de 10 años, pero no fue
hasta 2000 cuando empezó a publicar sus obras. Su primera
novela, Copia Certificada parece. También es profesor de
francés en zonas de educación prioritaria. Ahora vive en
Poitiers.
J
6. ¿QUÉ ES LA ANOREXIA?
Quellas
personas
que sufren
anorexia sienten
un miedo real a
engordar y
tienen una
imagen
distorsionada
tanto de las
dimensiones
comodelaforma
de su cuerpo. Por ello no pueden mantener un peso corporal normal. Muchos
adolescentes con anorexia restringen la ingesta de alimentos haciendo dieta,
ayuno e incluso ejercicio físico excesivo. Casi no comen, y lo poco que ingieren
se convierte en una obsesión.
Otras personas que padecen anorexia recurren a los atracones y
las purgas posteriores: ingieren grandes cantidades de alimentos y después
tratan de eliminar las calorías mediante el vómito, tomando laxantes,
haciendo ejercicios físicos en exceso, o mediante una combinación de varias
de estas acciones.
A
7. ¿Qué es la
Bulimia?
n el caso de la bulimia, quien la padece se
da grandes atracones de
comida (comiendo en exceso) y después
trata de compensarlo con medidas
drásticas, como por ejemplo el vómito
inducido o ejercicio físico excesivo para
evitar subir de peso.
Con el tiempo, esto puede resultar
peligroso, física y emocionalmente.
También pueden provocar
comportamientos compulsivos (es decir,
comportamientos que son difíciles de
evitar).
Las personas bulímicas comen grandes
cantidades de comida de golpe
(generalmente comida chatarra) y suelen
hacerlo a escondidas de los demás.
Frecuentemente comen alimentos no
cocidos o que aún están congelados, o
sacan comida de la basura. Suelen sentir
que no pueden dejar de comer y solo lo
hacen cuando están demasiado llenos
como para seguir comiendo. La mayoría
de las personas que padecen bulimia
luego recurren a los vómitos, los laxantes
o al ejercicio físico excesivo.
E
Si bien la anorexia y la
bulimia son muy
similares, las personas
anoréxicas suelen ser
muy flacas y suelen
tener un peso inferior
al normal. Por el
contrario, las personas
que son bulímicas
pueden tener un peso
normal o estar un poco
excedidas en su peso.
8. Obibor fue un campo de
exterminio de la Alemania
nazi, creado en marzo de
1942, que formaba parte de la
Operación Reinhard. Su nombre
proviene del nombre del pueblo
de Sobibór, junto al cual fue
construido. Actualmente es
parte del voivodato de Lublin,
en Polonia.
Allí llegaron mayormente
judíos soviéticos capturados
en el Frente del Este,
prisioneros de guerra y
gitanos. Transportados a
Sobibor en trenes de ganado en
muy duras condiciones,
finalmente fueron intoxicados
en cámaras de gas que eran
alimentadas con un motor de
gasolina para producir
monóxido de carbono, pero
posteriormente se introducían
unos cristales de un pesticida
comercializado con el nombre
de Zyklon B que era mucho más
efectivo y rápido. El sistema
para lograr que entrasen a la
cámara era hacerles creer que
se trataba de duchas de
desinfección e infundir
confianza a los presos. Se
calcula que hasta 200 000
personas murieron en Sobibor,
en su gran mayoría judíos.
El 5 de julio de 1942, Himmler
ordenó que se cerrara el campo
como centro de exterminio y
que se convirtiera en un campo
de concentración. Se
construyó el Campo IV para
almacenar munición soviética
capturada.
En septiembre de 2014 un
equipo de arqueólogos
encontró los restos de las
cámaras de gas del campo de
concentración.
S
9. a frágil salud de una
adolescente anoréxica y
bulímica se agrava con
un intento de suicidio tras
la muerte de su abuela, entre
cuyas pertenencias se
encuentra el diario de un
soldado francés que colaboró
activamente en el campo de
exterminio de Sobibor,
Polonia. En esas páginas se
describen los métodos e
infamias de la “solución
final”, nombre que dieron
los nazis al Holocausto.
Recordar los crímenes de
guerra y preservar la vida.
Emma Lachenal está en los
albores de la edad adulta,
mide 1.65 metros y pesa
treinta y cinco kilos: la
anorexia y la bulimia han
reducido su piel a una corteza
pegada a los huesos. Culpa a
Julián, su novio, de su falta
de apetito, pero reconoce que
el fallecimiento de su
abuela, Anna Wiesckiewa, fue
el impulso para “aprender”
a vomitar: todo comenzó una
noche en que la oyó proferir
entre sueños los nombres de
Jacques Desroches y Eva
Hirschbaum. Más tarde Emma
encuentra el diario de
Jacques, en el que el soldado
narra en un estilo neutro y
descarnado sus tareas en
Sobibor —donde era conocido
como Karl Frank—, el
asesinato a sangre fría de Eva
y su hijo y su amorío con la
abuela. Devastada por la
revelación, una verdad más
terrible sale a relucir
cuando Emma descubre un par
de fotografías bajo las tapas
del diario: aquel asesino es
Paul Lachenal, su abuelo.
L
10. Obibor, un libro sobre la pérdida de humanidad. Al final de aquel
diario, está anotado que Jacques Desroches murió en 1943, el mismo
año de su estadía en Sobibor. Emma no comprende cómo su abuela
pudo enamorarse de un hombre así, pero al reconocer las facciones de
su abuelo en aquel soldado nazi comprende que ambos escaparon de su
responsabilidad histórica y de una ejecución segura. “¿Es posible entonces
disimular a tal punto?”, se pregunta Emma. “Y si mi abuela pudo hacerlo,
cuántos más no habrán podido”, como se considera que hicieron cientos de
nazis que se diseminaron por el mundo y retomaron sus vidas embozados bajo
nuevas identidades.
Diario de Jacques Desroches: “Los judíos sanos son conducidos hasta el
campo 3 […] Empezamos por tratar a los hombres. Luego viene el turno de
los niños y las mujeres. Éstas pasan antes por una barraca, la ‘peluquería’,
donde las rapan. Luego, los ucranianos hacen entrar a la gente menuda en
las duchas y Fuchs o Gotringer echa a andar el motor diesel. Se da
tratamiento a seiscientas personas a la vez. Al cabo de cerca de treinta
minutos, unos detenidos judíos ventilan las cámaras de gas y evacuan los
cuerpos por la puerta trasera”.
Emma Lachenal: “¿Comprendía esa gente su monstruosidad? Lo dudo. Se
comportaban como los empleados de una empresa encargada de destruir
parásitos. Tenían una tarea que cumplir, y la cumplían sin cargo de
conciencia. Lo importante era hacer bien el trabajo. Eran eficientes,
profesionales. Impecables.”
S
11. Personal
unca había leído un libro que
tratase sobre la anorexia y a la
vez hablara sobre judíos. O sea,
¿a quién puede ocurrírsele
mezclar una cosa con la otra? Pues
obviamente, al autor de esta historia.
Sobibor nos presenta dos narradores:
Emma la adolescente con problemas de
anorexia; y Jacques, el soldado cuyas
experiencias de vida, va plasmando con
letras dentro de aquel diario. Diario que
la abuela de Emma conservó durante
todo aquel tiempo.
A pesar de que es una historia cortita (no
pasa de doscientas páginas), profundiza
bastante. Con una escritura bien formada
y una narración
cálida, hace que el
lector se lo lea en
cuestión de horas.
El único punto
malo que le vi, es
que según yo, es
algo predecible.
O sea, no hay que
ser un genio, para
saber qué secreto
se está
escondiendo.
N
Ruth Torres