c3.hu3.p1.p3.El ser humano como ser histórico.pptx
Sociologia - Recalde
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Sociología (Universidad Nacional de La Matanza)
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4. Héctor E. Recalde
Licenciado en Sociología (UBA)
Doctor en Historia (UNLP)
SOCIOLOGÍA
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6. ÍNDICE
CAPÍTULO I
LA SOCIOLOGÍA
De la reflexión sobre lo social a la sociología ...............................
Los padres fundadores. Marx, Durkheim, Weber ..........................
La sociología como ciencia ...........................................................
Sociología y ciencias sociales. La interdisciplinariedad .................
El desarrollo de una investigación sociológica ..............................
Conceptos clave ..........................................................................
CAPÍTULO II
LOS PROBLEMAS FUNDANTES DE LA SOCIOLOGÍA Y
LAS PRINCIPALES CORRIENTES SOCIOLÓGICAS
La Revolución Industrial y la sociedad capitalista .........................
Los aspectos técnicos y económicos
de la Revolución Industrial ..........................................................
Las consecuencias sociales y políticas
de la Revolución Industrial ..........................................................
Distintas perspectivas teóricas sobre los
orígenes del capitalismo .............................................................
La sociología académica y el marxismo ........................................
El funcionamiento social: ¿integración o conflicto? ......................
El mundo capitalista: centro y periferia .......................................
La sociología urbana, de Simmel a la Escuela de Chicago ..............
Georg Simmel. Los contactos interpersonales
en las ciudades. El urbanita .........................................................
La sociología urbana. La Escuela de Chicago ..................................
Conceptos clave ..........................................................................
CAPÍTULO III
CULTURA Y PERSONALIDAD
¿Qué es la cultura? ......................................................................
La cultura inmaterial ...................................................................
La cultura material ......................................................................
La diversidad cultural ¿cultura o culturas? ...................................
Las subculturas ............................................................................
Cultura y civilización ...................................................................
Persistencia y cambio cultural .....................................................
Integración y desajuste cultural ...................................................
Etnocentrismo y relativismo cultural ...........................................
¿Hacia una cultura universal? ......................................................
La personalidad, un producto social .............................................
El proceso de socialización ..........................................................
La familia. Un tema de interés sociológico ...................................
La escuela pública, una novedad histórica ....................................
Los medios masivos de comunicación ..........................................
La socialización y el ciclo vital ......................................................
La influencia de las experiencias sociales. El habitus ....................
¿Existe una naturaleza humana? .................................................
Conceptos clave ..........................................................................
CAPÍTULO IV
LA ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
La estratificación en las distintas corrientes sociológicas ..............
Los distintos sistemas de estratificación social .............................
Las desigualdades entre las personas ..........................................
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7. 6
SOCIOLOGÍA
Las clases sociales en el mundo actual .........................................
La pobreza, un fenómeno universal .............................................
La movilidad social ......................................................................
Las transformaciones en el mundo del trabajo .............................
Los nuevos movimientos sociales y las clases sociales .................
Sistema educativo y desigualdades sociales ................................
Conceptos clave ..........................................................................
CAPÍTULO V
CLASES SOCIALES, GÉNERO, RAZA Y ETNIA
Las bases de las diferencias sociales ............................................
Del sexo al género ......................................................................
La ‘dominación masculina’. La violencia simbólica ........................
Desigualdades cruzadas: clases sociales, etnias, razas y
género en América Latina y la Argentina actual ............................
Conceptos clave ..........................................................................
CAPÍTULO VI
EL MUNDO SOCIOCULTURAL CONTEMPORÁNEO Y
LAS EXPLICACIONES SOCIOLÓGICAS
Un mundo globalizado .................................................................
La globalización cultural. La sociedad de la comunicación .............
Los medios y la política. La política como espectáculo ..................
Las visiones sociológicas del mundo actual ..................................
Las teorías sociológicas de la post modernidad ............................
Zygmunt Bauman. La ‘modernidad líquida’ ..................................
Anthony Giddens. La ‘sociedad postradicional’ ............................
George Ritzer. La ‘macdonalización’ de la sociedad ......................
Marc Augé. Un antropólogo que mira hacia adentro .....................
Conceptos clave ..........................................................................
BIBLIOGRAFÍA .............................................................................
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8. 7
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
CAPÍTULO I
LASOCIOLOGÍA
DE LA REFLEXIÓN SOBRE LO SOCIAL A LA SOCIOLOGÍA
La palabra ‘sociología’ fue acuñada por el francés Augusto Comte (1798-
1857) y significa ‘saber o conocimiento de la sociedad’. El término apareció
impreso por primera vez en el Curso de Filosofía Positiva de este autor,
publicado en París en 1838. El propósito de Comte era aplicar a los estudios
sociales el método de las ciencias naturales, que eran las más
desarrolladas de su época; de esa manera, no sólo inventó una palabra
sino que pretendió hacer de su especialidad una ciencia empleando los
criterios metodológicos de esas disciplinas, principalmente la Física. Su
interés consistía en explicar, predecir y controlar el funcionamiento de la
sociedad, estudiándola ‘tal como era’, no como pretendían que fuese
aquellos que no estaban contentos con el orden social.
En este capítulo nos referiremos a los orígenes de la Sociología, la más moderna de las ciencias sociales, ubicando el contexto de su
surgimiento, desde el segundo tercio del siglo XIX en adelante. También mencionaremos las inquietudes que impulsaron la obra de ‘los
padres fundadores’ (Marx, Durkheim y Weber) y sus distintas perspectivas ante los problemas de la sociedad capitalista de su época;
además ofreceremos un panorama de los principales sociólogos que continuaron su obra. Finalmente ubicaremos a esta disciplina
dentro del campo de las ciencias sociales, ofreciendo un ligero panorama de sus objetivos y de la metodología que la caracteriza.
Este interés no era nuevo: desde la Antigüedad distintos filósofos se
ocuparon de los problemas propios de su lugar y de su época, tratando
de darles solución. Los conflictos sociales y la inestabilidad política
preocuparon a los grandes filósofos griegos, Platón (427-347 a.C.) y
Aristóteles (384-322 a.C.), que estudiaron los problemas de las ciudades-
estado. Lo mismo ocurrió en los comienzos de la Modernidad con Nicolás
Maquiavelo (1469-1527) -considerado el padre de la Ciencia Política, el
primer campo secularizado (es decir, desvinculado de las creencias
religiosas) de las ciencias sociales- y con los filósofos iluministas
franceses del siglo XVIII, Montesquieu (1689-1755) y Rousseau (1712-
1778), que expresaban los intereses de la burguesía de su país y sus
reclamos ante el absolutismo monárquico; su obra, según escribió Juan
Carlos Portantiero, puede considerarse como un antecedente directo
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9. 8
SOCIOLOGÍA
de la sociología. Paralelamente ocurría un gran desarrollo de la Economía
Política, que también respondía a las inquietudes de esa clase social en
ascenso; en este caso los mayores representantes fueron Adam Smith
(1723-1790) y David Ricardo (1772-1823), cuyas ideas sirvieron de
fundamento a los empresarios que impulsaron la Revolución Industrial.
El contexto: el espíritu de la modernidad
El positivismo
La ‘modernidad’ se inició a fines del siglo XV y uno de sus rasgos fue
el desarrollo científico y tecnológico, que desde entonces se incrementó
constantemente. A lo largo de los siglos XVI, XVII y XVIII progresaron la
física, la biología, la química, la astronomía y las matemáticas, con lo que
aumentó el conocimiento de los fenómenos naturales y se multiplicaron
las aplicaciones prácticas de los conocimientos. Estos avances fueron el
resultado de la aplicación del método científico, cuyos ejes centrales
eran la observación, el registro de las observaciones y la experimentación.
La aplicación de esta metodología permitió realizar avances muy
considerables en el conocimiento de la realidad natural; se entiende,
entonces, que los rasgos más característicos de esa etapa fueran la
confianza en la posibilidad de conocer y la admiración por las ciencias
de la naturaleza, que se constituyeron en modelos de quienes querían
avanzar en el conocimiento de los fenómenos sociales. Así ocurrió con
los precursores de la sociología, Saint Simon (1760-1825) y Comte.
Saint Simon fue el creador de la ‘filosofía positiva’ o Positivismo,
que reflejó los intereses de la burguesía francesa en ascenso, que se
enfrentaba simultáneamente con dos enemigos: los partidarios de la
restauración –los elementos reaccionarios que querían volver a la
situación anterior a la Revolución Francesa- y los que querían profundizar
los cambios revolucionarios, afectando los intereses de los burgueses
ricos que controlaban el poder. Se trató de una reacción contra la filosofía
racionalista de la Ilustración, que había servido de fundamento
ideológico a la Revolución Francesa; Saint Simon consideraba a aquélla
como una filosofía ‘negativa’, que conspiraba contra la estabilidad del
orden social. Al mismo tiempo compartía la admiración de su generación
por la física y la biología; para él la sociología era la culminación de todo
el pensamiento científico y sus análisis sociales muestran el influjo de
las ciencias de la naturaleza. Lo mismo ocurrió con Comte, que fue su
secretario y profundizó mucho su pensamiento.
En su Curso Comte reconoció la deuda de la ‘filosofía positiva’ con
los que habían sentado las bases de la ciencia moderna: Bacon,
Descartes, Galileo Galilei. La meta principal de ese curso era la fundación
de ‘la física social’: ‘un análisis racional y positivo del funcionamiento
de los fenómenos sociales, con el propósito de lograr una organización
científica del estado social presente’. Desde esa perspectiva los
fenómenos sociales eran considerados como objeto de conocimiento
científico; sin embargo, no se trataba sólo de conocer: el propósito era
relacionar la ‘ciencia social’ con las actividades sociales, es decir, se
buscaba conocer para controlar y ordenar. Esta intención culmina con
Durkheim y su ‘División del Trabajo Social’, que se propone la
organización racional de una sociedad económicamente avanzada.
El texto que puedes leer en la página siguiente te permitirá entender
cómo se concebía la ciencia social desde la perspectiva positivista;
también verás que ese punto de vista, iniciado en el primer cuarto del
siglo XIX, seguiría vigente durante muchas décadas.
Retrato del conde de
Saint-Simon, el padre
del positivismo
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10. 9
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
‘La ciencia social, a imagen de las ciencias de la naturaleza, debía constituirse
positivamente. En realidad su status no sería otro que el de una rama de la
ciencia general de la vida, necesariamente autónoma, porque el resto de las
ciencias positivas no podía dar respuesta a las preguntas que la dinámica
de las sociedades planteaba, pero integrada a ellas por idéntica actitud
metodológica. La sociedad, así, será comparable al modelo del organismo.
Para su estudio habrá que distinguir un análisis de sus partes -una morfología
o anatomía- y otro de su funcionamiento: una fisiología. Así definía Saint-
Simon las tareas de la nueva ciencia:
‘Una fisiología social, constituida por los hechos materiales que
derivan de la observación directa de la sociedad y una higiene
encerrando los preceptos aplicables a tales hechos, son, por tanto,
las únicas bases positivas sobre las que se puede establecer el
sistema de organización reclamado por el estado actual de la
civilización.’
Fisiología e Higiene: no pura especulación sino también la posibilidad de
instrumentar ‘preceptos aplicables’ para la corrección de las enfermedades
del organismo social. Este positivismo, que exigía estudiar a la sociedad
como se estudia a la naturaleza, iba a encontrar su método en el de la
biología, rama del conocimiento en acelerada expansión durante el siglo
XIX. Para Emile Durkheim, que representa a la sociología ya en su momento
de madurez, el modelo que apuntalará a su fundamental Las reglas del método
sociológico (1895) será la Introducción al estudio de la medicina experimental
(1865) del fisiólogo Claude Bernard. Pero el positivismo con el que se recubre
y virtualmente se confunde el origen de la sociología, tendrá también otro
sentido, no meramente referido a la necesidad de constituir el estudio de la
sociedad como una disciplina científica. Positivismo significa también
reacción contra el negativismo de la filosofía racionalista de la Ilustración,
contemporánea de la Revolución Francesa.
En realidad, los dos significados se cruzaban. La tradición revolucionaria
del Iluminismo operaba a través del contraste entre la realidad social tal
cual era y una Razón que trascendía el orden existente y permitía marcar la
miseria, la injusticia y el despotismo. En ese sentido, en tanto crítica de la
realidad, era considerada como una ‘filosofía negativa’. El punto de partida
de la escuela positiva era radicalmente distinto. La realidad no debía
subordinarse a ninguna Razón Trascendental. Los hechos, la experiencia, el
reconocimiento de lo dado, predominaban sobre todo intento crítico, negador
de lo real. Hasta aquí, este rechazo del trascendentalismo estimula la
posibilidad de un avance del pensamiento científico por sobre la metafísica
o la teología. Pero esta supeditación de la ciencia a los hechos implicaba,
simultáneamente, una tendencia a la aceptación de lo dado como natural.
La sociedad puede incluir procesos de cambio, pero ellos deben estar
incluidos dentro del orden. La tarea a cumplir es desentrañar ese orden -es
decir desentrañar las leyes que lo gobiernan-, contemplarlo y corregir las
desviaciones que se produzcan en él. Así, todo conflicto que tendiera a
destruir radicalmente ese orden debía ser prevenido y combatido, lo mismo
que la enfermedad en el organismo.
Con esta carga ideológica nace la sociología clásica. En la medida en que
busca incorporar a la ciencia el estudio de los hechos sociales por vía del
modelo organicista, desnuda su carácter conservador. Este rasgo incluye a
todos sus portavoces, aunque existan ecuaciones personales o culturales
que diferencien a cada uno.
Juan Carlos Portantiero, ‘El origen de la Sociología. Los padres fundadores’
(fragmento)
ACTIVIDAD
Luego de leer atentamente, responde:
¿Estás de acuerdo? ‘En sus orígenes, la Sociología estuvo relacionada con las
ciencias naturales’. Fundamenta con precisión.
LECTURA
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11. 10
SOCIOLOGÍA
La sociología, ciencia de la crisis
Las problemáticas de las sociedades capitalistas
Los comienzos de la sociología están relacionados con los cambios
tecnológicos, económicos, sociales y políticos ocurridos en Europa unos
doscientos años atrás: la Revolución Industrial inglesa (a partir del último
cuarto del siglo XVIII) y la Revolución Francesa (que se desarrolló entre
1789 y 1799). Esas grandes revoluciones cambiaron profundamente la
situación de los países en las que ocurrieron y sus efectos se extendieron
por el mundo en las décadas siguientes. El éxodo rural, la urbanización,
el considerable crecimiento demográfico, el surgimiento de las fábricas,
la aparición de una clase obrera numerosa e insatisfecha con sus
condiciones de vida y de trabajo, las demandas políticas de la propia
burguesía, el fin del absolutismo monárquico, la expansión del comercio
internacional, fueron los principales resultados de esa doble revolución.
Los cambios producidos en Europa a lo largo del siglo XIX fueron
enormes: en ese continente se sentaron las bases del moderno
capitalismo y comenzó la democracia burguesa. La forma de vida de la
mayoría de los europeos sufrió cambios extraordinarios: muchas de esas
transformaciones fueron dolorosas para una enorme cantidad de
individuos que debieron modificar sus costumbres seculares; millones
de ellos también debieron abandonar su lugar de residencia tradicional
y cambiar las actividades y el estilo de vida que sus familias habían
llevado durante siglos. Los otros continentes sufrieron el impacto del
capitalismo europeo: amplias zonas de Asia y África se convirtieron en
colonias; los países de América Latina y el Caribe, por su parte, que se
habían separado de España y Portugal, logrando su independencia
política, establecieron una relación de dependencia económica con Gran
Bretaña constituyéndose en exportadores de productos primarios,
mientras importaban artículos industriales y capitales de esa nación y
de otros países centrales. En capítulos posteriores veremos con más
detalle el proceso que originó el nacimiento del capitalismo y las
consecuencias de su expansión.
En ese contexto nació la sociología, que completó la trilogía de las
ciencias sociales surgidas entre los siglos XVI y XIX (las otras dos eran la
Ciencia Política y la Economía Política). Estas disciplinas surgieron en
otros momentos del desarrollo capitalista, previos a la Revolución
Industrial; en cambio Comte y sus sucesores vivieron en la etapa de la
gran industria con los conflictos sociales que la caracterizaban, y el móvil
de la reflexión sociológica era ‘nuestro estado social anormal’, según
escribió Émile Durkheim (1858-1917), uno de los fundadores de la nueva
disciplina.
Un interés teórico y práctico
Distintos enfoques ante los mismos problemas
En las primeras décadas del siglo XIX, teólogos, reformadores
sociales, revolucionarios y filósofos se ocupaban de analizar la sociedad,
preocupados por las consecuencias del naciente capitalismo. Las
transformaciones impulsadas por las revoluciones burguesas originaron
nuevos conflictos: lo que para unos representaba más poder y grandes
beneficios económicos para muchos otros significó nuevas
postergaciones y necesidades. Como veremos más adelante, las
desigualdades sociales originaron grandes conflictos y los precursores
y fundadores de la sociología fueron testigos preocupados de las nuevas
situaciones: así ocurrió con el conde de Saint Simon (1760-1825), Augusto
Comte, Max Weber (1864-192) y Emile Durkheim, que brindaron distintas
explicaciones a los problemas que observaban.
Desde el comienzo fueron diferentes las perspectivas de Karl Marx
(1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895), que bautizaron a sus teorías
como ‘socialismo científico’, y las de Comte, Weber, Durkheim y quienes
los siguieron hasta el presente, que desarrollaron una ‘ciencia social’ o
‘sociología’. La nueva disciplina fue una respuesta conservadora a la
crisis del siglo XIX, un intento de reconstituir el orden social perdido
dentro del sistema capitalista; los fundadores del ‘socialismo científico,
por su parte, afirmaban que la solución de los problemas sociales sólo
era posible estableciendo un orden social distinto.
Como veremos a lo largo de todo este libro, la pluralidad de enfoques
y perspectivas sigue caracterizando a los sociólogos hasta la actualidad.
Los sociólogos contemporáneos comparten esta doble preocupación,
teórica y práctica: como ha ocurrido desde el surgimiento de esta
disciplina aspiran a ampliar su conocimiento sobre la estructura y
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12. 11
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
funcionamiento de la sociedad para actuar sobre ella en un sentido u
otro, de acuerdo a sus variadas posiciones ideológicas. En este aspecto,
hay sociólogos con orientaciones conservadoras, reformistas o
revolucionarias.
LOS PADRES FUNDADORES
MARX, DURKHEIM, WEBER
Nos referimos a continuación a tres grandes pensadores, que se
enfrentaron a los conflictos sociales de capitalismo en la segunda mitad
del siglo XIX y comienzos del XX. Se trata de Karl Marx, Émile Durkheim
y Max Weber.
Marx fue un testigo de la sociedad de su época y postuló la existencia
de clases con intereses antagónicos y de la lucha de clases como un
fenómeno característico de toda la historia humana; también pronosticó
que ese conflicto debía desembocar necesariamente en una revolución
que pondría fin a las clases sociales. Personalmente estuvo vinculado a
los orígenes del movimiento obrero internacional y con algunas
organizaciones revolucionarias de inspiración socialista, y a pesar de su
formación universitaria no perteneció al mundo académico; por ese
motivo y por su carácter fuertemente crítico de la sociedad capitalista,
durante mucho tiempo su pensamiento fue excluido de la enseñanza
universitaria. Marx pasó la mayor parte de su vida en el exilio.
Durkheim y Weber, por su parte, entendieron que las clases sociales
eran complementarias y sus diferencias podían conciliarse, ubicándose
como defensores del statu quo. Ambos se desempeñaron como
profesores universitarios y mantuvieron contactos con las autoridades
de sus respectivos países, con cuyos intereses nacionales se identificaron
profundamente. Estas dos figuras fueron reconocidas por otros
intelectuales como ‘sociólogos’, en tanto que Marx (y su amigo y socio
intelectual, Engels) se presentaron como fundadores del ‘socialismo
científico’.
Mientras el lugar preferido de Durkheim y Weber fue la cátedra
universitaria, desde donde se dirigían a sus alumnos, Marx eligió el
contacto con sindicalistas y políticos de inspiración revolucionaria, las
prolongadas investigaciones y el ejercicio del periodismo.
Choques en una manifestación cartista
Los conflictos sociales propios del capitalismo
originaron las reflexiones de los primeros sociólogos
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13. 12
SOCIOLOGÍA
El fantasma de Marx
La obra teórica de Marx fue monumental y sus ideas tuvieron una
gran influencia sobre el movimiento obrero organizado y los partidos
socialistas que se crearon en diversos países de Europa y, rápidamente,
en el resto del mundo. Su pensamiento fue interpretado de diferentes
maneras, por lo que los socialistas se dividieron en distintas corrientes,
algunas ‘revolucionarias’, otras ‘reformistas’. El fenómeno se reflejó en
la propia Alemania, la patria de Marx y de Max Weber, donde creció la
socialdemocracia, que se integró al sistema político, junto a corrientes
que apostaron a cambiar radicalmente el sistema.
Weber ha sido llamado ‘el Marx burgués’, ya que defendió los
intereses de la burguesía alemana y se opuso vigorosamente a las
corrientes del socialismo revolucionario difundidas en su país a
comienzos del siglo pasado; algunos de sus libros más importantes
tuvieron como objetivo rechazar la interpretación marxista de la historia
y formular visiones alternativas. Algo parecido ocurrió con el francés
Durkheim. Por eso se ha hablado del ‘fantasma de Marx’, en el sentido
de que muchos intelectuales lo criticaron explícitamente debido a la
gran influencia de sus ideas sobre los trabajadores de todo el mundo.
Por todos estos motivos ha sido usual diferenciar a la sociología
académica del marxismo. Desde la perspectiva marxista ortodoxa
frecuentemente se ha considerado a la sociología como una respuesta
conservadora a los problemas de la sociedad capitalista, en tanto que
muchos sociólogos actuales consideran que los análisis de Marx
corresponden a un momento pasado de la sociedad y que sus pronósticos
revolucionarios no se han concretado. Por otra parte, la sociología como
disciplina científica ha sido muy influida por el marxismo, en tanto que
pensadores marxistas contemporáneos han incluido en su reflexiones
problemáticas que también son analizadas por los ‘académicos’ y que
no formaban parte de las reflexiones originarias de los padres del
‘socialismo científico’.
La vigencia de los ‘clásicos´
Marx, Weber y Durkheim son considerados como ‘clásicos’ de la
sociología. Esto se debe, según han señalado Hernández Romero y
Galindo Sosa, a que su pensamiento no pasa de moda y se sigue tomando
como modelo; además, han formulado tres grandes paradigmas (es decir,
modelos teóricos) que siguen vigentes. Según ha señalado Juan Carlos
Portantiero, después de ellos se han producido avances en las técnicas
de investigación, no en las grandes líneas teóricas. Jeffrey Alexander,
por su parte, ha escrito sobre ‘la centralidad de los clásicos’,
proporcionando esta breve definición sobre lo que significa ‘ser clásico´’:
‘…un clásico es aquel que establece criterios fundamentales dentro de un
campo o disciplina que, pese a haber surgido en contextos anteriores al
nuestro, siguen siendo pertinentes en la reflexión de los problemas de la
actualidad por su alcance y ambición.’
El pensamiento de los clásicos,
aunque discutido, sigue vigente
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14. 13
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
Un rápido retrato de los clásicos
y una síntesis de sus aportes
Karl Marx nació en Treveris, Reino de Prusia en 1818, cuando Alemania
todavía estaba dividida en una gran cantidad de pequeños Estados, y
murió en Londres, Gran Bretaña, en 1883. Hijo de una familia judía de
clase media convertida al luteranismo, su padre era un abogado de ideas
liberales que insistió en que su hijo estudiara Derecho, a pesar de que
éste estaba más interesado en la filosofía y la literatura. Cursó sus
estudios universitarios en Bonn y Berlín, y finalmente se doctoró en la
Universidad de Jena. Permaneció ajeno al mundo académico y se dedicó
al periodismo político, constituyéndose en promotor de organizaciones
revolucionarias socialistas. Por ese motivo sufrió persecuciones y exilios,
que lo llevaron a vivir en París y Bruselas (siendo expulsado de ambas
ciudades) y finalmente en Londres, donde llegó en mayo de 1849 y
permaneció el resto de su vida. En 1843 se había casado con una noble
prusiana, con la que tuvo dos hijas; toda la familia compartió su
definitivo exilio británico y una vida de grandes necesidades económicas
que sin embargo no lo apartaron de sus inquietudes políticas e
intelectuales.
En agosto de 1845, en París, Marx conoció a Friedrich Engels, hijo de
una rica familia de industriales textiles, con el que inició una amistad
que se prolongó el resto de su vida. Ambos compartían las ideas
socialistas y desarrollaron una activa colaboración política e intelectual,
escribiendo juntos algunas obras importantes. Engels fue el principal
sostén económico de la familia Marx, que vivió en medio de grandes
estrecheces. En 1848, ambos fueron testigos del ciclo de revoluciones
que recorrió las grandes capitales europeas y en ese contexto
escribieron una de sus obras más conocidas, El Manifiesto Comunista,
un folleto propagandístico en el que sintetizaron algunas de sus ideas
centrales acerca de la dinámica histórica; también participaron en la
fundación de la Asociación Internacional de Trabajadores (1864), con
sede en Londres. En 1871 se produjo en Francia un gran episodio
revolucionario, la llamada ‘Comuna de París’, primera experiencia en la
que participaron trabajadores organizados de la surgió su trabajo La
guerra civil en Francia.
En Londres Marx pasó mucho tiempo en la biblioteca del Museo
Británico, ocupado en profundizar sus investigaciones históricas sobre
los orígenes del capitalismo en Inglaterra y el conocimiento de las ideas
de los principales economistas. El resultado fueron tres obras:
Contribución a la crítica de la Economía Política (1857), Teoría de la
Plusvalía y el primer tomo de El Capital, su trabajo cumbre, cuyos dos
últimos tomos fueron publicados después de su muerte. Durante los
últimos años de su vida disminuyó su capacidad laboral y pasó enfermo
sus quince meses finales. Sus restos se encuentran en un cementerio
de Londres. Su enorme producción intelectual tuvo una gran repercusión
política, ya que el movimiento socialista internacional desde el último
cuarto del siglo XIX en adelante se inspiró en sus ideas, aunque
interpretadas de diferentes maneras, lo que dio lugar a distintas
corrientes frecuentemente enfrentadas. También ha sido objeto de
muchas críticas desde los puntos extremos del pensamiento político,
que incluye a liberales y anarquistas.
Émile Durkheim nació en Épinal, Francia, en 1858, y murió en París en
1917. Fue un profesor universitario, autor de numerosos trabajos en los
que estableció formalmente la sociología académica, constituyéndola
en una disciplina independiente que se enseñaba en las altas casas de
estudio. Creó del primer departamento universitario de sociología (1895)
y simultáneamente publicó Las reglas del método sociológico, en el que
pretendió establecer una metodología propia de esta disciplina. Al año
siguiente inició la publicación de la primera revista especializada y dio
a conocer El Suicidio, un trabajo pionero en la investigación social basado
en datos estadísticos, en el que aplicó su método. Durkheim adhería al
positivismo de Comte, aunque avanzó considerablemente en el
desarrollo de una metodología específicamente sociológica. Algunas
de sus orientaciones fueron retomadas por el estructural-funcionalismo
norteamericano: la idea de función, es decir, los roles o papeles sociales
que los distintos individuos deben cumplir, y el entender a los conflictos
sociales como anomalías que perturban el avance hacia el orden y el
progreso. Puntualizamos seguidamente algunos de los principales
aspectos del pensamiento de Durkheim:
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15. 14
SOCIOLOGÍA
Estableció la autonomía de la sociología, afirmando la existencia
de hechos específicamente sociales independientes de los
fenómenos biológicos y psicológicos, y abordables a través de
técnicas de estudio específicas.
Definió a los hechos sociales como ‘(…) modos de actuar, pensar y
sentir externos al individuo y que poseen un poder de coerción en
virtud del cual se imponen a él’. Esos hechos existen antes que los
individuos y fuera de ellos, e influyen en la conformación de su
personalidad y en su integración al medio social, ya que distintos
mecanismos coercitivos hacen que internalicen los contenidos de
su cultura.
Afirmó que la solidaridad era la base de la cohesión social,
identificando dos formas de la misma, propias de distintos tipo de
sociedades: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. La
primera es propia de las comunidades rurales, la familia y los grupos
de amigos, donde se dan relaciones ‘cara a cara’ ya que existe una
gran proximidad y trato habitual entre los individuos, que hace que
sus vínculos tengan una base afectiva. La otra se da en las sociedades
industriales, debido a la creciente división del trabajo: en ese caso
las personas son cada vez más diferentes, el sentido de pertenencia
se diluye y los contactos son esporádicos y orientados a fines
específicos; en este caso la solidaridad entre los individuos se basa
en los intereses.
Elaboró el concepto de anomia, un fenómeno característico de
las sociedades de su tiempo (aplicable al nuestro), que consiste en
la ausencia de normas que regulen el comportamiento individual.
Esta situación origina un bajo grado de integración social y perturba
a los individuos al punto de poder conducirlos al suicidio.
Max Weber (1864-1920), nació y murió en Alemania, en una familia
de clase media acomodada. Su padre era un jurista y político destacado
en la época de Bismarck (1815-1898), ‘el canciller de hierro’, que dirigió
la política del recién fundado Imperio Alemán entre 1871 y 1890. Max
mostró una temprana afición a las ciencias sociales y siguió estudios de
Derecho y Economía, evidenciando siempre su interés por la Historia;
también realizó extensos estudios de Teología y en algunos de sus
trabajos más importantes subrayó el papel que, en su opinión, había
jugado la religión en la vida de distintos pueblos de la cultura occidental.
En 1889 obtuvo su doctorado en leyes y comenzó su carrera como
profesor universitario. Alrededor de 1890 se mostró interesado en la
política contemporánea y en las cuestiones sociales, y durante la guerra
mundial de 1914-1918 prestó distintos servicios a su país; al final de la
misma fue consultor de la comisión alemana que negoció el Tratado de
Versalles e integró el grupo que preparó el borrador de la Constitución
de Weimar, que rigió en Alemania al terminar el conflicto. En esos años
se mostró muy preocupado por la posibilidad de una revolución
comunista en su país. En 1918 fue director del primer instituto de
sociología creado en Alemania, en la Universidad de Munich, aunque
como destacan sus biógrafos, nunca dicto una cátedra de esa
especialidad.
Uno de los aspectos en los que centró su atención fue la interacción
entre las ideologías religiosas y el comportamiento económico,
afirmando que las ideas de la Reforma (iniciada en Alemania a comienzos
del siglo XVI y luego extendida a otros países de Europa y los Estados
Unidos de América) ocupaban un lugar muy destacado entre los factores
que favorecieron la aparición del capitalismo. Buscando fundar su tesis
revisó la historia de pueblos antiguos como China e India y terminó
afirmando que sus religiones (además del sistema de castas en la India)
habían sido un obstáculo para su progreso económico. Sus explicaciones
respecto a la génesis del capitalismo buscaron replicar al enfoque de
Marx, como veremos en el capítulo siguiente. No se trataba sólo de una
cuestión teórica, sino que tenía profundas raíces ideológicas y políticas:
Weber se identificaba como un patriota alemán y veía en las corrientes
socialistas revolucionarias, que eran muy importantes en su país a
comienzos del siglo XX, un peligro para los intereses de la burguesía
alemana con la cual se sentía profundamente identificado.
Considerado como uno de los fundadores de la sociología, nunca se
vio a si mismo como un sociólogo sino que prefirió considerarse un
historiador, aunque concibió a ambas disciplinas como muy vinculadas.
En este aspecto coincidió con Marx y Durkheim que se valieron de los
conocimientos históricos como fuente para sus elaboraciones teóricas.
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16. 15
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
¿Para qué pensar lo social?
Como hemos visto, la sociología nació como respuesta a las grandes
transformaciones y conflictos que originó el nacimiento del capitalismo
industrial y su evolución posterior. Por eso la hemos definido como una
‘ciencia de la crisis’, utilizando la expresión acuñada por Juan Carlos
Portantiero. Las reacciones ante el espectáculo de la nueva sociedad
fueron muy variables, aunque las podemos reducir a cuatro: la añoranza
del pasado, la defensa del statu quo, la búsqueda de reformas y los
propósitos revolucionarios. Cada una de ellas se reflejó en las ciencias
sociales, como iremos viendo al estudiar a los precursores de esta
disciplina, a los padres fundadores y a los pensadores que los siguieron
hasta hoy.
Después de los clásicos
Después de los clásicos el pensamiento sociológico tuvo algunos grandes
representantes, de cuya obra daremos un rápido panorama a lo largo de
este libro.
El alemán Georg Simmel, que fue el primero en prestar atención
a la forma de vida propia de las grandes ciudades y describir su
impacto sobre la personalidad de sus habitantes, los ‘urbanitas’, y
las interrelaciones que mantienen. De esa manera este autor dejó
de lado la visión macrosociológica de los padres fundadores, que se
centraron en las estructuras sociales con una perspectiva histórica,
para fijar su atención en las relaciones interpersonales, en la acción,
con un enfoque microsociológico.
El grupo de autores que integraron la Escuela de Chicago, que se
dedicaron al estudio de las problemáticas de esa ciudad
norteamericana en las tres primeras décadas del siglo pasado. Su
perspectiva coincidía con la orientación inaugurada por Simmel,
centrada en los estudios urbanos, aunque los de Chicago llevaron a
cabo importantes trabajos empíricos sobre cuestiones específicas
de su ciudad: la inserción de los inmigrantes, los conflictos laborales,
la pobreza urbana, el delito y las pandillas juveniles, entre otros
problemas. Sus mayores aportes consistieron en el empleo de
métodos de investigación cualitativos, como la observación
participante, los relatos de vida y las encuestas. El propósito de su
actividad era eminentemente práctico: contribuir a la solución de
los problemas mencionados, dentro de una perspectiva
conservadora.
En los años ’40 declinó la importancia de los investigadores de
Chicago y en la sociología norteamericana surgió la figura de Talcot
Parsons, representante del estructural-funcionalismo. Esta corriente
abandonó la perspectiva histórica y desarrolló un análisis social de
corte conservador, que entendió a la estabilidad como el estado
natural de las sociedades y calificó al conflicto como una ‘patología’.
Otros integrantes de esta escuela flexibilizaron el enfoque, buscando
comprender las ‘conductas desviadas’ y valorizando, en algunos
casos, los aportes que podía hacer cierto tipo de conflictos al orden
social; un representante destacado fue Robert Merton.
Las novedades de la vida urbana, desde comienzos del siglo XX,
interesaron a los sociólogos
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17. 16
SOCIOLOGÍA
Una figura muy singular de la sociología norteamericana fue
Charles Wright Mills (1916-1962), que escribió varios títulos
fuertemente críticos a las corrientes predominantes de la sociología
norteamericana de su época, a las que bautizó como ‘el empirismo
abstracto’ y ‘la gran teoría’. Se trataba, respectivamente, de las
aplicaciones de la sociología a los estudios de mercado y a los
desarrollos teóricos de Parsons. El libro donde Wright Mills
desarrolló estas ideas fue La imaginación sociológica, que Gino
Germani hizo conocer en castellano.
El francés Pierre Bourdieu (1930-2002), una de las figuras más
importantes de la sociología contemporánea, sobre cuyo trabajo
haremos reiteradas referencias posteriormente.
Otros pensadores que han analizado las características del mundo
contemporáneo son Anthony Giddens, Zigmunt Bauman, Marc Augé
y George Ritzer, de los que hablaremos en el último capítulo. Desde
luego, hay muchos más de los que no podemos ocuparnos por falta
de espacio. Esos autores pretenden que el mundo contemporáneo
presenta características peculiares que lo diferencian nítidamente
de la etapa anterior, las que tienen un gran impacto sobre la vida de
cada uno de nosotros. El eje central de sus preocupaciones es el
tránsito de la ‘modernidad’ a la ‘post modernidad’ (que a veces
llaman de otras maneras: ‘sobremodernidad’, ‘modernidad liquida’).
A continuación encontrarás un texto de Charles Wright Mills. Su lectura
te permitirá entender mejor la perspectiva sociológica, es decir, la manera
en que los sociólogos enfocan la relación que existe entre la vida de
cada uno de nosotros y la sociedad en la que nos toca vivir.
El individuo y su contexto social
Cuando una sociedad se industrializa, el campesino se transforma en
trabajador industrial y el señor feudal se arruina o se hace empresario.
Cuando una clase emerge o sucumbe, un hombre gana un puesto de trabajo
o pierde el que tenía; cuando la tasa de inversión sube o baja, un hombre
cobra nuevos ánimos o se arruina. Cuando estalla una guerra, un
vendedor de seguros se convierte en lanzador de misiles; un dependiente
de una tienda se hace analista de radar; una mujer se queda sola en
casa; un niño crece sin padre. Ni la vida de un individuo ni la historia de
una sociedad pueden entenderse la una sin la otra.
Sin embargo, los hombres no suelen entender o definir los problemas
que están atravesando en términos de cambios históricos. No suelen
relacionar su situación, los cambios que se suceden en sus vidas, con
los cambios que se están produciendo en la sociedad en la que viven.
Apenas conscientes de las relaciones complejas que anudan sus propias
vidas al curso de la historia mundial, la inmensa mayoría de los hombres
desconocen lo que implica esta relación para el tipo de hombre que se es
y que se está haciendo, y para el tipo de procesos históricos en los que
está participando. No tienen ese talante, esa disposición mental necesaria
para captar la interrelación entre el hombre y la sociedad, entre su
biografía y su historia, entre su personalidad y el mundo.
Lo que necesitan es cierta disposición que les ayude a ver qué es lo que
está sucediendo en el mundo y qué es lo que les está sucediendo a ellos
mismos. A esta disposición la podemos llamar imaginación sociológica.
Wright Mills, Charles, La imaginación sociológica
ACTIVIDAD
Lee con mucha atención y proponé otro título para esta lectura.
LECTURA
Charles Wright Mills, un crítico
de la sociología norteamericana de su época
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18. 17
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
Ver lo general en lo particular
Cada uno de nosotros tiene clara conciencia de su identidad: somos
‘fulano de tal’, de tantos años, de sexo..., hijo de..., nacido..., de
ocupación... (se trata, como ya te habrás dado cuenta, de los datos que
volcamos habitualmente en cualquier formulario cuando tenemos que
realizar algún trámite: inscribirnos en la escuela, por ejemplo). Lo que
normalmente no percibimos es que, al mismo tiempo, pertenecemos a
distintas categorías sociales: grupo de edad, de género, de clase social
(y varias otras que después iremos nombrando), sobre las que existen
determinadas expectativas sociales. No es lo mismo, por ejemplo, tener
dieciséis años que cincuenta; ser hombre y no mujer; pertenecer a una
familia tradicional y de elevados recursos, que integrar una familia
común y de pocos medios económicos. En cada uno de estos casos la
sociedad espera de nosotros comportamientos distintos en
determinados aspectos; lo que podemos hacer o dejar de hacer es
diferente; nuestras posibilidades vitales varían. De la misma manera,
pertenecemos a un lugar y una época determinados, y esto nos
condiciona en varios aspectos importantes. (Trataremos extensamente
cada uno de estos aspectos en los capítulos sucesivos).
LA SOCIOLOGÍA COMO CIENCIA
Desde sus orígenes prehistóricos, los seres humanos fueron
conociendo su entorno y se preocuparon por saber cada vez más sobre
él. De esta manera fueron elaborando distintas explicaciones sobre la
realidad de contenido mágico y religioso, aunque también acumularon
muchas observaciones y experiencias. Con la aparición de las primeras
civilizaciones, unos seis o siete mil años atrás, los conocimientos
avanzaron mucho en manos de castas sacerdotales que se ocupaban de
esas tareas; un gran salto se dio entre los antiguos griegos, en los siglos
VI y V a.C. La ciencia tal como hoy la concebimos, basada en la observación
y la experimentación, nació en algunos países de Europa en los siglos
XVI y XVII. Desde entonces ha progresado enormemente, conviviendo
siempre con otras formas de ‘saber’ que nunca han desaparecido del
todo. De ello hablaremos a continuación.
Los distintos tipos de verdades
A nivel social existen distintos tipos de ‘verdad’, a las que todos
adherimos organizando nuestra vida y tomando decisiones a partir de
lo que consideramos como cierto. Al respecto debemos distinguir entre:
La creencia o fe: se trata de un conocimiento dogmático, por lo
general de tipo religioso, que no requiere de demostración alguna.
El criterio de autoridad: en este caso, la aceptación proviene del
prestigio que reconozco a las personas o instituciones en las que se
originan ciertas afirmaciones.
El consenso social: son ‘verdades’ compartidas por los miembros
de una sociedad, en cuanto tales; se trata de las pautas, normas y
valores, en base a los cuales se organiza la conducta de sus miembros.
También podemos llamarlo sentido común.
Aunque no nos demos cuenta, la vida de todos
nosotros está muy influida por factores sociales
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19. 18
SOCIOLOGÍA
Las diversas formas de ‘verdad’
‘Cuando decimos que ‘sabemos’ algo, podemos querer decir muchas
cosas distintas. Alguna gente, por ejemplo mantiene que Dios existe.
Sólo un reducido número de personas, dice haber tenido algún contacto
directo con Dios, pero todos los creyentes ‘saben’ que Dios existe.
Llamaremos a esta forma de saber ‘creencia’ o ‘fe’. Una segunda forma de
verdad es la que se basa en el juicio de los expertos. Sabemos que tenemos
tal o cual enfermedad porque el médico nos la ha diagnosticado. Un
tercer tipo de verdad es la que se basa en los acuerdos y entendimientos
comunes de la gente con la que vivimos. Llegamos a saber, por ejemplo,
que robar está mal porque prácticamente todos y cada uno dice que está
mal. (...) nosotros, que vivimos en una sociedad más ‘avanzada’, también
tomamos decisiones y organizamos nuestras vidas a partir de cosas que
se ‘saben’ de modo no científico. Un investigador nuclear, por ejemplo,
puede seguir practicando su religión porque cree en ella, puede saber
qué medicamento tiene que dar a su hijo porque se lo ha dicho el pediatra,
o puede saber que tal o cual otro partido puede gobernar más
acertadamente el país porque ha llegado a esa conclusión después de
hablar con amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. En otras
palabras, en nuestras vidas cotidianas aceptamos distintos tipos de
verdades’. (Macionis y Plummer, 37).
Convencimientos populares
y evidencias científicas
El interés de los sociólogos es estudiar el mundo de lo social de un
modo lógico y racional. Para lograrlo, organizan sus investigaciones
siguiendo ciertas reglas de procedimiento que tratan de garantizar un
conocimiento científicamente verdadero. Sin embargo, como hemos
señalado más arriba, ‘la verdad científica’ no es la única: lo común es
que las afirmaciones científicas convivan (y choquen) con
convencimientos de distinto origen muy difundidos entre la gente. Esto,
que ocurre con todas las disciplinas científicas (ya que las personas
opinan sobre todo lo que les interesa: las enfermedades, los fenómenos
climáticos, los problemas económicos, etcétera), es común en el campo
social. Veamos algunas afirmaciones que escuchamos con frecuencia:
‘Para acabar con el delito hay que aumentar la represión’
‘Los villeros viven así porque quieren’
‘La gente del Interior es indolente’
‘Los pobres están así porque tienen muchos hijos’
‘A los jóvenes de hoy no les gusta trabajar’
De tanto escucharlas (y repetirlas) estas afirmaciones tienen para
muchísima gente el carácter de verdades indiscutibles. La actitud
sociológica ante cuestiones como estas es más prudente: consiste en
evaluar críticamente lo que vemos, leemos y oímos. Como todos los
científicos, los sociólogos sustentan sus afirmaciones en investigaciones.
Un aspecto característico de la perspectiva sociológica es distanciarnos
de lo que nos resulta familiar, no dar nada por supuesto, atrevernos a
hacer preguntas. El investigador social debe partir de la idea de que ‘las
cosas no son lo que parecen’ (o lo que el común de la gente dice que
son); sobre esta base, los sociólogos tratan de examinar críticamente la
realidad y ponen a prueba sus explicaciones acerca de la misma. Estos
son los propósitos de la investigación social.
La investigación social
El Diccionario de ciencias políticas y sociales dirigido por Torcuato Di Tella
define de esta manera a la investigación social:
‘... es el proceso que surge a partir del planteamiento de un problema
significativo dentro del ámbito de una disciplina, consistente en un número
de actividades relacionadas entre si por medio de procedimientos científicos,
con el objeto de dar respuesta a tal problema.’
En toda investigación correctamente desarrollada se da una fusión
entre la teoría social y la investigación empírica. El primer ejemplo de
una investigación social desarrollada de esta manera lo encontramos
en el trabajo de Émile Durkheim, El suicidio, publicado en 1897. Antes de
él encontramos antecedentes de investigaciones empíricas en Adam
Smith (1723-1790), La riqueza de las naciones; Robert Malthus (1766-
1834), Ensayo sobre la población y Federico Engels, La situación de la
clase obrera en Inglaterra.
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20. 19
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
¿Qué es una investigación empírica?
Por investigación empírica se entiende la investigación que utiliza
información construida a partir de observaciones, información basada
en el mundo de lo observable que nos llega a través de los sentidos. En
filosofía de la ciencia el empirismo, como metodología basada en la
primacía de lo observable, se contrapone al racionalismo como
metodología basada, ante todo, en procedimientos lógico-racionales.
Pero es la conjunción de ambas perspectivas la que origina la metodología
científica dominante cuyo basamento es la investigación empírica. Ni la
gran teoría ni el empirismo abstracto gozan hoy día de predicamento,
porque es algo admitido que ni los hechos hablan por si solos, ni es
posible un avance científico que no recurra constantemente a
contrastaciones empíricas.
Mitos, religiones, filosofía y ciencia
La metodología científica
Los seres humanos han tratado de explicar siempre la realidad que
los rodea (y explicarse a ellos mismos). En esta búsqueda apelaron a los
mitos, los grandes sistemas religiosos, la filosofía y, finalmente, a la
ciencia, cuyos más lejanos antecedentes se ubican en la antigua Grecia
cinco o seis siglos antes de Cristo. La búsqueda sistemática del
conocimiento (a la que llamamos ‘ciencia’) es propia de la cultura
occidental, especialmente a partir del siglo XVII.
Desde entonces han avanzado enormemente los conocimientos
sobre el Universo, la naturaleza y la vida en nuestro planeta; en ese
proceso los seres humanos se han conocido mejor a si mismos. Como
hemos visto, las primeras en desarrollarse han sido las ciencias exactas
y naturales; el desarrollo de las ciencias sociales es mucho más reciente.
Un aspecto característico de la ciencia es el empleo de una
metodología apropiada. ‘Método’ ignifica camino; la metodología es el
conjunto de procedimientos mediante los cuales se construye el
conocimiento científico. Por eso debemos distinguir dos significados
de ‘ciencia’: uno pasivo, representado por el conjunto de conocimientos
ya contrastados, presuntamente ciertos; otro activo, constituido
precisamente por la metodología, el modo sistemático de producir
nuevos conocimientos.
El empleo de procedimientos metodológicos es lo que permite
diferenciar entre la ciencia y otros ‘conocimientos’, a los que ya hemos
hecho referencia.
La ciencia es uno de los modos de conocer la realidad
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21. 20
SOCIOLOGÍA
Sentido común y perspectiva sociológica
Los siguientes párrafos -extraídos del prólogo a la primera edición de
Las reglas del método sociológico, de Émilie Durkheim, publicado en 1895-
te aclararán las diferencias existente entre las opiniones comunes y las
afirmaciones de las ciencias sociales.
‘Estamos tan poco habituados a tratar científicamente los hechos sociales
que ciertas proposiciones contenidas en esta obra, probablemente,
sorprenderán al lector. Pero si existe una ciencia de las sociedades, es
preciso tener en cuenta que no consiste en una simple paráfrasis de los
prejuicios tradicionales, sino que nos hace ver las cosas de forma distinta
de cómo las ve el vulgo, porque el objeto de toda ciencia es hacer
descubrimientos y todo descubrimiento desconcierta, más o menos, a
las opiniones ya admitidas. Por consiguiente, a menos que se conceda al
sentido común en sociología una autoridad que no tiene desde hace
mucho tiempo en las otras ciencias -y no se ve de dónde podría venirle-
es preciso que el sabio se decida resueltamente a no dejarse intimidar
por los resultados obtenidos en sus investigaciones, si éstas se han
realizado metódicamente. Si el buscar la paradoja es propio de un sofista,
rehuirla, cuando es impuesta por los hechos, es propio de un espíritu sin
valentía o sin fe en la ciencia.
Por desgracia, es más fácil admitir esta regla en principio, y teóricamente,
que aplicarla con perseverancia. Estamos todavía demasiado
acostumbrados a zanjar todas estas cuestiones de acuerdo con las
sugerencias del sentido común para que podamos fácilmente mantenerlo
a distancia de las discusiones sociológicas. Aunque nos creamos
liberados de él, el sentido común nos impone sus juicios sin que nos
demos cuenta. Sólo una larga y especial práctica puede evitar tales
desfallecimientos. He aquí lo que pedimos al lector que tenga la bondad
de no perder de vista. Que considere siempre presente que los modos de
pensar a los que él es más propenso son más bien contrarios que
favorables al sentido científico de los fenómenos sociales y, por
consiguiente, que se ponga en guardia contra sus propias impresiones.
Si se abandona a ellas, sin resistencia, corre el riesgo de juzgarnos sin
habernos comprendido (...)
SOCIOLOGÍA Y CIENCIAS SOCIALES
LA INTERDISCIPLINARIEDAD
Varias ciencias se ocupan del estudio de distintos aspectos de los
seres humanos: la anatomía y la fisiología estudian la conformación y el
funcionamiento de nuestro cuerpo; la psicología, nuestros procesos
mentales; las diversas ciencias sociales, la relación de los hombres entre
si y los resultados de la misma. Todos estos son aspectos de una misma
realidad y se encuentran interrelacionados. El funcionamiento de
nuestro organismo repercute sobre nuestra psiquis y viceversa: un tumor
cerebral, por ejemplo, altera nuestra conducta; a la inversa, ciertos
estados emocionales repercuten sobre nuestro cuerpo produciendo
diversas enfermedades psicosomáticas. Las situaciones sociales
impactan sobre nosotros como una unidad psicofísica. A pesar de sus
relaciones, los niveles físico, psicológico y social son relativamente
autónomos: cada uno de ellos posee una legalidad propia y no puede
ser reducido a otro.
De las ciencias naturales a las ciencias sociales
Las ciencias no avanzaron simultáneamente. Primero se desarrollaron
las ciencias naturales, especialmente la física que realizó grandes
progresos desde el siglo XVII. Esos adelantos se debieron
fundamentalmente al desarrollo del método científico, al que se ha
definido como ‘el procedimiento ordenado y sistemático para aumentar
y profundizar el conocimiento’. Aplicando la observación y la
experimentación la física llegó a formular una cantidad de leyes: se trata
de regularidades fácticas que indican una relación causal entre dos
variables. Con esto la física se convirtió en el modelo de las demás
ciencias.
Para los fundadores de la sociología (Saint Simon, Comte, Marx), las
ciencias sociales tenían iguales posibilidades que las ciencias naturales
de clasificar, explicar y predecir. Comte habló de una ‘física social’,
remarcando de esta manera la similitud entre los fenómenos naturales
y los sociales; también empleó términos tomados de la física, como
‘estática’ y ‘dinámica social’, para referirse a la estructura y al
funcionamiento de la sociedad, respectivamente. En algunos casos, los
LECTURA
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22. 21
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
primeros sociólogos también agregaban como objetivos del científico
social los de controlar y transformar la realidad. La preocupación por el
control social fue más propia de los sociólogos de orientación
conservadora (Comte, por ejemplo); los de vocación revolucionaria (Marx
fue el mayor representante) tuvieron especial interés en contribuir a la
transformación de la sociedad en que vivían.
¿Es posible el conocimiento científico de la sociedad?
La sociología y las ciencias sociales
El carácter científico de las disciplinas sociales ha sido discutido durante
mucho tiempo. Para algunos especialistas no son ciencias, en tanto que
otros afirman que se trata de ciencias de un tipo distinto a las ciencias
naturales. Obviamente, la posibilidad de formular leyes sociales también
ha sido negada. La posición más difundida en nuestros días entre los
epistemólogos, es que las ciencias sociales presentan peculiaridades que
las diferencian de las ciencias naturales, pudiendo formular leyes de un
tipo particular, no necesariamente de alcance universal: se trata de leyes
deformaprobabilística.Porotraparte,alolargodelsigloXXsehaproducido
un progresivo desmoronamiento de la visión ortodoxa de la epistemología
científica; particularmente en las últimas décadas la fundamentación
teórica de la ciencia ha sufrido un descrédito, que no ha impedido el
considerable progreso de los conocimientos.
En sus orígenes la sociología tuvo una pretensión globalizadora: debía
ser una disciplina sintetizadora de todas las demás. A lo largo de nuestro
siglo se fue definiendo la posición que hoy se sostiene: la sociología es
una más de las ciencias sociales. Las ciencias sociales son aquellas que
tratan temas referentes al hombre y la sociedad. Existe consenso en incluir
dentro de este grupo a la sociología, la antropología, la ciencia política y la
economía, a las que se agregan la psicología social y la geografía humana.
Respecto a la historia y el derecho hay quienes cuestionan su carácter
científico. Cada una de estas ciencias aborda los mismos fenómenos
desde una perspectiva particular.
En realidad, las fronteras entre las distintas ciencias sociales tienden a
borrarse; si bien el desarrollo del conocimiento ha exigido una
especialización (que se ha producido, incluso, en el interior de cada
disciplina), el objeto común de las ciencias sociales y humanas debe ser
estudiado de manera interdisciplinaria.
Laboratorio de física a mediados del siglo XIX
Esta ciencia fue tomada como modelo por los primeros sociólogos
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23. 22
SOCIOLOGÍA
Un principio básico:
la realidad de lo social
En sus orígenes y durante gran parte del siglo XIX la sociología estuvo
influenciada por las ciencias naturales. Los primeros sociólogos no sólo
intentaron aplicar los métodos de la física, sino que también realizaron
frecuentes analogías entre los hechos sociales y los biológicos, mecánicos
y psicológicos. Un gran aporte fue realizado por el sociólogo francés
Émile Durkheim, quien afirmó la realidad de los hechos sociales. De esa
manera la sociología alcanzó autonomía como ciencia,
independizándose de la biología, la física y la psicología. Otra pretensión
de Durkheim fue estudiar los hechos sociales ‘tal como son, no como
debieran ser’; en esta afirmación está encerrado el propósito de
objetividad científica, que separa a la ciencia de la crítica social, la filosofía
política y los proyectos utópicos.
Para Durkheim la sociología es la ciencia de los hechos sociales y éstos
presentan tres características distintivas:
la realidad, independientemente de la acción individual;
la exterioridad, respecto a las personas y
la coacción que ejercen sobre ellas, por lo cual se les imponen.
Para este sociólogo los hechos sociales tienen una realidad propia,
diferente a los fenómenos orgánicos y psíquicos, y deben explicarse a
través de otros hechos sociales; deben ser considerados como ‘cosas’ y
estudiarse a través de la observación (no a través de métodos
introspectivos). El propio Durkheim aplicó estas orientaciones teóricas
en su célebre estudio El suicidio, en los que analizó este fenómeno en
relación con las condiciones sociales.
Los paradigmas sociológicos
La siguiente afirmación del sociólogo español José Castillo te
permitirá comprender qué es un paradigma sociológico:
‘Todo sociólogo, siquiera sea inadvertidamente, desarrolla su cometido
científico presuponiendo unos postulados generales acerca de la realidad
que estudia. Inexcusablemente, su labor intelectual se desenvuelve dentro
de un esquema de orientaciones básicas, que le ciñen de modo más o menos
firme, pero inevitable’.
Los ‘postulados generales acerca de la realidad’, las ‘orientaciones
básicas’ a las que hace referencia Castillo son los paradigmas que
orientan la investigación. Desde los orígenes mismos de la sociología y
hasta nuestros días han existido varias de estas orientaciones básicas,
sirviendo de fundamento a distintas corrientes o escuelas sociológicas.
Por lo general las distintas escuelas enfocan el estudio de la realidad
social a partir de orientaciones contrapuestas. Castillo enumera algunas
de estas orientaciones generales, que guían la investigación e influyen
en la interpretación de los fenómenos sociales:
Concepción individualista o colectivista de la sociedad.
Concepción espiritualista o materialista de la sociedad.
Concepción neutra o valorativa de la sociedad.
Concepción consensualista o conflictiva de la sociedad.
Concepción estática o dinámica de la sociedad.
Concepción ahistoricista o historicista de la sociedad.
En la actualidad las principales escuelas sociológicas son el
funcionalismo, la sociología del conflicto y la teoría de la acción. Como
iremos viendo en los capítulos sucesivos, los funcionalistas y
conflictivistas encaran el estudio social privilegiando una u otra de las
orientaciones contrapuestas que hemos enumerado arriba: la primera
de las orientaciones mencionada en cada caso es la adoptada por los
funcionalistas, en tanto que los conflictivistas eligen la otra.
Macrosociología y microsociología
Los sociólogos pueden realizar sus investigaciones en dos niveles
distintos: micro y macrosociológico:
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24. 23
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
El análisis microsociológico estudia las interacciones entre los
individuos, se ocupa de las situaciones en las que las personas se
relacionan cara a cara y se interesa por los significados subjetivos
que otorgan los participantes a sus acciones. Su objeto de estudio
son los pequeños grupos.
El análisis macrosociológico, en cambio, se interesa por ‘los
procesos sociales que operan a largo plazo y de las unidades (grupos,
organizaciones, instituciones), estructuras y sistemas sociales de
gran escala’ (Giner). Los que practican esta orientación estudian los
procesos de evolución sociocultural de las sociedades humanas, las
revoluciones sociales, la industrialización o la urbanización, los
sistemas de estratificación social o los sistemas políticos. Los actores
de estos grandes procesos son los grupos nacionales, las clases
sociales y los integrantes de organizaciones complejas como los
sindicatos o los partidos políticos.
Existe consenso entre los especialistas sobre que una adecuada
comprensión de los fenómenos sociales requiere de la
complementación de los enfoques micro y macrosociológicos. Además
de ser dos niveles de análisis, se trata también de dos concepciones
teóricas que privilegian en un caso al individuo y a la acción (orientación
microsociológica) y en el otro, a la sociedad y las estructuras sociales
(orientación macrosociológica). La confrontación entre ambas
orientaciones ocupa gran parte de los debates de la teoría sociológica.
La orientación macro está representada por el estructural funcionalismo,
la teoría del conflicto y el marxismo (corrientes que, por lo demás, tienen
muy pocas coincidencias entre si). La orientación micro es cultivada por
el interaccionismo simbólico, la etnometodología y la teoría del
intercambio.
Sociología teórica y sociología aplicada
Como ocurre con las ciencias en general, en la sociología es posible
distinguir las investigaciones teóricas de sus aplicaciones prácticas. En
este sentido se diferencia la investigación fundamental, pura o básica -
en la que el investigador estudia cuestiones de interés teórico para el
avance de su disciplina- de la investigación aplicada, que se encamina a
responder a cuestiones concretas orientadas a la adopción de
determinadas acciones, generalmente por encargo de organismos o
empresas interesadas. Lo más común en nuestra época son los trabajos
del segundo tipo, entre los que podemos mencionar los estudios de
mercado, de audiencia, de expectativas de voto, de popularidad de
figuras políticas o de respaldo a una gestión de gobierno. Los llevan a
cabo consultoras privadas contratadas por los interesados: empresas
de bienes y servicios, medios masivos de comunicación o partidos
políticos. El propósito de estos estudios es conocer las opiniones y
actitudes de la población con el propósito de ajustar a ella la oferta de
variados productos, las propuestas programáticas o la acción del
gobierno.
En la sociología son pocas las teorías asentadas y contrastadas, en
tanto que son abundantes las investigaciones empíricas elaboradas sin
un marco teórico sistemático. Esto se debe, en parte, al origen
relativamente reciente de esta disciplina; mucho más pesa el marco en
el que los profesionales de la sociología realizan sus actividades, al
servicio generalmente de instituciones interesadas en manipular a
determinados sectores de la población.
Las encuestas son instrumentos desarrollados por los sociólogos
que tienen múltiples aplicaciones prácticas
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25. 24
SOCIOLOGÍA
¿Qué es el hecho social?
Antes de indagar el método que conviene al estudio de los hechos sociales
es preciso saber a qué hechos se da este nombre. La cuestión es tanto más
necesaria, en cuanto se emplea aquel calificativo sin mucha precisión; se le
emplea corrientemente para designar a casi todos los fenómenos que ocurren
en el interior de la sociedad, por poco que a una cierta generalidad unan
algún interés social. Pero, partiendo de esta base, apenas si podríamos
encontrar ningún hecho humano que no pudiera ser calificado de social.
Todo individuo bebe, duerme, come, razona, y la sociedad tiene un gran
interés en que estas funciones se cumplan regularmente. Si estos hechos
fueran, pues, sociales, la sociología no tendría objeto propio, y su dominio
se confundiría con el de la biología y el de la psicología.
Pero, en realidad, en toda sociedad existe un grupo determinado de
fenómenos que se distinguen por caracteres bien definidos de aquellos que
estudian las demás ciencias de la naturaleza.
Cuando yo cumplo mi deber de hermano, de esposo o de ciudadano, cuando
ejecuto las obligaciones a que me he comprometido, cumplo deberes
definidos, con independencia de mi mismo y de mis actos, en el derecho y en
las costumbres. Aun en los casos en que están acordes con mis sentimientos
propios, y sienta interiormente su realidad, ésta no deja de ser objetiva,
pues no soy yo quien los ha inventado, sino que los he recibido por la
educación. ¡Cuántas veces sucede que ignoramos el detalle de las
obligaciones que nos incumben, y para conocerlas tenemos necesidad de
consultar el Código y sus intérpretes autorizados! De la misma manera, al
nacer el creyente ha encontrado completamente formadas sus creencias y
prácticas; si existían antes que él, es que tienen vida independiente. El sistema
de signos de que me sirvo para expresar mi pensamiento, el sistema de
monedas que uso para pagar mis deudas, los instrumentos de crédito que
utilizo en mis relaciones comerciales, las prácticas seguidas en mi profesión,
etc., funcionan con independencia del empleo que hago de ellos. Que se
tomen uno tras otro los miembros que integran la sociedad, y lo que precede
podría afirmarse de todos ellos. He aquí, pues, maneras de obrar, de pensar
y de sentir, que presentan la importante propiedad de existir con
independencia de las conciencias individuales.
Y estos tipos de conducta o de pensar no sólo son exteriores al individuo,
sino que están dotados de una fuerza imperativa y coercitiva, por la cual se
le imponen, quieran o no. Sin duda, cuando me conformo con ellos de buen
grado, como esta coacción no existe o pesa poco, es inútil; pero no por esto
deja de constituir un carácter intrínseco de estos hechos y la prueba la
tenemos en que se afirma, a partir del momento en que intentamos resistir.
Si yo trato de violar las reglas del derecho, reaccionan contra mí para impedir
mi acto si todavía hay tiempo, o para anularlo y restablecerlo en su forma
normal si se ha realizado y es reparable, o para hacérmelo expiar si no
puede ser reparado de otra manera. ¿Se trata de máximas puramente
morales? La conciencia pública impide todo acto que la ofenda, por la
vigilancia que ejerce sobre la conducta de los ciudadanos y las penas
especiales de que dispone. En otros casos la coacción es menos violenta,
pero existe. Si yo no me someto a las convenciones del mundo, si al vestirme
no tengo en cuenta las costumbres seguidas en mi país y en mi clase, la risa
que provoco, el aislamiento en que se me tiene, producen, aunque de una
manera más atenuada, los mismos efectos que una pena propiamente tal.
Además, no por ser la coacción indirecta, es menos eficaz. Yo no tengo
obligación de hablar en francés con mis compatriotas, ni de emplear las
monedas legales; pero me es imposible hacer otra cosa. Si intentara escapar
a esta necesidad, mi tentativa fracasaría miserablemente. Industrial, nada
me impide trabajar con procedimientos y métodos del siglo pasado; pero si
lo hago me arruinaré sin remedio. Aun cuando pueda liberarme de estas
reglas y violarlas con éxito, no lo haré sin lucha. Aun cuando pueda vencerlas
definitivamente, siempre hacen sentir lo suficiente su fuerza coactiva por la
resistencia que oponen. Ningún innovador, por feliz que haya sido en su
empresa, puede vanagloriarse de no haber encontrado obstáculos de este
género.
He aquí, pues, un orden de hechos que presentan caracteres muy especiales:
consisten en maneras de obrar, de pensar y de sentir exteriores al individuo,
y que están dotadas de un poder coactivo, por el cual se le imponen. Por
consiguiente, no pueden confundirse con los fenómenos orgánicos, pues
consisten en representaciones y en acciones; ni con los fenómenos psíquicos,
que sólo tienen vida en la conciencia individual y por ella. Constituyen,
pues, una especie nueva, a que se ha de dar y reservar la calificación de
sociales.
Durkheim, Émile, Las reglas del método sociológico.
LECTURA
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CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
EL DESARROLLO DE UNA
INVESTIGACIÓN SOCIOLÓGICA
Por sus características, los fenómenos sociales requieren de una
metodología específica llamada, precisamente, metodología de la
investigación social, que se diferencia de los procedimientos empleados
por otras ciencias (la física o la biología, por ejemplo). En el fragmento
de Alicia I. Palermo que reproducimos a continuación, verás indicado
cuáles son los pasos a seguir para realizar una investigación social.
‘La elaboración del proyecto de investigación surge a partir del planteo de un
problema y de la especificación de los objetivos, seguidos de un estudio de
trabajo anteriores, tanto teóricos como empíricos. El problema debe ser
ubicado dentro de un marco teórico, el cual tiene que ser pertinente, útil y
exhaustivo. Además, el investigador debe determinar su campo de
investigación (local, regional, nacional, internacional), e identificar la
naturaleza metodológica de los objetivos (investigación exploratoria,
descriptiva o explicativa) y la naturaleza temporal (sincrónica o diacrónica),
de los cuales dependerá la elección del diseño de la investigación: estudio de
campo, estudio con datos secundarios, experimento, etc. Luego hay que
determinar cuáles van a ser las unidades de análisis y el universo de estudio,
tanto el teórico como el empírico, a partir del cual se seleccionará
eventualmente una muestra.
Además, hay que seleccionar las variables y definirlas conceptual y
operacionalmente (...)
La recolección de datos es otra etapa muy importante, sobre todo debido a la
continua verificación que debe hacer el investigador de los posibles errores
en la obtención de los mismos. La tercera etapa consiste en el análisis de los
datos recogidos (pueden ser cuantitativos o cualitativos), que se codifican e
interpretan. La tarea se completa con la elaboración del informe de
investigación,quenormalmentecomprendeelenunciadodelproblema dentro
de su marco teórico, la descripción de los procedimientos utilizados, las
conclusiones e interpretación de resultados.’
Di Tella, T., Diccionario de ciencias sociales y políticas; 339 – 340.
De acuerdo al tratamiento que un tema determinado haya tenido
dentro de la sociología podemos distinguir tres tipos de investigaciones
con propósitos distintos:
La investigación exploratoria se realiza para ‘indagar acerca de
un problema sobre el cual no hay estudios previos y sentar las bases
para la formulación de hipótesis que darán lugar a futuras
investigaciones’.
La investigación descriptiva ‘exige un conocimiento previo acerca
del problema a investigar, e intenta describir o evaluar las
características de una determinada comunidad o descubrir la
probable asociación entre dos variables’.
La investigación explicativa ‘tiene el propósito de probar
hipótesis’.
Una investigación social debe seguir varios pasos,
cuidadosamente planeados
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SOCIOLOGÍA
El primer paso de cualquier investigación sería consiste en relevar el
estado del arte, es decir, realizar una búsqueda lo más exhaustiva posible
de todo lo que se ha publicado respecto al tema que nos interesa. Como
los investigadores sociales, igual que los especialistas en cualquier área
científica, se especializan en determinados temas, es importante ubicar
a los referentes de cada cuestión, es decir, aquellos que son reconocidos
como los mayores especialistas. Hay que tener en cuenta que el
propósito de una investigación es avanzar el conocimiento que se posee
hasta ese momento, por lo cual no tiene sentido repetir lo que ya ha
sido comprobado por otros.
Recogiendo datos
La recolección de datos es una etapa fundamental de toda
investigación social. Los principales procedimientos para obtenerlos
son los siguientes:
La observación, que puede ser distante o participante.
La experimentación, que puede desarrollarse sobre el terreno o
en el laboratorio.
Las encuestas, que pueden realizarse a través de entrevistas o
por cuestionarios.
Otras técnicas de recolección de datos: datos secundarios (en este
caso, el investigador social utiliza datos recogidos por otros: por
ejemplo, censos y estadísticas oficiales) y documentos de vida, entre
otros.
Métodos cuantitativos y cualitativos
Los métodos cuantitativos permiten obtener y analizar datos
numéricos; son los cuestionarios –cuya información puede ser
organizada, clasificada y analizada con criterios estadísticos– y los
experimentos, que permiten observar las modificaciones producidas
en una variable en función de los cambios operados en otra con la cual
está correlacionada. Los métodos cualitativos, en cambio, no permiten
la obtención de registros numéricos: son la observación participante y
la entrevista en profundidad.
Desde hace algunas décadas se desarrolla un debate entre los
sociólogos respecto a la naturaleza de las ciencias sociales. Se cuestiona,
fundamentalmente, la pretensión de trasladar mecánicamente el
modelo de las ciencias naturales (en especial, la física) a la investigación
social. Esto es lo que pretenden quienes afirman el primado o la
exclusividad de los procedimientos estadísticos y la metodología
cuantitativa; posición que suele ir acompañada de reclamos de
‘objetividad científica’ y ‘neutralidad política’. Otros sociólogos, en
cambio, manifiestan su compromiso con el progreso de sus pueblos y
quieren hacer de la sociología un instrumento de cambio social; suelen
rechazar los métodos tradicionales de la sociología ‘académica’ y acusan
de conservadorismo a quienes los practican (al menos exclusivamente).
El auge de esta segunda orientación se dio en distintos países del llamado
Tercer Mundo (los países pobres de América Latina, Asia y África), en la
década de 1960.
Haciendo preguntas
Uno de los métodos más utilizados por los sociólogos consiste en
algo muy sencillo: formular preguntas y registrar las respuestas, las que
luego son organizadas, clasificadas y analizadas con procedimientos
estadísticos, permitiendo extraer conclusiones científicamente válidas.
Las preguntas se refieren a hechos o aspectos sobre los cuales se
investiga; en esto consisten las encuestas de distinto tipo. Desde sus
primeras aplicaciones a mediados del siglo XIX, los científicos sociales
han refinado los procedimientos para elaborar, administrar y analizar
los resultados de las encuestas, las que de esa manera se han
Los documentos de vida
Se trata de diversos registros de índole privada que conservan momentos
más o menos prolongados de la vida de las personas que los producen:
diarios íntimos, autobiografías, correspondencia, fotografías, videos y
películas. Estos materiales ofrecen información de extraordinario interés,
de tipo cualitativo, producida sin intención alguna de servir de elementos
de documentación sociológica. Respecto a la posibilidad de su
aprovechamiento científico las opiniones de los expertos están divididas.
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28. 27
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
transformado en un instrumento cada vez más útil para la investigación
social. Desde mediados del siglo XX ha aumentado su uso con fines
prácticos, de tipo comercial o político. Veamos cuáles fueron los
momentos más importantes en esa evolución:
Las primeras manifestaciones de este procedimiento se dieron
en Europa a fines del siglo XIX, con las llamadas encuestas sociales.
Su propósito era eminentemente práctico: se trataba de conocer las
condiciones de vida de los trabajadores y las relaciones existentes
entre patrones y obreros con la intención de solucionar los problemas
existentes. Entre quienes aplicaron este tipo de encuestas se destacó
el francés Frederic Le Play (1806–1882).
En una etapa posterior se dio un proceso de abstracción y
generalización, con profundización teórica y metodológica, y las
encuestas de convirtieron en instrumentos de investigación social,
sin propósitos inmediatos definidos. Un ejemplo clásico lo brinda
Durkheim en El suicidio (1895).
Entre 1930 y 1950 se realiza un considerable progreso con la
aparición de las encuestas precodificadas, por muestreo. Esta técnica
sirvió a la política social reformista en varios países capitalistas
importantes (Estados Unidos, por ejemplo), que enfrentaban las
consecuencias de la Gran Depresión (1929–1932), la segunda guerra
(1939–1945) y los primeros años de la posguerra. La información que
se recogía a través de estos procedimientos servían de base a las
medidas de gobierno que apuntaban a resolver determinados
problemas que afectaban a la población.
El paso siguiente fueron las investigaciones al servicio de
intereses empresarios, que contrataron la realización de estudios
de mercado y campañas publicitarias. En estos casos el propósito es
conocer los gustos de los consumidores y suministrarles productos
acordes a ellos; la publicidad, por su parte, busca incentivar el
consumo a través de distintos recursos. En estos trabajos predominó
la precisión en las mediciones sobre la relevancia de los temas.
Charles Wright Mills, en La imaginación sociológica, calificó a este
tipo de orientación –predominante en la sociología norteamericana
de los años 60– de ‘empirismo abstracto’.
Los mismos procedimientos se aplican a la política,
particularmente en los períodos preelectorales, para ganar la
simpatía de los votantes e imponer a determinados candidatos; los
gobiernos también las emplean para difundir sus realizaciones,
conocer el impacto sobre la población y mejorar su imagen. La
importancia del marketing político ha crecido en las últimas décadas
y la influencia de los medios masivos de comunicación ha ido en
aumento (especialmente la televisión), reemplazando a la
participación personal en actos, movilizaciones y otras actividades
proselitistas. Por eso el italiano Giovanni Sartori (1924) ha acuñado
los términos videopolítica y homo videns, que designa al hombre
contemporáneo que en gran medida se ha convertido en un
consumidor de imágenes emitidas por la televisión, un simple
espectador.
El estudio de la intención de voto
es una de las aplicaciones de las encuestas
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SOCIOLOGÍA
Los tipos de encuestas
Existen distintos tipos de encuestas. Una manera de dividirlas es de
acuerdo a la forma en que se administran; con este criterio podemos
distinguir los cuestionarios simples -que se contestan por escrito, sin la
intervención de terceras personas– de las entrevistas, en las cuales el
cuestionario es llenado por un encuestador. Los cuestionarios simples
pueden ser presenciales, postales o telefónicos. Cada uno de estos
procedimientos presentan ventajas (de costo, por ejemplo) e
inconvenientes (la disposición a responder de los encuestados) sobre
los que no podemos extendernos en este trabajo. También podemos
diferenciar los cuestionarios de acuerdo al tipo de preguntas que
contienen: éstas pueden ser cerradas (cuando la persona debe elegir
entre dos respuestas posibles), categorizadas (cuando se le presentan
varias opciones, debiendo optar por una de ellas) y abiertas (sin opciones
sugeridas).
Entre las entrevistas podemos distinguir tres tipos:
Estructuradas, en las cuales las preguntas y su orden están
previamente establecidos.
Semiestructuradas, en las cuales el orden de las preguntas puede
ser variado por el entrevistador.
No estructuradas: en este caso el entrevistador se centra en uno
o varios temas, sin seguir un cuestionario previamente elaborado.
En opinión de los especialistas, las entrevistas proporcionan más
información que los simples cuestionarios porque existe mayor
cooperación de parte de los entrevistados; además, permiten una mejor
captación de sus características personales; por último, a diferencia de
los cuestionarios, pueden administrarse a personas iletradas. A
diferencia de las otras, las entrevistas no estructuradas corresponden a
las técnicas cualitativas, con las ventajas e inconvenientes que éstas
presentan.
Universo y muestra
Se llama universo a la totalidad de los individuos que integran una
categoría determinada; una muestra es una porción del universo. Por
ejemplo, el universo de los jubilados argentinos está integrado por todas
las personas que cobran su jubilación; una muestra es sólo un sector de
los mismos. Por razones prácticas y económicas los cuestionarios se
administran a una muestra de la categoría en estudio. Normalmente el
universo está compuesto por un gran número de personas; por ello sólo
en poblaciones muy pequeñas podría abarcarse al universo en estudio.
Las muestras deben ser representativas del universo al que pertenecen,
para que las conclusiones que se extraigan de su estudio sean válidas
para el conjunto de la categoría. Para garantizar esa representatividad
los científicos sociales han elaborado distintas técnicas de muestreo.
Las encuestas se aplican al estudio de las condiciones de vida, el
empleo, el nivel económico, los estados de opinión, las investigaciones
de mercado y la medición de audiencia en los medios de comunicación,
entre otros. Su realización corre a cargo de organismos de investigación
aplicada, públicos y privados. En nuestro país, el organismo oficial a
nivel nacional es el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos);
también existen varias consultoras privadas, ligadas a empresas,
sindicatos y partidos políticos. Cada uno de estos organismos presenta
una división del trabajo entre su personal, integrado por investigadores
(que diseñan las investigaciones, analizan los datos obtenidos y sacan
las conclusiones), jefes de campo y encuestadores (encargados de la
supervisión de la tarea y administración de los cuestionarios,
respectivamente) y auxiliares técnicos (ocupados en la codificación,
grabado de los datos y control de las entrevistas).
La estadística
En su sentido más común ‘estadística’ es sinónimo de ‘censo’ o
‘recuento’; también forma parte de la familia de palabras derivadas de
‘estado’. Ambos significados están relacionados, pues una de las
funciones de la estadística es proporcionar a los gobernantes
información sobre sus países a fin de permitirles una acción mejor
orientada (por eso mismo, un gobernante competente, bien preparado
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30. 29
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
para el desempeño de su tarea es un ‘estadista’). Las estadísticas son
imprescindibles para la buena marcha de los países. Por eso en la
actualidad todos ellos cuentan con dependencias especializadas en la
obtención y análisis de informaciones cuantitativas respecto a la
población, los recursos naturales, las industrias, el comercio (interior o
exterior), la educación, la salud pública y otros aspectos de la vida del
Estado, nacional, provincial o municipal. En la Argentina el INDEC realiza
periódicos estudios sobre costo de vida, nivel de ingresos, ocupación y
desocupación.
Los científicos sociales (sociólogos, economistas, antropólogos)
encuentran en las estadísticas un auxiliar muy valioso, que ponen al
servicio de sus investigaciones. Con este propósito se valen de las
estadísticas oficiales y de otras elaboradas bajo su dirección con
propósitos especiales. Los censos de población; los registros sobre
natalidad, mortalidad y movimientos migratorios (emigración e
inmigración); las estadísticas sanitarias, educativas, laborales y judiciales
aportan información relevante para el conocimiento de la realidad social.
Este tipo de registro corresponde a la estadística descriptiva y procede
generalmente de los organismos oficiales. La estadística inferencial
estudia las relaciones o asociaciones entre variables.
Variables
Las variables son características de un hecho o fenómeno que pueden
adoptar distintos valores o magnitudes y que son susceptibles de cambiar
en relación a uno o varios objetos o factores. Su variación las vincula
unas a otras según distintos tipos de relación: covariación, asociación,
dependencia, causalidad, influencia, etc. Analizar la existencia de
variables y probar sus relaciones es objeto de la investigación científica.
Según su naturaleza, las variables se dividen en cuantitativas (por ejemplo,
el peso) y cualitativas (por ejemplo, el sexo); según la amplitud de la
unidad de observación, en individuales (ejemplo, coeficiente de
inteligencia) o colectivas (ejemplo, calorías por habitante); según su nivel
de abstracción, en generales (ejemplo, estratificación social), intermedias
(que atañen a ciertas dimensiones menos generales; ejemplo nivel de
nutrición) y empíricas o indicadores (que representan un aspecto particular
pasible de medición; ejemplo, tasa de fecundidad, consumo de energía
eléctrica). Según cuáles sean sus elementos de variación, se dividen en
nominales (categorías sin orden; ejemplo, estado civil), ordinales (que
poseen un determinado orden dentro de sus categorías, pero no distancias
similares entre cada una de ellas; ejemplo, el grado de instrucción), de
intervalo (orden y grado de distancia entre categorías de origen
convencional; ejemplo, temperatura) y de razón (similares a las anteriores,
pero con una distancia entre categorías de origen natural; ejemplo,
ingresos percibidos). Según la posición que cada variable tiene en la
relación mutua, puede ser dependientes – son las variables a explicar -,
o independientes, aquellas cuya asociación o influencia en la variable
dependiente se trata de averiguar, y por lo tanto son variables
explicativas.
Di Tella, T., op. cit.; 613.
ACTIVIDAD
Imagina dos variables que puedan estar correlacionadas (por ejemplo:
clase social y nivel de educación formal; género y actividad laboral) y
redacta una afirmación en que estén asociadas.
LECTURA
Las estadísticas son muy útiles para
analizar muchos procesos sociales
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31. 30
SOCIOLOGÍA
Las relaciones entre variables
Al investigador social le interesa explicar los cambios que se
producen en un fenómeno en relación con determinados factores con
los cuales pueda estar relacionado. Puede interesarle, por ejemplo,
determinar en qué medida el voto de la población está asociado a
variables como la edad, el sexo, el nivel de ingresos o el grado de
educación formal de los votantes. En el ejemplo que acabamos de dar,
la decisión de votar a tal o cual partido político se denomina variable
dependiente; aquellas con las que queremos determinar si está asociada
–sexo, edad, nivel de ingreso o de educación– se llaman variables
independientes. El propósito de la investigación es determinar qué
relaciones existen entre estas variables; dicho de otra manera:
comprobar en qué medida cambia la variable dependiente en función
de las modificaciones que se operen en las variables independientes.
El propósito ideal de cualquier ciencia es establecer relaciones
causales entre variables; es decir, comprobar empíricamente que los
cambios en una de ellas produce cambios en la otra. Cuando esto se
verifica, decimos que existe una relación de causa-efecto entre las
variables involucradas y formulamos una ley científica. Los experimentos
realizados en los laboratorios de ciencias naturales se diseñan con el
propósito de comprobar este tipo de relaciones. La aplicación de este
esquema experimental a las ciencias sociales resulta complicado, por la
multicausalidad característica de la interacción humana y la dificultad
para aislar todas las variables que intervienen. La determinación de
relaciones causales entre fenómenos sociales es muy importante, ya
que permite la predicción y, eventualmente, el control de ciertos
acontecimientos.
Sin embargo, no siempre que los cambios en una variable van
seguidos de los cambios en otra podemos afirmar que ambas variables
están relacionadas causalmente. Puede tratarse de una simple
correlación, lo que no implica asociación entre las variables en cuestión.
Veamos un ejemplo: habrás escuchado eso de que ‘a los niños los traen
las cigüeñas’; su origen se encuentra en ciertas regiones de Europa en
las cuales el arribo de estas aves coincidía con la época en que ocurría la
mayor cantidad de nacimientos. ¿A qué se debía esto?: a una simple
coincidencia entre los hábitos migratorios de estos animales y el
calendario rural de bodas (con los consiguientes embarazos y
nacimientos, nueve meses después). Por eso, los científicos deben
extremar sus precauciones para no confundir las simples correlaciones
con verdaderas relaciones causales entre variables. Puede ocurrir que
entre las variables que se presentan correlacionadas, actúe una tercera
que es la que produce cambios o variaciones en las otras dos: a esta
tercera variable la llamamos variable interviniente.
El informe de investigación
El último paso del trabajo es la redacción del informe de investigación,
que normalmente está compuesto de los siguientes pasos:
a) el enunciado del problema de investigación dentro de un marco
teórico, junto con el resumen de las investigaciones anteriores;
b) una descripción completa de las técnicas de recolección y análisis
de los datos utilizados;
c) la presentación de conclusiones e interpretación de los resultados;
d) un anexo con las tablas, cuestionarios, modelos de entrevistas y
otros instrumentos usados durante la investigación.
La redacción del
informe es el último
paso de un trabajo
de investigación
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32. 31
CAPÍTULO I - LA SOCIOLOGÍA
Sociología y política
¿Una sociología libre de valores?
¿Qué relación existe entre la actividad de los sociólogos y la política?,
¿qué grado de compromiso personal pueden tener los sociólogos con
los problemas que estudian?, ¿pueden promover cambios? La respuesta
a estas preguntas no es unánime; en realidad, existen dos tradiciones
sociológicas ante el problema de los valores:
Max Weber y sus seguidores sostienen que la ciencia en general
debe estar libre de valores, y que sociología y política son dos
actividades distintas que deben mantenerse separadas.
Marx y los sociólogos de orientación marxista, en cambio,
sostienen que los científicos sociales deben promover los cambios
necesarios para hacer más justas las sociedades en las que viven.
Con su estilo característico, Marx sintetizó esta idea en una frase
contundente: ‘Hasta ahora los filósofos se han ocupado de explicar
al mundo; de lo que se trata es de transformarlo’.
Normalmente, los que postulan la ‘objetividad’, la ‘neutralidad
valorativa’ de la ciencia, manifestando su rechazo al compromiso político
del investigador son defensores del orden social existente al que
quieren librar de críticas, por lo menos las que van más allá de cierto
punto. Si en este aspecto se mantienen las diferencias, existe acuerdo
entre los sociólogos respecto a ciertas normas éticas a las cuales debe
ajustarse su trabajo profesional.
Como ocurre en otras actividades científicas los investigadores
sociales deben tener en cuenta los efectos que sus trabajos puedan
tener sobre las personas o grupos que participan y su repercusión sobre
la sociedad en su conjunto; también tienen compromisos respecto a la
comunidad científica, debiendo respetar ciertas reglas que favorecen
el avance del conocimiento.
Como ocurre con todos nosotros,
los mismos hechos sociales son interpretados
de distintas maneras por los investigadores
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33. 32
SOCIOLOGÍA
Ciencia
Ciencias naturales
Ciencias sociales
Correlación
Distintos criterios de verdad
Encuestas
Epistemología
Estadística
Estadística social
Funcionalismo
Hecho social
Interdisciplinaridad
Investigación empírica
Investigación social
La sociología y los valores
Ley científica
Macrosociología
Método científico
Metodología de la investigación
social
Métodos cuantitativos
Métodos cualitativos
Microsociología
Modernidad
‘Padres fundadores’ de la
sociología
Paradigmas sociológicos
Positivismo
Revolución Francesa
Revolución Industrial
Relación causal
Sociología aplicada
Sociología del conflicto
Sociología teórica
Universo y muestra
Variables
Comte, Augusto
Durkheim, Emilio,
Engels, Federico
Le Play, Federico
Malthus, Robert
Marx, Carlos,
Saint Simon, Conde de
Smith, Adam
Weber, Max
Wright Mills, Charles
A continuación vas a encontrar una lista de los conceptos y los temas claves del capítulo. Trata de explicarlos y desarrollarlos con tus palabras
incorporando el vocabulario técnico aprendido. Estos conceptos te servirán de guía para que evalúes tu comprensión del capítulo. También
te indicamos los nombres de los sociólogos destacados que se mencionan, para que trates de buscar información adicional sobre ellos.
Para este repaso utiliza tanto el texto como un buen diccionario –si es posible consulta diccionarios especializados de sociología, antropología,
ciencias políticas y economía, que encontrarás en cualquier buena biblioteca– y otros materiales que consideres necesarios. Los términos
están ordenados alfabéticamente. De esta manera irás confeccionando un pequeño diccionario de la asignatura, que podrás consultar en
cualquier momento a lo largo del año.
CONCEPTOS CLAVE DE ESTE CAPÍTULO
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