1. Solidaridad y Justicia
Ante el triste y doloroso desenlace que tuvo el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas
Gusinky, el Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, CEP,
manifiesta su dolor, indignación y firme condena a tan brutal asesinato y expresa sus
condolencias a la familia, así como a los seres queridos y amigos de la víctima.
En nuestro comunicado del 13 de octubre de 2004, bajo el título "El Valor de la Vida", ante
la ola de violencia, secuestros y asesinatos ocurridos en ese entonces, los Obispos
manifestábamos nuestra preocupación por la situación global que envuelve a nuestra
sociedad con relación al valor de la vida humana.
Atentar contra la vida humana es una rebeldía frente a Dios. Dios se identifica con la vida,
es la Vida (Juan 14,6), por consiguiente, si nosotros vamos contra la vida, vamos contra
Dios quien nos dijo: "Yo vine para que tengan vida y la tengan en abundancia" (Juan
10,10).
Las investigaciones judiciales deben llegar a la verdad de los hechos en el secuestro y
asesinato de Cecilia Cubas. Si detrás de este doloroso crimen hubiera cuestiones
ideológicas, los Obispos expresamos que las ideologías extremas, de derecha o de
izquierda, son igualmente condenables, porque no dudan en llegar a exterminar vidas que
peligran sus intereses. Tampoco perdonan cuando no se responde a sus objetivos. En
todas ellas, el fanatismo ciego y la irracionalidad juegan un papel fundamental y hay una
ausencia total de respeto al ser humano y a la vida.
Al respecto, necesitamos educarnos como pueblo en un sano término medio en todo
sentido. Los extremos conducen a decisiones sin retorno, marcadas por la desesperanza,
la ausencia total de la fe y del amor.
Todos los ciudadanos de bien debemos aunar esfuerzos para lograr desterrar del país
esta corriente de violencia que crece y nos azota despiadadamente.
Por otro lado, nos preocupa que detrás de estos crímenes estén comprometidas bandas
criminales organizadas y que puedan estar mimetizadas en las estructuras del Estado.
La impunidad alienta la delincuencia y el crimen, por eso, pedimos con firmeza que la
justicia actúe con prontitud y eficiencia para identificar y castigar ejemplarmente a los
autores intelectuales y materiales del secuestro y asesinato de Cecilia Cubas Gusinky.
Asimismo, exigimos de las autoridades el pronto esclarecimiento de otros casos de
secuestro no resueltos hasta hoy como son los de Gilda María Estela Vargas y Cristian
Schaerer, a cuyas familias manifestamos una vez más nuestra solidaridad, oración y
acompañamiento.
Se debe encarar con urgencia y seriedad el problema de seguridad ciudadana. La Iglesia
ve la debilidad e ineficiencia de los poderes públicos y de los organismos de seguridad del
2. Estado para proteger a sus ciudadanos y exhorta a las autoridades a adoptar todas las
medidas para garantizar la vida de las personas.
Los poderes públicos no deben dejar espacio para que el pueblo desconfíe de su
proceder firme, justo y eficaz.
Los Obispos del Paraguay creemos que nuestra evangelización debe formar a un nuevo
tipo de hombre paraguayo que ama entrañablemente a su Dios, a su patria y a todos sus
semejantes.
Elevamos nuestras plegarias al Señor de la Vida por Cecilia, por su familia, y por todas
aquellas personas que han sido y que son víctimas de la violencia criminal.
Asunción, 17 de Febrero de 2005
Por el Consejo Episcopal Permanente.
+ Ricardo Valenzuela
Secretario General de la CEP