El bastidor de un automóvil está formado por dos largueros y varios travesaños que aseguran su rigidez, soportando todos los elementos del vehículo como el motor y la transmisión. Los muelles de suspensión absorben las fuerzas del rebote del vehículo para eliminar las oscilaciones, y los amortiguadores controlan el número y amplitud de las oscilaciones producidas por las irregularidades de la carretera.