Estrategia de prompts, primeras ideas para su construcción
TABLA ESTADO DEL ARTE.pdf
1. REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA PREGU
NTA
TEÓRICOS METODOLOGÍ
A
RESULTADOS CONCLUSIONES OBSERVACIONES
Martínez-Martín, Abel Fernando y Otálora-Cascante, Andrés
Ricardo. “La República Celestial. El Centenario de la batalla
de Boyacá en Tunja (1919)”. Anuario de Historia Regional y
de las Fronteras, 28.1 (2023): pp:
4575. DOI: https://doi.org/10.18273/revanu.v28n1-2023003
Este artículo de investigación se realizó como parte del
proyecto “El Pueblo Boyacense a sus Libertadores. La Década
de los Centenarios en Tunja 1910-1919”, del Grupo de
Investigación Historia de la Salud en Boyacá-UPTC y fue
financiado por el grupo de investigación Historia de la Salud
en Boyacá-UPTC y el Museo de Historia de la Medicina y la
Salud de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de
Colombia.
“La
Repúbl
ica
Celesti
al”. El
Centen
ario de
la
batalla
de
Boyacá
en
Tunja
(1919)
1 Ramón Gutiérrez
, “Las celebraciones del
centenario de las
independencias”, Apuntes 19 (2016): 183.
2
Anderson Benedict, Comunidades
Imaginadas. Reflexiones sobre el origen u
difusión del nacionalismo (México: Fondo de
Cultura Económica, 1993), 273.
3 José Bermúdez y Alberto Escobar
, “Bogotá o la
ciudad de la luz en tiempos del Centenario:
las transformaciones urbanas y los augurios
del progreso”, Apuntes 19 (2016): 197.
4 Rebecca Earle
, “‘Padres de la Patria’ and the
ancestral past: Commemorations of
Independence in Nineteenth-century Spanish
America”, Journal of Latin American
Studies, 4 (2002): 801-805.
La Historia Regional
y Local ayuda a
entender este proceso
de cambio
experimentado por
varias ciudades del
país con motivos de
los centenarios de la
Independencia. Una
perspectiva
metodológica podría
incluir la
construcción de
series sobre estas
fiestas nacionales,
más allá de las de
1910, con el
propósito de entender
estos fenómenos
urbanos en escala
temporal y tener la
posibilidad de hacer
historias comparadas
con otras ciudades.
Un editorial aconsejaba utilizar el centenario
para mostrar a las naciones americanas los
progresos que ha tenido el país tras un siglo de
república y los efectos de las celebraciones de
las fiestas nacionales: “pudimos darnos cuenta
de los fecundos resultados que tuvo la
celebración del centenario del 20 de julio. Por
primera vez pareció cernerse sobre nuestro
cielo la Concordia con perdurable serenidad”.
Solicitaba al Congreso no escatimar en gastos
ni reducir las partidas votadas para la
celebración.
En 1918, la Junta Patriótica se dirige al
congreso informando de los atrasos y
problemas que se tienen para terminar las obras
proyectadas. Los problemas que llevaron a la
crisis fiscal del país se agravaron con la
persistente animadversión contra Estados
Unidos por la separación de Panamá y los
efectos de la Primera Guerra Mundial (1914-
1918), a pesar de que Colombia se declaró país
neutral ante el conflicto, como política del
gobierno conservador de José Vicente Concha y
su canciller, el futuro presidente del centenario
Marco Fidel Suárez. Algunos miembros de la
Junta Patriótica, como el banquero Carlos A.
Otálora y el historiador Ozías Rubio, apoyaron
la campaña presidencial de Guillermo Valencia
quien perdió contra Suárez, lo que sumó
obstáculos a la cercana celebración
La visión unificada del pasado vivida por la
ciudad de Tunja en la experiencia de la
década de los centenarios, culminada en
1919, no solo garantizaba el ordenamiento
político y social, sino que transformó la
ciudad dotándola de lugares que narran la
memoria y el relato de una comunidad
imaginada, en este caso, el Pueblo
Boyacense, que ofrece a sus libertadores el
ritual de su homenaje en una instantánea
solemne, con la promesa de progreso,
civilidad y paz que se encontraba, ya no en
los altares patrios de Vargas y Boyacá, sino
en el futuro de esa comunidad política.
A pesar de los problemas económicos, los
gobiernos nacional, departamental y
municipal no desaprovecharon la
oportunidad para promover la inauguración
de obras públicas y promocionar los
beneficios de la paz y la unidad, asociando
la celebración al progreso y al
relanzamiento de las relaciones
internacionales. Protegida y legitimada por
los proceres y bendecida por la iglesia con
actos como el voto al Sagrado Corazón y la
coronación de la Virgen de Chiquinquirá, la
Hegemonía Conservadora se encaminaba a
su última década en el poder, al finalizar la
Fiesta Nacional del centenario de la batalla
de Boyacá.
La diferencia radica en la presencia de
la Carretera Central del Norte, que por
el sur la comunicaba con Bogotá y al
norte continuaba hacia Santa Rosa de
Viterbo, en el lugar donde se abría la
Carretera del Carare buscando una
salida de la ciudad al río Magdalena.
Sobre estos ejes, crecería la ciudad en
las siguientes dos décadas. Los hitos
urbanos coloniales, representados por
las iglesias, se unen a plazas,
plazoletas, calles y avenidas
nombradas en honor a los próceres y
heroínas de la Independencia. Los
parques arbolados aparecen en los
extremos de la ciudad y en la plaza
mayor. La iglesia y la Hegemonía
Conservadora unieron en la trama
urbana el discurso centenario y la
tradición colonial de la ciudad
2. Academia Boyacense de Historia. Revolución y guerra de independen-
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Caracas, 1879-1888.
La Academia Colombiana
de Historia pidió en
febrero de 2015 al
Colegio Máximo de las
Academias Colombianas
tratar interdisciplinaria-
mente el problema de la
intervención del Campo
Histórico de la Batalla de
Boyacá. El Colegio delegó
en una comisión ad hoc el
tema para hacerle
seguimiento, integrada por
los presidentes de Historia,
Jurisprudencia y Sociedad
Colombiana de
Ingenieros.Los presidentes
del Colegio en acto del 9 de
abril de 2015, en el Ho-
menaje a los 250°
aniversario de Antonio
Nariño, en la Casa de
Nariño formularon de viva
voz al Presidente de la
República, Dr. Juan
Manuel Santos, los riesgos
generados por la Resolución
N° 3991 de 22 de diciem-bre
de 2014, de la Ministra de
Cultura autorizando
intervención del Cam-po
Histórico de Boyacá en el
trayecto 10 de
Ventaquemada Tunja,
adosa-da la ampliación a la
vía actual.
La Academia Colombiana de Historia pidió
en febrero de 2015 al Colegio Máximo de
las Academias Colombianas tratar
interdisciplinaria-mente el problema de la
intervención del Campo Histórico de la
Batalla de Boyacá. El Colegio delegó en una
comisión ad hoc el tema para hacerle
seguimiento, integrada por los presidentes
de Historia, Jurisprudencia y Sociedad
Colombiana de Ingenieros.Los presidentes del
Colegio en acto del 9 de abril de 2015, en el
Ho-menaje a los 250° aniversario de
Antonio Nariño, en la Casa de Nariño
formularon de viva voz al Presidente de la
República, Dr. Juan Manuel Santos, los
riesgos generados por la Resolución N° 3991 de
22 de diciem-bre de 2014, de la Ministra de
Cultura autorizando intervención del Cam-po
Histórico de Boyacá en el trayecto 10 de
Ventaquemada Tunja, adosa-da la ampliación a
la vía actual.
Trazado ajeno a la realidad
física del Campo y a la
verdad, cuando el
concesionario, en la última
página de las conclusiones,
lo sustenta con las tesis: el
trazado ‘no interviene el
área de enfrentamiento de
los ejércitos ni su área de
influencia’ y ‘garantiza la
accesibilidad directa del
usuario’ en una vía
ampliada a dos carriles (que
hoy tiene el segundo lugar
en accidenta-lidad en
Colombia). ¿De cuál
protección y conservación
puede tratarse?, ¿del
Tramo 10 Ventaquemada –
Tunja
La huella de aquella intervención de
ingeniería y geotécnica realizada para
conmemorar el sesquicentenario
puede
observar en la comparación del antes
y el después en las fotografías de los
textos del BHA N° 836 donde se
reúnen varias imágenes, al igual el
paisaje del monumento del obelisco
en 1919, en el centenario, cuando se
inauguraron varios bustos de los ofi-
ciales patriotas y el panorama actual.
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Fundación Bicentenario de
Colombia. Revoluciones,
independencias y guerras civiles,
t. I, op. cit., pág. 72. 6 Carta
escrita por José Acevedo y
Gómez. Santa Fe, 21 de julio de
1810. En Hernández, G. Cómo
nació la República de Colombia.
Liminar. Banco de la República.
Bogotá. 1967. 7 Gómez H., R., La
independencia de Colombia.
Editorial Mapfre. 1992, pág. 173.
Este sistema
adoptado, hacía que
cada provincia
empezara a tener
ambiciones propias,
sobre todo en temas
territoriales, ya que
lo que buscaban era
expandir su territorio
anexando
poblaciones
aledañas. Es de tal
propósito, que
Nariño busca un
acuerdo con las
demás provincias,
ratificándose el acta
de federación, donde
suceso seguido, los
firmantes empezaban
a mostrar sus
intereses en ejercicio
de anexar
poblaciones a su
territorio. En estas
pretensiones, Santa
Fe y Tunja entraron
en conflicto de
intereses, y lo que se
empezó a vivir fue
un ambiente tenso
Esta libertad, resulta arrebatada por el
gran ejército pacificador, marcando la
vida del pueblo en el reconstituido
régimen español, que con sus
exageradas muestras de poder
represivo, genera un sentimiento
contrario en el pueblo criollo, el cual
ve la necesidad de usar una
herramienta propia para conseguir por
fin su tan ansiada libertad. Es entonces
cuando deciden levantarse en un
enfrentamiento armado, liderado por
un caudillo tan conocedor del fracaso
como de la libertad. Y después de un
esfuerzo inconmensurable, logran
romper con la tiranía que venía
volviéndose parte principal de su
diario vivir; consiguen la libertad y un
nuevo régimen por medio del
enfrentamiento armado contra quien se
había convertido en su peor enemigo.
Posterior a estos sucesos y, ya el
régimen español en su extinción, el
17 de diciembre fue aprobada la ley
que determinaría los fundamentos
de la unión traducida en la llamada
República de Colombia. Esta ley
asentaría las bases y luego se
desarrollaría de manera completa la
estructura del nuevo régimen. Los
cinco elementos destacados en el
escrito dan representación de la
importancia que tiene el
enfrentamiento armado situado en el
caso concreto como herramienta
emancipadora, dada la necesidad de
romper con el régimen que sumía en
desgracia al territorio de la Nueva
Granada, para posteriormente
consagrar su libertad en un
momento de autodeterminación del
ente político en que quería verse
representado el pueblo criollo. Uno
a uno, estos eventos fueron
moldeando el espíritu del pueblo
que, al verse objeto de decisiones
arbitrarias sin fundamento –en una
era que empezaba a tener la razón
como principal pilar–, optaron por
pronunciarse sobre sus derechos de
manera pacífica en un principio, con
solo pequeños vestigios de
levantamientos armados sin mayor
trascendencia.
Luego de dicha batalla, Bolívar se
dispuso a realizar una maniobra para
acabar con el ejército restante de
Barreiro. Fue así que se movilizó
hacia Tunja en horas de la noche para
tomar la ciudad en horas de la
mañana; suceso ocurrido el 5 de
agosto de 1819. Posteriormente al
enterarse de las pretensiones de las
tropas españolas de reunirse con
Sámano en Santa Fe, Bolívar
interfiere con este propósito en la
mañana del 7 de agosto del mismo
año, alcanzando a la compañía realista
cuando ya se disponían a cruzar el
puente. Se abalanzó sobre ellos y se
provocó un nuevo enfrentamiento que
terminaría en horas de la tarde con la
derrota del ejército comandado por
Barreiro. Producto de esta acción, los
criollos tuvieron el control de ahí en
adelante, del territorio neogranadino,
imponiéndose y sacudiendo a las
fuerzas realistas hasta obligar su
retirada de lo que una vez fueron sus
colonias de ultramar. Tan memorable
suceso quedará en la memoria de lo
que sería la naciente República de
Colombia como La Batalla de
Boyacá.
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CONTEX
TO
HISTÓRI
CO DE
LA
BATALL
A DE
BOYAC
Á*1
Este aparte es producto del desarrollo del
trabajo realizado por el componente Histórico
equipo por la UPTC para la formulación del
Plan Especial de Manejo y Protección del Sitio
Histórico del Campo de Batalla de Boyacá
PEMP, en convenio con el Ministerio de
Cultura y la participación de otras Instituciones
en el año 2017. Componente Histórico
conformado por: Luis Wiesner Gracia,
Coordinador e investigador; Javier Guerrero
Barón, supervisor e investigador; Ángela Parra,
investigadora. Colaboradores: José Vicente
Rodríguez, investigador; Andrés Otálora
Cascante, investigador; Daniel Borrero F.,
investigador; Andrés Salamanca Oscaritas,
investigador; Juan David Meléndez,
investigador. ** Doctor en Historia
Iberoamericana, Universidad Pablo de Olavide,
Sevilla España. Magíster en Historia y
Antropólogo, cofundador del Proyecto Ruta del
Bicentenario de la Universidad Pedagógica de
Colombia de la cual también hacía parte como
docente de planta. Coordinador del equipo
componente Histórico para la formulación del
Plan Especial de Manejo y Protección del Sitio
Histórico del Campo de Batalla de Boyacá.
Estudiante Doctorado en Historia Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia,
Magíster en Historia - Universidad de los
Andes, Licenciada en Ciencias Sociales –
UPTC. Integrante del equipo componente
Histórico para la formulación del Plan Especial
de Manejo y Protección del Sitio Histórico del
Campo de Batalla de Boyacá.
El diagnóstico
histórico del Sitio
Histórico Campo de
Batalla de Boyacá, se
desarrolló bajo dos
aspectos importantes:
el primero que da
cuenta del
acontecimiento
histórico ocurrido allí
el 7 de agosto de
1819, que marcó la
independencia de
Colombia y el
proceso de
construcción de
nación hasta nuestros
días; y el segundo
aspecto en relación
con la historia del
lugar en cuanto a sus
prácticas y usos a lo
largo de estos 200
años, incluso desde
la época colonial y
precolombina. Desde
los inicios del estudio
entramos en diálogo
interdisciplinario con
la arqueología,
disciplina que nos
permitió estudiar los
valores intrínsecos
del objeto de estudio,
así como su
evolución en el
tiempo
Esta es la única investigación arqueológica
que se ha efectuado en el sitio. Con motivo
de la construcción de la doble calzada de la
carretera Bogotá-Tunja se hizo una
prospección restringida al área de
afectación del Parque Histórico contratada
por la empresa encargada de hacer la obra
en el año 2004: “En el sector comprendido
entre las Piedras de Barreiro y el predio
ubicado entre la Carretera Central del
norte, la desviación hacia Samacá y el
“Camino Real”, se realizaron cuatro pozos
de sondeo y tres recolecciones
superficiales en terrenos de cultivo de
estas, solamente la última, permitió
recuperar abundante material cerámico
perteneciente a los períodos colonial y
republicano; en este lote se encuentran los
vestigios de la antigua casa de postas”.
Durante la construcción de la vía, el Plan
de Manejo Arqueológico exigido se limitó
a un programa de “monitoreo” contratado
por la misma empresa cuyos resultados no
se conocen. La remodelación del sitio
histórico como monumento nacional en
1919, 1940 y 1969, y el nuevo trazado de
la carretera central del norte en 1954 y
2015, sumado a su utilización durante un
tiempo como zona de cultivo y la
arborización del lugar, desaparecieron los
vestigios arqueológicos factiblemente
existentes y afectaron la topografía,
principalmente donde fueron emplazados
los monumentos, o se hicieron otras
construcciones y vías de acceso
Los hechos importantes desde
el comienzo de la Batalla que
permitieron el dominio
patriota fueron: primero, el
apoyo inmediato de la
vanguardia a su descubierta;
segundo, la iniciativa en la
táctica contra los realistas y,
finalmente, impedir que el
grueso del ejército realista se
uniera a su vanguardia. En
consecuencia, a los realistas
les hizo falta un constante
servicio de exploración hacia
los patriotas y apoyo del
grueso del ejército a su
vanguardia, permitiendo
demasiada distancia entre sus
dos fuerzas. Es indudable que
esta separación se dio, además,
por un obstáculo decisivo del
terreno, siendo el río Teatinos
una de las principales causas
de su fracaso, pues los
patriotas pudieron atacar a
cada uno de los grupos
manteniendo el contacto entre
sus unidades, que se
encontraban todas en la
margen izquierda del río, a
diferencia de las españolas que
habían perdido el contacto.
Unas versiones afirman que al verse
atacada la vanguardia realista por
todas las fuerzas enemigas, Barreiro le
ordenó al jefe de vanguardia, el
coronel Francisco Jiménez, replegarse
en la Casa de Teja; al primer batallón
del rey a adherirse a dicha vanguardia;
logrando el batallón del Tambo,
Flanqueadores de Dragones y los
Cazadores, junto con su comandante
el coronel Jiménez descender hacia el
sur, pasar el puente y tomar posición
de ataque; al grueso del ejército que
venía en desfilada, a formarse en
columna cerrada situándose en una
pequeña altura; y, por último, a los
cuerpos segundos de Numancia,
reserva y artillería a tomar posición,
ubicando la artillería entre la segunda
columna y la reserva de frente a El
Tobal97. Otras versiones declaran que
fue el general Anzoátegui quien
obligó al grueso del ejército a correrse
en columna sobre una altura, con tres
piezas de artillería al centro y dos
cuerpos de caballería a los costados, a
esperar el ataque que se había
investido y, a la vez, atacar a un
batallón que el enemigo había
desplegado en guerrilla en una
cañada, para que hiciera fuego
diagonal sobre la infantería patriota
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informaciones hechas por la justicia de aquella
ciudad en treinta de mayo de mil seiscientos diez
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Diario Oficial. (28 de diciembre de 1967). CIV
(32397). Diario Oficial. (26 de diciembre de
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LA
BATALL
A DE
BOYAC
Á
Territorio
81,
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RIAÑO, Op.cit., p. 268. 86 TZU,
S. El Arte de la Guerra (Bogotá:
Editorial Panamericana, 2003), p.
176.
La imprecisión y
los constantes
fallos del
armamento, así
como la mora en
recargar el arma,
en segundo
término, el rápido y
desordenado
desplazamiento en
guerrilla del
ejército libertador
que, alejándose de
la táctica normal de
combate, no
presentó una
batalla frontal en
columna cerrada,
propia de las
técnicas de
combate
imperantes en los
ejércitos europeos,
generando como
consecuencia, que
los individuos de la
tropa de infantería
presentaran un
blanco pequeño
móvil y
escurridizo.
También, el triunfo del ejército patriota es
atribuido en gran parte a la estrategia
militar de Bolívar en relación al factor
sorpresa, al constante seguimiento y
espionaje del movimiento de los españoles,
a la rapidez e intensidad del ataque y a las
tácticas de engaño al hacer circular la
decisión de permanecer por quince días en
Tunja, con el fin de descansar y organizar
sus tropas y esperar otras del Casanare,
dando a entender que no tenía la intención
de ir al combate, y así producir
determinados efectos y acciones en las
tropas enemigas87. Sumado al triunfo, el
ejército realista manejaba cierta confianza
al tener una aparente desidia, apatía o
subestimación de las capacidades patriotas,
aunque Barreiro ya había recibido pruebas
constantes de la astucia maniobrera del
libertador y del arrojo de sus tropas en los
combates de Gámeza, Tópaga y Vargas.
Asimismo, otro de los aspectos
importantes en la victoria fue el estado de
ánimo de cada uno de los ejércitos. Por un
lado, se consideró que los realistas se
encontraban moralmente decaídos, pues
Barreiro meses previos a la batalla expresó
que su descontento ejército no demostraba
ninguna lealtad con la corona, ni
manifestaba compromiso con él88,
afirmando así que sus soldados no tenían
deseo alguno de combate
La Batalla de Boyacá según
sus protagonistas constó de
dos combates simultáneos,
uno dado por las
vanguardias a uno y otro
lado del puente y el otro
con el grueso de las tropas
en inmediaciones de la Casa
de Teja y sobre las colinas
circundantes a esta. El
ejército realista, por un
error de estrategia, quedó
con sus tropas separadas
por el cañón que forma el
río Teatinos, no pudiendo
proporcionarse apoyo
recíproco, con el que sí
contaban las fuerzas
patriotas.
Después de la victoria no había
mucho que hacer para detener la
avanzada realista hacia Santafé,
pues la capital se encontraba a
menos de 120 kilómetros del
lugar de la batalla. Por lo tanto,
fue esencial para los realistas
advertirle al virrey Sámano acerca
del inminente ataque tan pronto
como fuera posible. La
información llegó a Santafé al día
siguiente, debido a esto, el virrey
decidió abandonar la capital y esa
misma noche organizó su partida.
A las nueve de la noche, Sámano
le escribió a Morillo que
pretendía ir a Popayán, pero de
hecho se dirigió en dirección
opuesta hacia Cartagena. Partió a
las seis de la mañana del día
siguiente, el 9 de agosto,
disfrazado con una ruana verde y
un gran sombrero, según se
informa, dejando atrás
prácticamente todas sus
pertenencias y papeles117. La
Audiencia también huyó a
Cartagena en busca de su
seguridad, pero los años de sus
malas relaciones con Sámano se
vieron reflejados, en que el virrey
les informó de la invasión solo
unas horas antes de su partida,
dejando a los oidores poco tiempo
para preparar su propia
retirada118.