La extracción de recursos geológicos como petróleo, gas y minerales es vital para la economía de la Unión Europea, contribuyendo de forma significativa al PIB de los países europeos y generando miles de millones de euros en impuestos cada año. El mercado mundial de las compañías extractivas europeas superó los 2,3 billones de euros en 2012. Se prevé que la demanda de recursos aumente debido al crecimiento de la población mundial y de la calidad de vida, lo que supone un reto para garantizar un suministro sostenible