El documento habla sobre el viaje del peregrino a través de la vida. El peregrino absorbe todo a través de la mirada y canta la música del silencio, percibiendo que su transcurrir lleva implícita la noción del tiempo. El peregrino aprende que no viaja para sufrir, sino para retomar su infinitud y ser un instrumento de luz. Al final, el peregrino se da cuenta que es su propio camino y es su libertad.