Lincoln pronunció el Discurso de Gettysburg para dedicar un campo de batalla a los soldados que murieron defendiendo la nación. Recordó que los padres fundadores crearon una nación basada en la igualdad y la libertad, y que la guerra civil estaba poniendo a prueba si la nación podía sobrevivir. Instó a los vivos a terminar la tarea inacabada de los caídos para garantizar que su sacrificio no fuera en vano y que la nación renaciera como un gobierno del pueblo.