Los Totonacas se desarrollaron en los estados mexicanos de Puebla, Hidalgo y Veracruz. Tenían una cerámica variada y una avanzada percepción de la arquitectura urbana, construyendo esculturas de barro y edificios monumentales. Adoraban a varios dioses como Tláloc, Quetzalcóatl, Xipe Tótec y Chihuacóatl. Su dieta consistía principalmente en frutas como zapotes, guayabas, papayas, plátanos y aguacates.