El documento discute cómo los medios de comunicación ahora ocupan un lugar prominente en nuestras vidas y familias, reemplazando en cierta medida a las instituciones educativas y la transmisión de valores. Los niños parecen estar más conectados a los personajes de los medios que a modelos a seguir reales. El documento también sugiere que depende de nosotros hacer un buen uso de la tecnología para educar y aprender, en lugar de dejar que el mercado la utilice solo para fines comerciales.