Dos niños pobres, Kimey y Yamana, entraron en el bosque para buscar comida para su familia hambrienta, a pesar del riesgo de encontrarse con la bruja Archibalda. En el bosque, los niños se perdieron y tuvieron miedo, pero Archibalda los encontró y les dijo que ella protegía el bosque de los que lo dañaban, y les permitiría recoger comida y leña del bosque. Archibalda les dejó comida, leña y les mostró el camino a casa, donde sus padres