El trastorno límite de la personalidad se reconoció oficialmente en 1980 y afecta entre el 3-5% de la población. Se caracteriza por inestabilidad emocional, impulsividad y relaciones interpersonales caóticas. Los síntomas incluyen temor al abandono, cambios de humor, autolesión e ira. El trastorno se trata con terapia conductual dialéctica y medicamentos para estabilizar el estado de ánimo.