La investigadora habla sobre la compleja relación bidireccional entre el corazón y el cerebro. Explica que el corazón tiene su propio sistema nervioso y puede influir en la actividad cerebral, mientras que el cerebro también puede afectar al corazón. Además, se ha demostrado que el corazón puede desempeñar un papel en la toma de decisiones a través de la "inteligencia cardíaca". La investigadora también discute un estudio que muestra que el corazón puede saber el resultado de una decisión antes que el cerebro.