Matilde llevó una vida de pecado y adicción a las drogas hasta que un día se vio reflejada en un espejo y se horrorizó de su apariencia física deteriorada. Más tarde, presenció la muerte violenta de su pareja a manos de sus enemigos, lo que la llevó a reflexionar sobre su alma y eternidad. Reconoció entonces que sólo en Cristo había encontrado paz, y aceptó a Cristo como su salvador. Actualmente Matilde es miembro de una iglesia evangélica, camina