Un viejo labrador tenía varios hijos que estaban peleados entre sí. Para enseñarles la importancia de la unión, el labrador los reunió y les mostró que varas individuales eran fáciles de romper, mientras que un haz de varas era imposible de romper. Les explicó que si permanecían unidos nadie podría vencerlos, pero si estaban divididos cualquiera podría derrotarlos. La unión hace fuerte a los débiles, mientras que la división debilita a los fuertes.