La historia cuenta sobre un famoso rabino llamado Baal Shem Tov que tenía la habilidad de conceder los deseos de la gente. Cada año llevaba a la gente a un lugar especial en el bosque, donde encendía un fuego de una manera particular y rezaba oraciones en voz baja. Según la leyenda, a Dios le gustaban tanto las oraciones de Baal Shem Tov que concedía los deseos de la gente. Después de su muerte, la gente continuó reuniéndose en el mismo lugar del bosque, encendiendo el fuego de