El documento resume las múltiples ocasiones en que Jesucristo predijo su propia resurrección en los evangelios, incluyendo Mateo 17:9, 17:22-23, 20:18-19 y 26:32, así como Marcos 9:10 y Lucas 9:21-22. Argumenta que el cumplimiento de estas profecías demuestra que Jesús no era simplemente un curandero, mentiroso o demente, sino que tenía el poder de Dios y, por lo tanto, es Dios mismo.