Una práctica recomendable es que los docentes corrijan material elaborado por los estudiantes en grupo y permitan que aquellos estudiantes que no encontraron las respuestas o las elaboraron poco puedan volver a intentarlo con ayuda del docente; algunos indicadores de una buena caza del tesoro virtual incluyen temas claramente identificados, preguntas que provoquen pensamiento crítico, menos de diez enlaces de información, y una buena organización y participación estudiantil.