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Una vida
llena de historias
Alonso Alegría nos deleita con cada
obra que escribe, cada historia nos
transmite un sentimiento como solo
él puede hacerlo.
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E
n las instalaciones de un café en
Miraflores, nos espera Alonso
Alegría. Había en la mesa una
botella con agua, una taza y lo que parece
a plena vista zumo de limón. Al empezar
la entrevista y con iphone en mano, nos
confiesa que se siente maravillado con
aquel dispositivo que hace de todo.
¿Cómo te animaste a escribir?
A los 20 años hice una adaptación de
una novela de Jhon Steinbeck. Me gustó
y luego intente montarla hasta que por
fin lo hice con un grupo de amigos que
formamos un grupito de teatro.
¿Desde ahí empezaste a agarrar gusto
por el teatro?
Hicimos a partir de ahí tres montajes
más, en un plazo desde octubre del
año 1960 hasta mayo de 1962. Luego
me fui a estudiar a Estados Unidos.
Fue un inicio informal y con muchísimo
desconocimiento, pero con bastante
voluntad.
¿Tu papá influyó en tu carrera?
No, en realidad no tanto. Estaba ya acá en
el Perú cuando yo dejé Arquitectura para
estudiar teatro y al principio se disgustó
un poco por esto, pero eventualmente sí
me apoyo y sí le gustó mi trabajo.
¿Estasorgullosodeformardramaturgos
como Mariana de Althaus, César di
María y Eduardo Adrianzén?
Yo he sido profesor de todos ellos, desde
Alfonso Santisteban, que es el más viejo
digamos, todos ellos han tomado algún
taller conmigo. Yo no puedo decir que
he formado, por ejemplo a Mariana, ella
enseña lo que aprendió de mí, pero en
términos de ser su mentor o consejero
permanentemente no puedo pretender
tanto, ni de César tampoco. Los más
jóvenes, la gente que esta trabajando
ahorita con nosotros en el Vivero de
Dramaturgia sí. Ahí hay una esencia
mayor en su desarrollo como autores.
Esta nueva generación de dramaturgos,
¿tiene alguna ventaja que la anterior?
Bueno claro. Escriben cada vez mejor.
Se acercan a temas que ni soñando
se acercaba nadie hace 30 años y los
realizan con mucha mayor solvencia que
hace 40 años. En los años 60 cualquiera
que escribiera una obra de teatro era
considerado dramaturgo, ahora no.
¿A que te refieres con eso?
La historia de la dramaturgia en el Perú
es bastante falsa. Los dos fundadores
de la dramaturgia del Perú son Segura
y Felipe Pardo y Aliaga. En el caso de
Segura sí, era un hombre de teatro; Pardo
y Aliaga escribió y estrenó una sola obra
de teatro, una sola. O sea, cualquiera de
mis alumnos de la PUCP sería fundador
de la dramaturgia peruana en el siglo XIX.
¿O sea ahora hay un mayor desafío?
Tuertos que eran reyes en esa época,
ahora no. Ahora hay más competencia,
hay gente que esta escribiendo de
verdad de aquí a cinco años va a haber
10 dramaturgos nuevos que van a hacer
la competencia a los más viejos, y a mí
también, pero a mí ya no me importa
tanto.
¿Existeunbeneficioalescribirdramaturgia?
No más que cualquier otro arte.
Particularmente, no tiene beneficios
colaterales. No más que el Golf (risas).
¿Alguna desventaja?
La desventaja es que tu obra no la
consideras terminada hasta que la vez
en escena, porque has escrito tu libreto
para que esté en el escenario, entonces
dependes de un montaje; de que alguien
quiera montarla, es parecido a un
novelista que depende de un editor. La
mejor comparación es con la cocina. Tú
cuando escribes un libreto, lo que estas
haciendo es escribir una receta. ¿De qué
te sirve la receta? Tienes que cocinarlo
y comerlo. ¿Te das cuenta? ¿Quién lee
recetas ahora? Nadie, al igual que nadie
lee obras de teatro. Se publican las muy
famosas, pero cada vez menos. La gente
va al teatro porque el teatro está hecho
igual que las recetas que están hechas
para ser cocinadas y comidas: cocinadas
en el escenario y comidas por el público.
Eso es lo que quieren finalmente, que
alguien coma tu plato y te diga: ¡qué rico!
Incluyendo su aplauso.
Hay dramaturgos, por ejemplo en el
caso de Mariana, que prefieren montar
sus propias obras. ¿Tu eres igual?
Yo estoy en un momento en que prefiero
montar mis propias cosas. En una época
yo desconfiaba de eso y en alguna
oportunidad he encargado y designado
un director, pero lo he lamentado.
¿Por qué?
Porque he pensado: “pucha yo lo hubiera
“De aquí a cinco
años va a haber 10
dramaturgos nuevos
que van a hacer la
competencia a los
más viejos”.
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plasmado mejor”. También es cierto que
tanto Mariana como yo, escribimos como
directores, ella me lo dice.Ve mis libretos
y me lo dice: “tú escribes como director”.
Con una mentalidad escénica muy clara
muy lejos de la literatura y eso es bueno.
Eso es lo que nosotros, en el Vivero,
tratamos de lograr que nuestros autores
manejen.
¿Qué esVivero de Dramaturgia?
ElViveroesunlugardóndesesiembranlas
semillas y se crían las plantitas hasta que
se llevan a los jardines y se trasplantan.
Y por esa imagen le pusimos Vivero de
Dramaturgia a nuestros talleres.
¿Cómo es el método de enseñanza?
Es un sistema de talleres de diferentes
grados de especialización y grados de
dificultad. Desde talleres para personas
que nunca han escrito más que informes
y cheques, a gente que ha escrito y
ha dirigido. Nos dimos cuenta que no
podíamos poner a todos en el mismo
saco, que si intentábamos poner el
mismo paquete a 10 autores iba a haber
unos desniveles horribles, iban a hacer
que algunos se aburrieran.
¿Cómo se dividen los talleres?
Básico, medio, medio bis, avanzado y
avanzado bis. Depende de la situación,
hay un básico que escriben una obra de
10 minutos, un intermedio que escriben
una obra de 20 minutos y hay un taller
avanzado que escriben una obra de 60
minutos o más.Tanto en el taller 20 como
en el taller 60 hay una posibilidad de
repetirlo para volver a escribir una obra
de esa misma dimensión o para revisarla.
¿Utilizan algún tipo de dinámica?
Digamos que hay nueve autores que
están escribiendo una obra de 20
minutos, si tu estás en ese taller, tú
traes copias de tu obra, tantas copias
como personajes, más dos: una para mí
y otra para Adriana. Entonces dentro
de tus nueve compañeros, las repartes
y leemos. Cada uno lee un papel, tú no
lees, tú solo escuchas, tomas notas y
sufres. Terminada la lectura hacemos un
comentario incidiendo a lo que hemos
escuchado, a lo que es y también como
puedes desarrollar la obra. Entonces
cuando te vuelve a tocar traes una
segunda versión y es la misma dinámica.
Tu obra habrá evolucionado.
¿Lo mismo pasa en taller 60?
Cuando estás escribiendo una obra de 60
minutos por lo general es un tema débil
y es una idea más difícil y ahí es donde
tres versiones no resulta suficiente. Se
opta por darle una vuelta más, hacer tres
versiones más, que no es inusual.
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¿Qué opinas de Sala de Parto?
Que es una gran cosa. Es una oportunidad
muy bonita de un incentivo muy grande
para los autores.A nosotros nos beneficia
muchísimo porque hay un montón de
gente que se interesa en participar y que
quiere perfeccionar una obra como para
que tenga un buen chance y es ahí cuando
vienen a nosotros.
¿Acuden aVivero para una asesoría?
Para hacer una asesoría o para tomar un
taller y tener, no te diré cierta garantía,
pero si un buen chance de hacer una
cosa interesante, porque tampoco
nosotros trabajamos con autores que
no nos parezcan buenos si se trata de
concursos, nosotros queremos cerrar en
masa con todos los premios que se hayan
desarrollado en elVivero.
¿Trabajan con muchas o pocas
personas?
No trabajamos con el que levanta la mano
y quiere, queremos verificar que ese autor
sí tiene chance de verdad , en desarrollar
una obra que llame la atención tanto en
Sala de Parto, como en el concurso del
Teatro Británico, como en el concurso
nacional del Ministerio deCultura. Somos
jodidamente selectivos porque nos
aburre trabajar con gente que no tiene
voluntad y no tiene inteligencia o talento,
o ambos.
¿Qué te impulsó a dirigir la obra de
Angelo Condemarín?
Angelo fue alumno mío en la Católica,
tomó Dramaturgia I y Dramaturgia II.
Luego vino alVivero y tomó el taller de 20
minutos. Después estuvo en taller 60, ahí
escribió esta obra: Operación Réquiem.
¿Por qué montar esa obra?
Este proyecto de montajes, es un
proyecto de Vivero para mostrar
el trabajo de los autores del taller
exclusivamente. Es simplemente dar
el paso de profesionalizar a nuestros
autores, porque aquí vienen a ensayos,
participan, trabajan con el elenco, con el
director, vienen a las funciones y cobran
su 10%. O sea, todo es de verdad, esta es
una experiencia de verdad, con público
que no conoces, no el tío, el primo, ni el
sobrino, sino gente que paga su entrada.
¿Qué tan importante fue para ti “La
Lógica de Dios”?
Muy bonito, una experiencia preciosa,
yo nunca hubiera escrito esa obra, fue un
encargo.
¿Un encargo? ¿De quién?
De un grupo teatral que sostiene el
Sodalicio. Yo fui el encargado porque
yo soy profesor de la PUCP y del
director de este grupo, del Sodálites.
Entonces resultó natural que al buscar
desesperadamente qué obra podían
montar para llevarla al Congreso Juvenil
con el Papa en Brasil no encontraban
nada que funcionara. La conclusión fue:
“tú tienes que escribir algo”. Entonces
el siguiente paso fue ¿cuánto hay? Yo di
una cifra y me dijeron que sí. Ahí les pedí
que me dieran el tema. Yo no me sentía
quien para decidir qué hacer, sí les sugerí
que fuera algo biográfico no solamente
un tema. Entonces allí fue que apareció la
idea de hacer una obra biográfica acerca
de Pier Giorgio Frassati y así fue. Me puse
a leer la biografía de PierGiorgio, me puse
a investigar en internet y vi una película
italiana sobre él. Un huevo de material.
¿Quedaste contento con el resultado?
Me resultó muy memorable, difícil pero
ni tanto, yo quedé muy contento. No tan
contento con el resultado del montaje
porque naturalmente era un elenco
de aficionados, de chicos que estaban
iniciándose. Me gustaría verla algún
día con actores de verdad. Porque hay
“La gente va al
teatro porque el
teatro está hecho
igual que las recetas
que están hechas
para ser cocinadas y
comidas: cocinadas
en el escenario
y comidas por el
público”.
“La gente va al
teatro porque el
teatro está hecho
igual que las recetas
que están hechas
para ser cocinadas y
comidas: cocinadas
en el escenario
y comidas por el
público”.
Sonia Seminario, Enrique
Victoria, María Cristina
Ribal, Ebelin Ortiz, Cindy
Díaz, Martín Martínez y
Federico Abrill conformaron
el elenco de “Operación
Réquiem”.
FOTOS:PRENSADELAOBRA.
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escenas muy bonitas y pensamientos
muy bonitos. Yo estoy muy orgulloso de
esa obra.
¿Dirías que es la obra que más felicidad
te ha dado?
No, porque es una obra muy reciente.
La obra que más buenos momentos me
ha dado es “El cruce sobre el Niágara” y
algunas otras. Porque dentro cuatro años
tendrá 50 años de escrita y todavía sigue
vigente, es como un clásico.
¿Qué dirías de “Bolognesi en Arica”?
Esa me gustó mucho, y la experiencia de
dirigir esa obra y desarrollarla con esos
actores, fue muy bonita. De lo mejor
que he vivido en términos de contexto
y un compromiso de los actores para
desarrollar ese texto y ponerlo en escena,
como pocas cosas.
¿Generó mucho impacto?
Un impacto en el público excepcional.
Hicimos 30 funciones y en 29 estaban de
pie aplaudiendo y en más de una función
se pusieron a cantar el himno nacional.
Eso es emocionante. No sé por qué en
una función no se pararon, igual una de
30 no esta mal (risas).
Te animarías a lanzar un libro con todas
tus obras.
Ocuparme de eso no me vacila. No
quiero hacer una edición de vanidad que
es cuando tú con tu plata sacas tu libro.
Me da roche, me da cosa, me parece que
merezco que una editorial proponga la
cosa. Quizá al final termine haciéndolo.
Si te lo proponen dirías que sí.
Por su puesto que sí, con foto y todo
(risas).
¿Qué es lo más loco que has escrito?
Lo que estoy escribiendo. Es una sátira
histórico política acerca de la reforma
agraria.
Lo mejor de ser dramaturgo.
Estar dentro del público, sentirlo, sobre
todo cuando te va bien.
Lo peor.
Sentarte dentro del público y contar que
tienes 89 personas, salir al intermedio,
regresar en el segundo acto y contar que
solamente tienes 34.
Tu mayor sueño.
Quizá una película del Niágara. Ha
habido intentos. Universal tuvo una
opción durante dos años, otros cineastas
también pagaron opciones, hubieron
ideas y concreción en términos de dinero
para desarrollar el proyecto, pero no ha
llegado a concretarse hasta ahora.