En el siglo XV, la península ibérica estaba dividida en diferentes reinos que causaban una dispersión del poder político. Hubo un acuerdo matrimonial entre los reinos de Castilla y Aragón que unificó el poder. Los reyes católicos expulsaron a los judíos y establecieron la Inquisición para perseguir herejes, sumergiendo a España en el atraso. Esto permitió la expansión territorial y la aceptación de la propuesta de Cristóbal Colón para navegar hacia las Indias, firmando las capitulaciones de Santa