Gustav Klimt fue un pintor simbolista austríaco y destacado representante del movimiento modernista de la Secesión vienesa. Pintó lienzos y murales con un estilo muy ornamentado, inspirándose a menudo en el desnudo femenino y dotando sus obras de una intensa energía sensual. Klimt se convirtió en una figura notable en la alta sociedad vienesa y estuvo relacionado con los círculos intelectuales más importantes de la época.