La pintura abstracta surgió entre 1890 y 1910 como una forma de expresión artística que no utiliza figuras, en respuesta a los conflictos sociales y políticos de la época. Fue iniciada por pioneros como el ruso Wassily Kandinsky y el suizo Paul Klee, quienes exploraron elementos gráficos como puntos, líneas y planos para crear obras no figurativas.