El documento resume varias verdades bíblicas sobre la relación entre Dios, Jesucristo y los creyentes. Indica que Dios predestinó a los creyentes para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, que en Cristo los bendijo con bendiciones espirituales, y que en Cristo tienen redención y perdón a través de su sangre. Además, señala que los creyentes están sellados con el Espíritu Santo y que Cristo es la cabeza de la Iglesia, su cuerpo.