Pablo, antes conocido como Saúl, persiguió ferozmente a los cristianos hasta que tuvo un encuentro con Jesucristo mientras viajaba a Damasco, lo que lo convirtió al cristianismo. Después de su conversión, Pablo pasó tres años en Arabia antes de comenzar su ministerio como apóstol, escribiendo cartas a las comunidades cristianas para guiarlas en la fe y enseñar sobre ética y doctrina.