La violencia familiar se debe a causas como problemas económicos, creencias culturales machistas, deterioro de las relaciones familiares y quiebra de valores. Algunas víctimas no denuncian la agresión porque no saben a dónde acudir, creen que se lo merecen o tienen miedo a sufrir más violencia. La violencia es una expresión del miedo y puede causar inseguridad, depresión y sentimientos de soledad en la víctima, así como falta de control de impulsos en el agresor.