2. ORIGEN DESTINO
Si crees que el mundo
comenzó por azar,
también debes creer
que terminará por azar.
Si crees que surgimos
de las manos de Dios,
también debes creer
que nuestro destino es
encontrarnos de nuevo
con nuestro Creador.
Eso es precisamente lo
que enseñan las
Escrituras.
“Yo soy el Alfa y la Omega,
el principio y el fin, el
primero y el último”
(Apocalipsis, 22: 13)
3. LA ESPERANZA BIENAVENTURADA
¿Cuál es la esperanza que nos motiva, que está implícita en nuestro
propio nombre como Iglesia y significará llegar a nuestro destino?
“Aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador
Jesucristo” (Tito, 2: 13)
Ésta es una promesa dada por Jesús mismo: “Vendré otra vez”
(Juan, 14: 3)
Además de poder ver cara a cara a
nuestro Salvador, ¿qué más
recibiremos cuando Él regrese?
Un cuerpo incorruptible
(1ª de Corintios, 15: 42-54)
Un reino eterno (Daniel, 7: 18)
Una tierra nueva (2ª de Pedro, 3: 13)
Una vida sin dolor, enfermedad ni
muerte (Apocalipsis, 21: 4)
4. Jesús prometió que volvería, pero ¿se refería a una
venida real o espiritual?
Siendo que la Biblia enseña claramente que, una vez
muerto, nadie puede alabar a Dios (Salmos, 6: 5) sino
que permanece en la tumba a la espera de oír la voz
de Jesús (Juan, 5: 28), no podemos aceptar que la
Segunda Venida sea un suceso “espiritual”, sino algo
real, físico y visible (Apocalipsis, 1: 7) que implicará el
fin de la vida en este mundo y el comienzo de una vida
eterna sin pecado.
La venida de Jesús no es un
acontecimiento espiritual. Él
ascendió literalmente y, según los
ángeles, volverá de la misma forma
(Hechos, 1: 11)
“Si la esperanza que tenemos
en Cristo fuera sólo para esta
vida, seríamos los más
desdichados de todos los
mortales” (1ª de Corintios, 15: 19 NVI)
5. Además de su promesa de que volvería, ¿qué otras evidencias encontramos en la Biblia de
la certeza de su advenimiento?
“Porque así como en Adán todos mueren,
también en Cristo todos serán vivificados.
Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las
primicias; luego los que son de Cristo, en su
venida” (1ª de Corintios, 15: 22-23)
En su primera venida, Cristo resucitó.
En su segunda venida, resucitarán los que
murieron creyendo en Él.
“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de
muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar
a los que le esperan” (Hebreos, 9: 28)
En su primera venida, Cristo llevó
nuestros pecados.
En su segunda venida, salvará a los que
le esperan.
En su Segunda Venida, Jesús vendrá a terminar
lo que comenzó en la cruz: a recoger a aquellos
por los que pagó el rescate.
6. “¡He aquí, vengo pronto!” (Apocalipsis, 22: 7). ¿Cuánto es “pronto” para Jesús?
El Salvador prometido a Adán y Eva no fue su primogénito, como ellos
esperaban, sino que demoró 4.000 años en nacer.
Los héroes de la fe murieron sin recibir lo prometido (Hebreos, 11: 39)
Para Dios, un día es como mil años y mil años como un día (2ª de Pedro, 3: 8)
7. ¿Cuáles pueden ser las
razones para esta
demora?
“Pero con respecto a la venida “Y será predicado este “El Señor no retarda su
de nuestro Señor Jesucristo, y
nuestra reunión con él, os evangelio del reino en promesa, según
rogamos, hermanos, que no os todo el mundo, para algunos la tienen por
dejéis mover fácilmente de testimonio a todas las tardanza, sino que es
vuestro modo de pensar, ni os
conturbéis, ni por espíritu, ni naciones; y entonces paciente para con
por palabra, ni por carta como vendrá el fin” nosotros, no
si fuera nuestra, en el sentido (Mateo, 24: 14) queriendo que ninguno
de que el día del Señor está
cerca. Nadie os engañe en perezca, sino que
ninguna manera; porque no todos procedan al
vendrá sin que antes venga la arrepentimiento”
apostasía, y se manifieste el
hombre de pecado, el hijo de (2ª de Pedro, 3: 9)
perdición”
(2ª de Tesalonicenses, 2: 1-3)
La aparente demora
Deben cumplirse aún La iglesia debe
es un acto de
ciertas señales. cumplir su misión.
misericordia divina.
8. — La demora no es excusa para nuestra indolencia (Lucas, 12: 42-48)
— El tiempo máximo que su Venida se demora para mí, es el tiempo
de mi propia vida.
— Excepto para los que estén vivos cuando Jesús regrese, los que
mueran creyendo en Él cerrarán los ojos y los abrirán en el
momento de la resurrección. Lo que para ellos parecerá un segundo
pueden ser días, años o siglos.
¡¡ ADÁN Y YO VEREMOS A JESÚS
EL MISMO DÍA !!
9. “Ahora es el momento de prepararnos
para la venida de nuestro Señor. La
preparación para salir a su encuentro no
puede lograrse en un momento. En
preparación para esta solemne escena,
debiéramos esperar en actitud vigilante y
velar, combinando todo ello con trabajo
ferviente. Así glorifican a Dios sus hijos. En
medio de las agitadas escenas de la vida,
se oirán sus voces pronunciando palabras
de ánimo, fe y esperanza. Todo lo que
tienen y son está consagrado al servicio del
Maestro”
E.G.W. (Dios nos cuida, 29 de agosto)