Ser maestro de secundaria es una profesión exigente debido a que los maestros deben enfocarse en sus programas y en el tiempo disponible en lugar de conocer individualmente a cada alumno, como ocurre en primaria. Los alumnos a menudo se sienten tratados injustamente y la disciplina se controla estrictamente mediante sanciones como la suspensión. Muchos maestros intentan comprender y apoyar a los estudiantes a pesar de las dificultades.

1. Ser maestro de secundaria es una profesión exigente. Una
profesora de Química describe la situación que se vive: “los
maestros se desesperan, se expresan por que los niños contestan
feo o no piden permiso. La edad es difícil y e cambio de primaria
a secundaria es fuerte; cada maestro con su carácter, exige para
su materia como si fuera la única”.
En la primaria los maestro conocen a cada uno de sus alumnos, y
los alumnos siente que el maestro los conoce, pero aquí n, son
tantos alumnos que el maestro solo se preocupa por el
programa, por el tiempo, y esa actitud, esas circunstancias, la
hacen un tato injusto.
Los niños se sienten tratados injustamente; la secundaria
también tiene algo que encanta a muchos. Tal vez sea la vitalidad
contagiosa de los alumnos o el cuestionamiento que
constantemente hacen y se hacen sobre los más divertidos
asuntos, muchos de los maestros realmente se preocupan por
comprender y apoyar a “sus muchachos”. Las causas del bajo
aprovechamiento de los alumnos se ubican en la familia y el
medio, así como en el nivel tan bajo de conocimientos y la poca
disciplina con que egresan de la primaria.

2. En esta escuela se enfatiza mucho la necesidad controlar la
disciplina, aplicando distintas sanciones. El servicio de
orientación educativa, ocupa un lugar destacado en el
funcionamiento del plantel; en esa oficina es constante la
presencia de padres y, sobre todo de alumnos. Los maestros los
envían por diversas causas, generalmente acompañados por el
jefe de grupo, o bien los alumnos acuden a quejarse, dentro de la
escuela nadie parece darse cuenta de que esta situación implica
que los alumnos desatiendan sus calces y que eso repercute, a la
vez, en su rendimiento escolar.
Una de las sanciones más utilizadas es la suspensión de clases
hasta por una semana: “por aventar una botella y darle a un
niño, una semana”, “por pintarse el pelo de colores, un día”.
Dicen que las sanciones dependen de quien las aplican.

3. Lo que les gusta Lo que no les gusta
El maestro que nos dio El maestro que tenemos
clase en 1º si nos cae ahorita de matemáticas
bien. es muy enojón, nos saca
El maestro de español de del salón, y nos manda a
1º también era bien orientación nada mas por
buena onda, cuando que voltees tantito o por
tenias problemas el reírnos.
hablaba con tus papas y La maestra de biología de
te ayudaba. segundo me reprobó y
quien sabe por que.